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Efecto dominó
La historia es cíclica y los acontecimientos que la marcan en el tiempo y existencia de la humanidad suelen ser factores donde todo se conjuga para, que llegado el lapso, la dinámica de los hechos activen y concreten los cambios en proporción del empuje de las fuerzas en conflicto y las resistencias mesiánicas al cambio.
Nuestro amado México, el hermoso y hoy mutilado hogar de todo ese mosaico de etnias, razas, credos, mestizajes e idiosincrasias, está profundamente agraviado y ávido de concluir casi más de tres décadas de crisis institucionales, financieras, sacrificios, corrupción, enriquecimientos faraónicos y afrentosa impunidad de la denominada “clase empresarial-política” que desde la degeneración y prostitución integral del quehacer publico se insertó, con el advenimiento de José López Portillo, al gobierno corrupto que hasta mitificó su indecencia con su máxima de identificación: “La corrupción somos todos”.
Seis años de orgía, frivolidad y alardes de potencialidades reproductivas (activas, pasivas y plurales), coronaron la parranda del boon petrolero con la ocurrencia de prepararnos “para administrar la abundancia”. La sucesión resultó peor que la enfermedad de las improvisaciones. El Consenso de Washington, con su pedante criterio del “Destino Manifiesto” se disfrazó de Renovación Moral de la Sociedad, iniciándose con el gris, pusilánime, ególatra Miguel de la Madrid una atapa mortal, no solamente para la economía y la devaluación sin freno, sino que también la consolidación del hamponismo de lo que ahora se denomina delincuencia organizada, con la afianzamiento de varios cárteles y acumulamiento de crímenes contra periodistas como el caso de Manuel Buendía, Carlos Loret de Mola y hasta la fecha, se ha convertido en casi un deporte sexenal.
El sismo de 1985 fue un factor importante de activación social para que los mexicanos advirtiéramos la crudeza de la soberbia, mediocridad e impericia del gobierno federal, que terminó siendo rebasado en su ineptitud, cada quien atendiendo sus prioridades. Los héroes anónimos salvando vidas y reconstruyendo la fe en sí mismos. y los gobernantes convertidos en buitres de carroña con los apoyos de la comunidad internacional y desapareciendo lo máximo del erario a nombre de la “contingencia”.
Carlos Salinas y sus aliados de la concertacesion, Luis H. Álvarez, Carlos Castillo Peraza, Diego Fernández de Cevallos y otros negociaron la voluntad popular robando la elección a Cuauhtémoc Cárdenas, quien avaló la infamia burló la memoria de Lázaro Cárdenas del Río. Entre sangre, ajusticiamientos, rapiñas y terror Ernesto Zedillo se arrojo a los brazos salvadores de Bill Clinton llevando como moneda de cambio para su supervivencia ladina y apátrida, la riqueza petrolera, los acuerdos secretos para desaparecer el Hoyo de Dona y la privatización de ferrocarriles para acelerar el desmantelamiento del patrimonio nacional para poder ser adoptado y protegido como un hijo de paternidad dudosa por las barras y las estrellas.
Vicente Fox, el Apocalipsis del sentido común y la patética mansedumbre de servir hasta la ignominia los intereses energéticos de sus amos en la Coca Cola, puso todo el poder político de la nación, a los pies, los caprichos y ambiciones de su consorte, destacándose en la dantesca misión, la siempre oportuna Elba Esther Gordillo, sin escatimar tiempo dinero público en las argucias, brujerías, brebajes y conjuros; sin descuidar las nobles y divinas artes de convencimiento en el Vaticano.
No hay mal que dure cien años
Mucho espacio se requiere para continuar sintetizando las frivolidades de la denominada clase empresarial-gobernante, siendo importante entrar al fondo de esta colaboración, con el escenario mundial que ahora evidencia la profunda crisis de sobrevivencia del modelo económico que, colapsado por su propia degradación, se derrumba gracias a la vital labor del comunicador que expande esa fresca revolución de conciencias. La rebelión social del Medio Oriente, con el simbolismo germinal del mítico Egipto, está activando un movimiento global -aún de pronósticos reservados- que modifica las reglas existentes la últimas tres décadas en que las evaluaciones de comportamiento “democrático” se calificaron con base en colaboracionismo de los gobiernos al poderío hemisférico militar de los Estados Unidos y aliados, mientras un factor escriturado por el diablo, el petróleo, ha sido el tributo supremo que dictaduras perfectamente aprobadas ofrendaron al sueño americano .
En México, el gobierno de Felipe Calderón, sin la legitimación del voto y cuestionado sistemáticamente, no parece tener otra preocupación que cumplir con sus compromisos de privatización plena de Pemex y la destrucción total de CFE. Su otra prioridad, es continuar la demencial guerra que, según varios trabajos de investigación periodísticos, sirve a la eliminación de adversarios del Cartel de Sinaloa con todo el poder del Estado, sin importar la muerte, mutilaciones, vulgaridad y crueldad contra inocentes ciudadanos, hombres, jóvenes mujeres, niños y familias completas.
Los cómplices de esta masacre concertada y el camuflaje de pluralidad partidista, dentro del PRIANRED, siguen apoyando su gobierno completamente fallido, disfuncional apátrida y descompuesto en todos sus niveles . ¡El negocio del poder, la protección concertada en la corrupción integral de los tres niveles de gobierno y el tráfico de influencias es primero!.
Los pueblos en rebelión, están rompiendo las inercias de resignación ante el dispendio, los abismos sociales la marginación, discriminación, desprecio de clases y la miseria en que viven, es el combustible que activa la fuerza de los pueblos contra el inmovilismo. La protesta social busca un cambio de forma y fondo. Ha perdido el medio y sale en busca de sus sueños compartidos con toda una generación, marginada por el nepotismo. Dispuestos a recuperar su dignidad aun exponiendo su vida por tanta insolencia y mezquindad que ha despertado al mundo bronco. Para quienes consideran que el Medio Oriente esta muy lejos, les recordamos que hoy las distancias no existen y la comunicación de redes sociales está haciendo la revolución en las comunicaciones. Vientos de reacomodo seguirán derribando las fichas del efecto domino y México no está en Marte.
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