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Ediciòn 293

EXAMEN MÉXICO
ÁLVARO ARAGÓN AYALA


PORFIRIO DÍAZ  ¡VIVE!

Mafiosos de cuello blanco aplaudirán

la Revolución made In USA


MEXICANOS AL GRITO DEL SPOT, DEL TWITTER Y DEL FACEBOOK. Nadie se da cuenta o finge no saberlo: Los trepidantes anuncios de los festejos de la Revolución Mexicana que se desplazan por la televisión y  la red solazan a los beneficiarios de la Hacienda Pública y del Petróleo, apagando el llanto y ocultando el calvario de la Patria: del vientre de Coatlicue siguen brotando ríos de sangre. La revolución mudó en involución: sacrificio.  Dolor. Hambre. Holocausto perenne.

La nada ociosa perversidad del “nadie sabe para quien trabaja”, tiene en el Apóstol de la Democracia Gatopardiana, Francisco I. Madero, un real, práctico y dramático sentido: el vibrante maderismo fue facilitador de la permuta de los negocios de los Mafiosos del Dinero. Del  reciclado de las empresas extranjeras. La “ideología” porfirista  permanece a salvo: políticos y funcionarios del gobierno de la “nueva patria”, emulan al general Porfirio Díaz Mori que portan en sus genes, hambrientos de cuantiosas fortunas y enfermos de poder  eterno.

Las “gestas heroicas” apestan a construcción y reconstrucción demagógica. La verdad escondida traslada a un desorganizado baño de sangre que aún no termina. Permanecen vigentes los negocios del pasado, metamorfoseados, los zarpazos del Tío Sam por el petróleo y sobrevive la tesis estructural y doctrinal de Porfirio Díaz, quien eliminaba las diferencias de opiniones sobre asuntos de política con el uso de la fuerza.

El retrato no envejece: La política de mucho garrote para el pueblo y los negocios para el Presidente y su círculo de privilegiados trasciende el tiempo. Policías y soldados que persiguieron en el pasado a bandoleros y opositores, en una generación reeditada blanden ahora sus armas contra #Los de Abajo, que subsisten a como Dios les da a entender.

Hordas de mexicanos sin pan acumulaban odios.  Y hoy lo acopian también. El descontento creció y crece por la miseria en que vivía y vive la mayoría de la gente. Cada vez fue y es más difícil mantener el orden. Así, en los últimos años del Porfiriato se vivía en un clima de represión y muerte, menos letal que el genocidio demencial calderonista.

A sangre y fuego se reprimieron las huelgas de Cananea (1906), en Sonora, y de Río Blanco (1907) en Veracruz, y se persiguió a los periodistas que criticaban al régimen y a todo aquel que manifestara una opinión no oficial. Igual:  El Quinazo, la mano que mece la cuna en el corrupto Sindicato Minero y la “desaparición”  del contaminado sindicato de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, agrupaciones producto de la Revolución, son  golpes de la preclara intolerancia posrevolucionaria. paradójica.

Así, mientras los millonarios cuidaban sus fortunas, los mexicanos “al grito de guerra, al acero aprestad el bridón”, unos; otros descalzos, en huaraches y en harapos, famélicos la mayoría, se lanzaron a esa guerra, a la lucha por un México mejor, mordiendo el polvo  miles de hombres anónimos que magnánimamente sufrieron en carne y alma el albur de los combates que culminaron en ríos de sangre.

Colosio, víctima propiciatoria.
Colosio, víctima propiciatoria.

En la exactitud del análisis, el país recula, para muchos, millones, y avanza para unos cuantos, los menos. Se eleva así a estatus la  “gloria estabilizadora” de tres, cuatro, cinco gobiernos conocidos por su “tranquilidad social”, pero para miles de mexicanos que se matan unos a otros, para millones que mueren de hambre, que peregrinan por falta de empleo, todo es similar o peor que el pasado, pero ahora con la novedad de la masificación televisiva, la computadora, el twitter, el bacebook  y los gritos del #Yo Soy 132.

Para los no amnésicos son frescos los recuerdos en la aurora del 20 de noviembre: en marzo de 1908 en los puestos de periódicos de Nueva York la revista Pearson’s Magazine lució en su portada, en letras rojas: “la historia conmovedora del presidente Díaz, el hombre más grande del continente, visto y descrito por James Creelman, a través de quien habla al mundo”.

