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Y este era un gato…
Y llegó el día largamente esperado por los socios de la vieja-nueva clase política en Sinaloa: el señor Mario López rendiría protesta y asumiría el poder ante un congreso de facultad solemne únicamente.
Era el último día del año 2010 y el primero en el recuento para muchos. Inicio de la buena fortuna para unos; de la distancia sexenal, para otros.
Después de las formalidades consabidas, vino el discurso que se nutrió de lugares comunes, abundando en las promesas cíclicas cuya repetición da cuenta de su incumplimiento previo.
Las expectativas de rigor, lo esperable, en un ambiente que reeditó las prácticas del priato, y del foxiato, que, sin ir lejos, parece ser prácticamente el mismo.
Las declaraciones de buena fe, el ánimo exacerbado por lo cercano, la emotividad que alimenta la ganancia sabida, la solemnidad sonriente que sabe del aplauso por lo que sea.

Mario López Valdez
Va a estar difícil
El escribiente ha visto pasar a muchos en más de 40 años de ejercicio periodístico y académico; las formas han sido fondo y se adelanta un pronóstico sin mayores atributos de adivino: la gran mayoría de las promesas que publicitó Mario López se enfrentarán, para su concreción, a los mismos obstáculos que hoy hacen posible su reedición.
Y es el peso de la historia, la anterior, que es la presente en realidad, la misma que ha determinado un “cambio” cuyas formas iniciales son ahora su principal cuestionamiento, la que lo indica.
Tener presente, también, que la credibilidad de las alianzas, hasta hace poco impensables, depende en mucho de lo que suceda en el corto y mediano plazo en gobiernos como el de Mario López.
¿Tábula rasa?
Que va a “enderezar el rumbo”, dice Mario López, y que no va a cometer “los viejos errores” del pasado.
Los críticos, que los había aunque soterrados, preguntaron: ¿es que Mario López no tiene pasado? ¿No es el mismo que participó, como presidente municipal, secretario del gobierno estatal saliente y senador, de los errores que ahora señala y los que defendió en su momento?
Siguieron los giros de voluntades a la orden del día, las citas dentro y fuera de lugar, como todo lo común en el discurso del poder mexicano, así sea delegado; la figura confeccionada, la secuela del guión.
Y la clica era multicolor y multivariada, desde la que en un tiempo alegaba tener principios hasta la que se busca un principio en cada sustitución de gobernantes.
Los ungidos de un día antes, seguros en el gabinete; los nuevos diputados “aliados” de la LX, no regatearon entusiastas muestras de asentimiento.
El cortesanismo de siempre
Y así, permeado por un cortesanismo que en realidad nunca se ha ido, matizado por expresiones de populismo (el que sirve o no sirve, según sea el caso) se dio la protesta constitucional, como gobernador de Sinaloa, de Mario López Valdez.
Presentes en un “poder legislativo” de Sinaloa coptado por los signos del poder fáctico, los paladines de una “clase” política que es corresponsable de la miseria nacional; “dirigentes” desprestigiados de todos colores que son cómplices del atraso estatal y nacional; negociantes y cómplices de la venta del país y el coloniaje que seguimos sufriendo.
A los despropósitos que siguieron después de la elección de julio del año pasado, siguieron otros cuyo punto de llegada no se percibe.
Los resultados “atípicos” de los distritos quinto y sexto de Ahome, donde Mario López ganó la elección de julio del año pasado en proporción de cuatro y cinco a uno, cuyos referentes fueron desaparecidos prácticamente por las instancias electorales, fueron marginados. Pero sería ingenuo pensar que no ocuparán su lugar en las pugnas por venir.
Y ya en la euforia del discurso del “cambio”, largamente aplaudido por socios y epígonos del “nuevo” gobierno, para empezar, desde la organización y control del acto de protesta constitucional se violó la fracción XVIII del artículo 43, sección dos, capítulo segundo, de la Constitución Política del Estado de Sinaloa.
¿Letra muerta?
La norma establece que una de las “facultades exclusivas” del Congreso del Estado es recibir protesta constitucional del gobernador, lo que implica que es el Congreso quien debe llevar la batuta en la organización y control del acto, lo que no fue así.
Las facultades constitucionales, en obvio, no se delegan.
Pero el acto lo controló el equipo del gobernador electo. Las invitaciones de prensa, por ejemplo, las giró el equipo del señor López, no el congreso; ese equipo, según se disculparon en el Congreso, también discriminó la lista.
¿Irrelevante? ¿Detalle menor? -No faltará quien, en un medio político acostumbrado al abuso y el manoteo de las leyes, así lo quiera presentar. Pero no, en este caso la forma es fondo.
A partir de ese hecho, a nadie se puede culpar de que, por lógica, derive quién mandará y a las órdenes de quién estará el legislativo.
Lo que se tiene qué ver
Al tomarles protesta a los integrantes de su gabinete (por la tarde del día 31 de diciembre pasado, lo que tiene otras implicaciones pues el mandato constitucional aún no iniciaba) Mario López les dijo:
“Les vi sus ojos, su corazón, les vi el compromiso que tienen con esta noble tierra donde nos va a tocar trabajar y labrar las labores públicas y políticas para que Sinaloa sea un lugar donde verdaderamente estemos orgullosos de haber nacido aquí y de vivir aquí”, concluyó.
Giros cuasi literarios aparte, en esos menesteres primero se tiene qué ver la capacidad, la historia de trabajo, la honestidad probada desde fuentes externas al ánimo, la disposición a privilegiar el interés común sobre el particular o grupal.
Ver eso, en primerísimo lugar, es obligación de los gobernantes al designar a su equipo y si, además, hay lugar para la poesía, pues mejor para sus ánimos.
Para formar su gabinete, López dijo:
“No tomé en cuenta a nadie, tomé en cuenta a mi conciencia… y no tomé en cuenta a los partidos, no les pedí permiso a ningún partido para nombrarlos. Con los que hablé fueron con los distintos actores políticos”.
Esa afirmación era evidentemente innecesaria y ronda el despropósito. Mejor habría sido que el gobernador ponderara las prácticas muchas veces insalvables de la política, motivos que son del dominio público.
Tamborazos
-Antes de su toma de protesta, Mario López Valdez y su gabinete fueron bendecidos, en una misa celebrada en la Catedral de Culiacán, el día 31, que fue oficiada por el obispo Benjamín Jiménez Hernández.
-Ya tienen más de un mes los nuevos diputados, la LX Legislatura de Sinaloa, y hasta ahora nada han hecho respecto del claro latrocinio que cometieron sus antecesores (
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