PLASMA COLETTE DOLOR Y GRANDEZA
EN SU MAGNÍFICA OBRA GIANNI CASTRO CASANOVA
Prefiero ser jirafa que águila,
pues éstas alcanzan las alturas,
manteniendo los pies sobre la tierra
CON UN TRAZO EXCEPCIONAL y honrando al bello arte que es la pintura, la artista de la plástica Colette Louise Wall deleitó en días pasados a los asistentes a su magnífica presentación pictórica, en la que la grandeza pudo más que el dolor plasmado en esta misma.
La artista, una mujer sudafricana nacionalizada mexicana, pudo demostrar el motivo de su obra: “Prefiero ser jirafa qué águila, porque ellas alcanzan las alturas manteniendo los pies sobre la tierra”. Y ese concepto es el que se ve de manera vanguardista en su trazo, que refleja su sentir, plenamente, plagado de deseos y de dolor.
La bella obra de Colette es, simplemente, exquisita a los ojos de quienes gozamos de la buena pintura; aquella que transmite emociones y sentimientos, cosa que la pintora, al plasmar sus enormes sentimientos de amor, convertidos en dolor, pudo lograr, sin duda, en todos y cada uno de sus cuadros.
En el acto de corte del listón inaugural de la magna exposición, en el orden acostumbrado, el Excmo. Sr. Andrea Lee, embajador de Taiwán; la expositora, Colette Wall; el embajador de la República de Sudáfrica, Excmo. Sr. Sandile Nogxina y; Mouris Salloum George, Director general, del Club de Periodistas de México.
Y ésos, aquellos destellos de su corazón, nos los compartió en el Club de Periodistas de México, donde el arte, la magia de esta plena dama, fue presentado en días pasados.
La inauguración de tan bella muestra fue presidida por Mouris Salloum George, director general del Club; Celeste Sáenz de Miera, Patrono Presidente de la Fundación Antonio Sáenz de Miera Fieytal; y el Embajador Plenipotenciario de la República de Sudáfrica, Don Sandile Nogxina.
Mas es indispensable mencionar la presencia de grandes personalidades como el excelentísimo maestro Don Andrea Lee, Embajador Plenipotenciario de Taiwán en México.
El dolor
Vemos oleos que nos hablan de sangre que brota por los ojos. Y así fue para Colette cuando, con toda impunidad, su hija le fue arrebatada. ¿Quién, sino una madre, llorará sangre, sólo por sus hijos?
Despojada de su hija, de su amor, ella se enfrenta al hombre que engendró a ese mismo amado ser, el arquitecto Luís Justo Carrión Cuellar, y es él quien, mediante procedimientos pseudolegales ha logrado separarlas. ¿Por qué? Lo ignoramos… Mas una madre siempre peleará por sus hijos. Y eso, sólo eso es lo que ha hecho esta mujer.
Su dolor es el fruto, pues, de la impunidad que pernea en el país. Aquél que llega cuando el poder está basado en los amigos, más que en las leyes. Dolor de madre que emerge y que se refleja en los trazos, en los colores, en las texturas que hoy nos presenta.
Colette Wall sufrió el trago amargo de que el padre de su pequeña, el arquitecto Luís Justo Carrión Cuellar, le arrebatara a la infante, además de que le profirió amenazas físicas y en sentido de deportación. Este individuo repitió su mal proceder con otra mujer, de origen cubano, Katelín Guerra González, a quien también le quitó al hijo que en su momento procrearon.
Ambas mujeres fueron encarceladas a través de juicios plagados de irregularidades y ambas fueron obligadas, tras las rejas de una prisión, a firmar la guarda-custodia de sus respectivos vástagos.
“No es posible que los jueces utilicen a los niños como mercancía de cambio, de compra-venta” afirma categórica, con cólera, Colette, quien comenta que eso tiene muy preocupado al embajador de Sudáfrica en México.
La grandeza
Y ese mismo dolor, aquel que surge de lo más preciado, es el que hoy da un toque especial a la obra de una grande, de una artista que ha logrado plasmar todo su sentir en magníficas obras que ilustran y llevan de la mano a su mundo.
Obras espléndidas son las que nos da Colette Louis Wall. Pintura, que también se funde con escultura, en preciosas imágenes que absortan todos los sentidos.
Tan así, que incluso se las han robado.
Tan así, que el magistrado Alejandro Luna Ramos, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación está coludido en el despojo que fue practicado por su propio hijo, el abogado Jorge Belisario Luna Fandiño.
Tan así que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a través de la Margarita Luna Ramos, solapa el robo de obra, delito que fue perpetrado por su sobrino, el ya mencionado abogado Luna Fandiño.
El muralista Hugo Zúñiga.
Por otro lado, la artista inaugurará en aproximadamente tres meses una obra monumental, de tres jirafas llamada La Familia”, la cual estará ubicada frente al Museo La Avispa, de Chilpancingo, Guerrero, donde el gobernador de la entidad, Ángel Aguirre Rivero, en una visión futurista, de buen gusto y que habla de un hombre de cultura, mandó erigir tan magnífico monumento.
El gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, con Colette Wall al momento en que la artista plástica le presenta la maqueta-modelo (una obra de arte también), de la gran escultura monumental que se inaugurará, próximamente, en Chilpancingo.
Dicho homenaje a la familia es la primera obra de carácter monumental de artista sudafricano alguno en México, y es la representación de Colette de la idea de que los valores morales comienzan en casa, en el seno familiar. Ahí, en este punto, es donde el gobernador Aguirre Rivero quiso recordar que la palabra, cuando se trata con caballeros, vale más que mil firmas de un bandido.
¡Gracias Colette, por tu hermosísimo arte! ¡Gracias Colette por ser una jirafa!… Sigue mirando a las alturas.
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