Son entonces los Barones del dinero quienes tienen mayores causas para desbordarse en los festejos: la República sigue siendo de su propiedad y la visión retrospectiva y futura muta a Porfirio Díaz en padre  del mexicanísimo neoliberalismo económico y de la privatización azteca: vendió 50 millones de metros cuadrados de tierras baldías a inversionistas extranjeros; transfirió a Louis Huller la mitad del estado de Baja California; otorgó la explotación de yacimientos mineros de Cananea al coronel Greene, a los Rockefeller la región del hule y a Lord Cowdray la región del oro negro.

Francisco I. Madero y los intereses gringos

¿Cómo entender una Revolución de los pies descalzos o de huarache sin financiamiento, sin alimento, sin armamento y sin la presencia del gobierno de los Estados Unidos? Hechos históricos transparentados, desmenuzados y entremezclados, revelan realidades ominosas.

Estaban por terminar los días en que la dirección gubernamental del tirano  que supo dominar por 30 años a 14 millones de mexicanos: el gobierno gringo y sus inversionistas le apostaban primero a una sucesión tranquila e incluso colocaban en la mesa el nombre de León de la Barra, ex embajador de México en los Estados Unidos, como presidente interino. Era imposible sostener por más tiempo a Porfirio Díaz.

Todo el “pastel” era devorado por los norteamericanos y la Casta Divina nacional, provocando que el descontento se generalizara. Sin embargo, un relevo tranquilo no garantizaba la seguridad de sus negocios. Quedarían vivos los inconformes. Los dueños de la Estándar Oil Co., de la Tolteca Petroleum Co., de la Mexican American Cable Co., de La Mexican Telegraph Co., de la Mexican Telephone Co., de la North Mexico Mining Co., de la Mexican Lightan Power Co., de la Mexican Railway Co., y de la Green Consolidate Mining Co. (Cananea), etcétera., querían mantener sus privilegios. Optaron por el sacrificio de su socio y protector: Porfirio Díaz.

Al gobierno gringo y a sus empresarios, unidos con el gobierno mexicano por el cordón umbilical del dinero de la Hacienda Pública, el petróleo y los yacimientos mineros, le urgía una revuelta, una Revolución made In USA para concentrar los odios en el tirano, ofreciéndoles tiempo para darles un tinte “patriótico” a sus empresas. Madero y su movimiento encajaron en el plan de exterminio. En el país la semilla de la “revolución” germinaba en 60 mil miembros del Partido Antirreleccionista que Porfirio Díaz había metido a la cárcel.

Se gestó entonces el primero, aunque arcaico, Rápido y furioso, para armar a la gleba: Gustavo  A. Madero trabó tratos con el contrabandista Sherbourne Hopkins, recomendado a su hermano Francisco por agentes de Wall Street, con el fin de proveerlo de armas. La guerra estalló el 20 de noviembre del 2010. Porfirio Díaz salió rumbo a Europa en el buque alemán El Ipiranga el 31 de mayo de 1911 y Madero entró a la ciudad de México en junio de 1911 acompañado del mafioso Hopkins.

Todo se derrumbó para Madero y sus aliados cuando Henry Lane Wilson, embajador gringo, decidió apoyar el cuartelazo de Huerta que condujo a los asesinatos, el 22 de febrero del 2013, de Francisco, presidente derrocado,  su hermano  Gustavo, y del vicepresidente José María Pino Suárez. La sentencia de muerte quedó escrita días antes, el 15 de febrero. Lane Wilson dijo: “Madero es un loco, un lunático que debe ser declarado mentalmente incapacitado para gobernar el país; la situación es intolerable y voy a poner orden. Madero esta irremisiblemente perdido”.

John D. Rockefeller, financiador de revueltas

México Negro, una novela política, del abogado y periodista Francisco Martín Moreno, creó y recreó la sospechosa verdad, narrando los siniestros intereses entreverados en el centro de México. Juicioso, ofrece la perspectiva de lo que el llamó “esta alevosa acechanza para hacerse de nuestros recurso: el petróleo”.

Escribió: “el 3 de octubre de 1927, (Plutarco Elías) Calles y (Álvaro) Obregón conocen los detalles de un golpe de Estado para derrocarlos. Confirmaban todos los supuestos. Se conoce el nombre de los conspiradores: Francisco Serrano y Arnulfo Gómez, ambos precandidatos a la presidencia de la República, legítimos contendientes de Obregón, quien profesaba un gran afecto por Serrano debido a que le había salvado la vida cuando Francisco Villa estuvo a punto de fusilarlo en Chihuahua”.

