Reality oil show
“Se puede admitir la fuerza bruta, pero la razón bruta es insoportable” Oscar Wilde
NUNCA IMAGINÉ que la administración pública y sus funcionarios jugosamente bien remunerados con sueldos gerenciales, portafolio de oportunidades sin límites para hacer negocios traficando influencias aprovechando la información confidencial, y prestaciones dignas del período faraónico, sin afectación por las crisis o los recortes “amargos pero necesarios” (que han llevado a dos mil 500 municipios a declararse en plena quiebra) terminaran convertidos en verdadera competencia histriónica en los fácticos medios masivos de manipulación televisiva, al organizar -muy institucionalmente-, con todo el poder espurio al virtuoso voto inatacable del Trife -su “legalidad”, ociosidad, ocurrencia, irresponsabilidad, vocación a la balcanización-, y enfrentamiento entre entidades federativas y profundo sentido del espectáculo de alto rating en el tremendo reality show en que se ha convertido el proyecto sexenal-fecal más mitómano del sexenio fallido: “¿Dónde te ponemos tu refinería mi gobernador? que está superando en estupidez interinstitucional republicana la parodia de vileza del famoso aeropuerto de Atenco que se diluyó en los sueños húmedos rancheros de Vicente Fox y su inseparable consorte virtualmente clerical legítima Martita.
Presentado como proyecto insignia del sexenio perdido (reducido a trienio), la titular de la Secretaría de Energía casi en calidad de comediante Georgina Kessel, junto con el director de Pemex Jesús Federico Reyes-Heroles González Garza -toda una revelación como animador bufón-, anunciaron la construcción de la refinería denominada Bicentenario, obligada respuesta al fracasado intento de reforma energética que, gracias a la resistencia civil pacífica que abanderaron Andrés Manuel López Obrador, el PT, Convergencia grupos nacionalistas del PRI, los que existen dentro del PRD y la invaluable sociedad civil, y truncó aquel anencefálico cuento del “tesorito escondido en lo profundo del mar”, sustentado en la mentira por la declinación de nuestras reservas y el catastrofismo con que Felipe Calderón pretendía engañarnos a todos, de que sólo la privatización plena de Pemex en favor de sus patrocinadores (Halliburton, Repsol, Shell etcétera) nos salvaría de retornar a las épocas de las cavernas y que gracias a sus cómplices en el asalto al poder, podría transitar a gusto en su ilegitima, dictatorial, militarizada , antidemocrática y fallida presidencia.
La convocatoria, inédita en la función pública y sin precedentes para ser disputada por diez estados, constituyó el inicio de este espectáculo viendo a los gobernadores convertidos en feroces contendientes para ganarse el privilegio de llevar a sus entidades feudos, la construcción de la refinería y haciendo que muchas noches de insomnio se vivieran, con sólo pensar los millonarios diezmos, plusvalía de 700 hectáreas en tierras, latifundios y privilegios que traería a sus fortunas y cacicazgos esta asignación de casi 10 mil millones de dólares.
Durante varios meses, escuchamos, vimos y hasta conocimos de profundos trabajos técnicos y estudios trucados, pagados por los gobernadores y al pobrecito hijo de don Jesús, platicar de las constantes llamadas de los ejecutivos estatales, con la finalidad de recibir algunos tips que dieran ventajas sobre sus colegas.
En este marco de completa picardía embustera gubernamental, se llegó a cubrir la primera etapa del reality al anunciarse -en horario estelar de costa a costa y de frontera a frontera- la primera asignación, con candado de 100 días para cumplir su siguiente objetivo de avance al ganador estado de Hidalgo, con la alegría del gobernador Miguel Ángel Osorio Chong, pero la sutil amenaza de que su graciosa entidad suplente del concurso fecal en Salamanca, Guanajuato -cuna de Fox y el sagrado Yunque- estaría en posibilidades de suplir al ganador, si las tierras que proclamara Emiliano Zapata “para quien las trabaja” no se entregaban en donación , perfectamente liberadas de cualquier conflicto ejidal, histórico o revolucionario a Pemex como muestra de corresponsabilidad en el Pacto Federal.
Evidenciados ante sus gobernados, los ocho restantes incautos señores ejecutivos estatales retornaron a sus entidades perfectamente fracasados, convertidos en un auténtico “¡Lástima Margarito!”.
Cumplido el plazo de los 100 fatales días, con un escenario político completamente diferente al planeado en cuentas alegres para “la gran mayoría azul” con el pobrecito Germán Martínez y un PAN avasallado en conflicto de dedazo; la crisis constitucional en la lucha perdida contra el narcotráfico; los recortes del catarrito de la SHCP de Agustín Cartens; el retorno del virus de la influenza y las altas olas en las costas del pacífico que ahogan la campañita turística y la generación de divisas, el siempre oportuno encuestador mitómano habilitado como director de la paraestatal Jesús (quién por cierto, mucho podría aportar al misterio de la desaparición de Isla Bermeja, pues este acto se consumó cuando era embajador de México en los EEUU en época del no menos apátrida Ernesto Zedillo, para envidia del mismísimo ilusionista David Cooperfield), activa el Plan “B” del show del petróleo junto con el inédito titular de la Secretaría de la Reforma Agraria , Abelardo Escobar Prieto, pretendiendo de última hora “castigar” al ganador supuestamente incumplido, con la certificación moral del señor burócrata de la SRA, y la evidente anuencia del ilegítimo ocupante de Los Pinos.
Fue patéticamente insoportable y vergonzante hasta la mansedumbre, que se acepten las condiciones absurdas de confrontar directamente a Hidalgo con Guanajuato; al PRI palero, contra el PAN atracador, y a los mexicanos nos quieran volver a polarizar en juegos de vileza política, enrareciendo con recetas del Partido Popular Español el 2010, cuando se avecina el cambio de 10 gobernadores y en el fondo se percibe la mezquina intención del disfuncional Felipe Calderón Hinojosa, de distraernos en infiernitos, cortinas de humo y más programitas demagogos contra la miseria en crecimiento, para poder cumplir un sexenio sostenido con las bayonetas de la milicia cuestionada en su respeto a los Derechos Humanos , que ha sido peor a su antecesor, el hampón electoral 2006 confeso Vicente Fox Quesada.
Esperemos ver hasta dónde los gobernadores organizados en la CONAGO, la nueva legislatura federal y los partidos políticos están dispuestos a ser simples cómplices por omisión en las “chucherías fecales” del asunto tan serios como el la refinería o si están de acuerdo con las “nuevas reglas del juego ” del reality oil show que tanto reconforta al abatido y desmoralizado FCH, que desde la pérdida lamentable de Juan Camilo Mouriño, ni con las imitaciones clonadas de Alfonso Lujambio recupera su etílica alegría perdida.
Es de reconocer el afanoso intento de Jesús, hijo del célebre ideólogo, político nacionalista y patriota veracruzano don Jesús Reyes Heroles (q.e.p.d) por darle histrionismo al tongo de la refinería y buscar algo de felicidad de su patrón, con este circo petrolero digno de cualquier nación platanera, gobernada por el flemático y temperamental michoacano.
Si vivieran, ¿cual sería la opinión del ilustre Don Lázaro Cárdenas del Río?. ¿Qué pensaría de su peculiar vástago Don Jesús Reyes Heroles?
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