“El rumor del golpe” -describe Martín Moreno- “llegó acompañado de los nombres de sus patrocinadores financieros en uno de los momentos más álgidos de las relaciones entre Estados Unidos y México: los petroleros. Con Calles no había una segunda opción; su mano dura le había reportado inmensos beneficios. Obregón había olvidado el sentimiento de la piedad y el agradecimiento. El poder había endurecido las fibras de ambos hombres, quienes, al conocer el complot, ordenaron la desaparición física de sus opositores”.

“Como en el caso de Francisco I. Madero, la Standard Oil Co, había hecho el intento, nuevamente, de hacerse indirectamente de las riendas de la Presidencia de la República. Serrano había recibido dinero petrolero para la compra de cartuchos, rifles y otros pertrechos, pero Calles atento al menor intento de subversión, la había sofocado con exceso de violencia para convencer a cualquier otro ‘antojadizo’ de los riesgos de una intentona contra los poderes constituidos. En la carretera a Cuernavaca fueron salvajemente asesinados la mayoría de los involucrados”.

Standard Oil Co fue una empresa petrolera estadounidense que llegó a ser la más importante en su rubro. Su presidente y principal accionista John D. Rockefeller desplegaba su poder por todo el planeta.

La compañía abarcaba todos los aspectos de la comercialización, desde la producción, el transporte, la refinación, hasta la venta final de los productos. Surgida en 1870 como una empresa de Ohio (EEUU), llegó a ser el mayor refinador de petróleo en el mundo y una de las primeras y más grandes corporaciones multinacionales del planeta. El holding se dividió en 34 empresas independientes. Dos de estas nuevas compañías fueron la Jersey Standard (ex Standard Oil Company of Nueva Jersey), que finalmente se convirtió en la Exxon, y la Socony (ex Standard Oil Company of Nueva York), que años después se transformaría en la empresa Mobil. A Rockefeller la Revolución, “le hizo lo que el viento a Juárez”.

Gustavo Díaz Ordaz: Del discurso libertario a la matanza

A  54 años de aquel 20 de noviembre de 1910 que marcó el inicio de la Revolución Mexicana, la nación es hipnotizado por el discurso mentiroso de uno de los genocidas de la posrevolución: Gustavo Díaz Ordaz.

 

Ruiz Massieu, el cuñado incómodo.
Ruiz Massieu, el cuñado incómodo.

El 1 de diciembre de 1964 al tomar protesta de presidente de la República  Ordaz, dijo: “en fervorosa demostración cívica que el pueblo de México convirtió en desbordante fiesta nacional, el voto de los ciudadanos depositó en mis manos la bandera de su esperanza. Yo la recibo con los más limpios propósitos de defenderla y de servirla (…) Nuestro sistema democrático tiene como punto de partida al hombre, no como simple guarismo o pura abstracción, sino como sujeto intransferible de derechos, como persona cuyos atributos de dignidad y libertad consideramos fundamentales; estos atributos garantizan la solidez sagrada de la familia que, a su vez, forman y estrechan los lazos de lo que debe fundar inquebrantable solidaridad social. Hombre, Familia, Patria, Humanidad, son conceptos esenciales e inseparables (…) Una larguísima experiencia ha tenido la humanidad, y parece desdeñar la doble lección: la violencia no sirve para solucionar problemas, y sí para agigantarlos y agravarlos; por agudos que sean siempre pueden hallar solución en la paz, con las armas invencibles del derecho. El poder es del pueblo. La autoridad del Gobierno sólo se asienta en la voluntad popular, fruto a su vez, de la libertad de quienes integran ese pueblo. De ahí que sea indeclinable la obligación de mantener en toda su amplitud, las garantías y libertades que nuestro régimen legal consagra”.

La perorata se transmutó en hado sangriento. Estalló en el ‘68 la barbarie: ríos de cadáveres. Desaparecidos. Losas frías. Terror. Persecución. Cementerios no encontrados. Huesos no localizados.

Antes, en 1965, Gustavo Díaz Ordaz, con la andada violenta contra las manifestaciones de los médicos, revelaba su sed de sangre. Con el conflicto estudiantil de 1968, la represión oficial llegó a límites nunca antes imaginados. La Matanza de Tlatelolco, con la que se eliminó a un segmento de la “generación del cambio”, es otra de las aristas del rostro del perenne México maldito. Del parto de Coatlicue.

Nadie duda: el espíritu represor y sanguinario de Porfirio Díaz vivió encarnado en la humanidad de Gustavo Díaz Ordaz,  el Genocida democrático, sin reporte de este término en los hacedores oficiosos y oficiales de la historia de la República. Todavía corre por la República, ahora por Internet -twitter, facebook, email, la pregunta ¿Dónde estaba el Cuarto Poder en el procesamiento da la Matanza Diazordacista, el genocidio mismo y sus consecuencias? ¿Estaba o no la prensa instalada en el mismo sitio que en la época porfirista? Los abuelitos del #Yo Soy 132 gritaban en las calles “¡Prensa vendida!” Los O’Farril y los García Valseca, los Azcárraga y los Alarcón, se volcaban en aplausos en los banquetes festejando la “mano firme” y la “respuesta ejemplar” del presidente Díaz Ordaz ante la “conjura” de los "revoltosos".

El sino maldito en la nueva ola política

En la posrevolución “los muertos”, de Amado Nervo, “no se van a parte alguna, no emprenden al azul remotos viajes, ni anidan en los cándidos celajes, ni tiemblan en los rayos de la luna”, se quedan como registro de la verdad histórica. De los odios y venganzas. De la Sed de Poder Terrenal.

¿Qué hay que festejar entonces el 20 de Noviembre? ¿Qué el sino maldito siga sembrando asesinatos y  “accidentes” fúnebres que sacuden a la patria? ¿Qué manos asesinas moldeen el destino de la nación?

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El aspirante presidencial Carlos Alberto Madrazo Becerra murió el 4 de junio de 1969 en Monterrey, Nuevo León, en un sospechoso “accidente” aéreo del vuelo comercial de Mexicana de Aviación del DF a Monterrey. Carlos Madrazo viajaba con su esposa Graciela Pintado.

Gilberto Flores Muñoz, octavo gobernador de Nayarit de 1946 a 1951, y luego responsable de la Comisión Nacional de la Industria Azucarera,  fue asesinado junto con su esposa María Asunción Izquierdo, el 6 de octubre de 1978.

El líder empresarial y candidato a la Presidencia en 1988, Manuel de Jesús El Maquío Clouthier murió el 1 de octubre de 1989, junto con el diputado, Javier Calvo Manrique, en un accidente automovilístico muy sospechoso, “prensado por un tráiler”

Luis Donaldo Colosio Murrieta candidato del PRI a la presidencia en 1994,  murió asesinado en Tijuana, Baja California el 23 de marzo de 1994.

El secretario general del PRI en 1994, José Francisco Ruiz Massieu, murió  luego de que Daniel Aguilar Treviño le disparara un sólo tiro antes de que el arma se le encasquillara.

Enrique Eduardo Guillermo Salinas de Gortari, hermano menor del ex presidente Carlos Salinas, fue encontrado asesinado el 6 de diciembre de 2004, en el municipio de Huixquilucan, Estado de México. El procurador mexiquense Navarrete Prida dijo entonces que el resultado de sus indagatorias causaría un terremoto en la clase política. ¿Y?

Gustavo Alberto Vázquez Montes, murió en funciones de gobernador del  PRI de Colima el 24 de febrero de 2005 tras desplomarse en un cerro cerca del poblado El Sapotito, municipio de Tzitzio, Michoacán, el avión Westwind 1124 aparentemente por una falla mecánica. Con él perecieron varios de sus colaboradores.

Ramón Martín Huerta. Se desempeñó como gobernador interino de Guanajuato y fungía como secretario de Seguridad Pública Federal al momento de su muerte el 21 de septiembre de 2005, cuando el helicóptero Bell 412-EP en el que se dirigía a abanderar a nuevos custodios del penal de máxima seguridad La Palma, se estrelló en un paraje montañoso.

Juan Camilo Mouriño Terrazo. En medio la controversia sobre su nacionalidad y de acusaciones de tráfico de influencias a favor de su familia en Campeche, falleció el 4 de noviembre del 2008 cuando el avión Learjet 45, matrícula XC-VMC en el que volvía al DF, se estrelló en Periférico y Reforma

José Luis Santiago Vasconcelos. Al momento de su muerte, llevaba varios años de estar bajo el acecho de organizaciones criminales. Falleció el 4 de noviembre del 2008 junto con Juan Camilo Mouriño.

Armando Chavarría Barrera. Fungía como presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso de Guerrero cuando fue asesinado a balazos afuera de su domicilio el 20 de agosto de 2009. Fue un político miembro del PRD, que ocupó los cargos de Secretario General de Gobierno del estado y presidente del Congreso de Guerrero.

José Francisco Fuentes Esperón ex candidato del PRI a la diputación local por el IV distrito de Tabasco fue acribillado junto con su esposa Lilián Argüelles Beltrán y sus hijos, José Francisco y Fernando Fuentes Argüelles, el 6 de septiembre de 2009 en su domicilio del fraccionamiento Tucanes, enclavado en la colonia Atasta de la ciudad de Villahermosa, Tabasco.

Rodolfo Torre Cantú, candidato a la gubernación de Tamaulipas por la alianza “Todos Tamaulipas”, integrada por el PRI, PVEM y PANAL, fue ejecutado a tiros junto con cuatro de sus colaboradores el 28 de junio de 2010, mientras se trasladaba al aeropuerto de Ciudad Victoria, para viajar a Matamoros donde realizaría un cierre de campaña.

José Manuel Maldonado, alcalde de Piedras Negras, murió el 07 de julio de 2010 al caer el avión Cheyenne 2, con matrícula XDMTV, cuando realizaba un recorrido por la zona afectada por el huracán 'Alex' y para hacer un vuelo de reconocimiento sobre la Presa 'La Fragua'.

Edelmiro Cavazos Leal, presidente municipal de Santiago, Nuevo León, fue plagiado por un grupo armado y su cuerpo fue localizado cerca del paraje “Cola de Caballo”, con huellas de tortura, maniatado y vendado de los ojos el 18 de agosto de 2010.

Jesús Silverio Cavazos Ceballos, fue gobernador de Colima del 5 de mayo de 2005 al 31 de octubre de 2009, tras el fallecimiento de Gustavo Vázquez Montes. El 21 de noviembre de 2010 fue atacado por varios sujetos al salir de su casa, resultando gravemente herido. Fue trasladado a una clínica particular donde falleció.

¿Habría que festejar el 20 de Noviembre el perpetuo baño de sangre?

El aplauso de los herederos de Porfirio Díaz

Insensibilidad. La patria es destripada por el hambre y la violencia. Queda claro que el narco, las matanzas de niños, mujeres, jóvenes y adultos, no serán obstáculo para que el pueblo hipnotizado con “los logros de la Revolución” se sumerja en el opio de sus festejos. Arriba, en Palacio Nacional, gritarán y saltarán de alegría los adoradores del proyecto de la privatización-extranjerización  del Petróleo: la empresa Pemex que tanto codician se abrirá a la inversión extranjera, como en los viejos tiempos, estrenando camuflajes.

Felipe Calderón Hinojosa, viva reencarnación de Porfirio Díaz, en su versión antinarco, elevará el ánimo al éxtasis por la misión cumplida: El mayor genocidio de la época posmoderna: por elevar a extremos criminales la pobreza endémica y haber repartido bala por todo el territorio nacional en vez de alimentos y empleos. Feliz por el rumbo de los negocios petroleros.

Pronosticando: El discurso de Felipe Calderón ocultará, como lo han hecho otros presidentes de la República, el destino de la fortuna amasada por Porfirio Díaz,  y esconderá la presencia, a 10 días del cierre de su gobierno, de cabilderos, brókers, publirrelacionistas e inversionistas con sus miradas fijas en Pemex.

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¿Donde quedó, pues, la riqueza acumulada por el tirano? El maderismo no requisó, no expropió, no quitó las propiedades de Porfirio Díaz. Una pequeña parte de su fortuna la gozó en el extranjero. Sus caudales y propiedades quedaron en poder de su familia y sus socios. Cambios de razón social, permutas, prestanombres, encubrieron, tras su partida marítima, los negocios del general y de sus compinches, y de las empresas de extranjeros, sacudidas algunas por la Expropiación Petrolera del Tata Lázaro. En la involución, ahora los diputados y senadores lavan y planchan la alfombra para el regreso de los legatarios de Porfirio Díaz.

El periodista Alfonso Díez, en su famoso Código Diez -La Verdadera Fortuna de Porfirio Díaz- ilustra sobre la corrupción, el rapiñaje y el saqueo nacional.

La investigación periodística es legado para transparentar la historia de México, para entender la mecánica de cómo se las gastan los saqueadores del país, adictos a la impunidad y al goce de los dineros del pueblo, al uso de la ingeniería política para ocultar y proteger sus negocios.

Nada empaña entonces aquel espejo: El Tío Sam aplaudirá a control remoto y a través de su embajador Anthony Wayne los festejos de la sangrienta Revolución Mexicana y el futuro reingreso de sus hijos, los Mafiosos del dinero, a los grandes negocios del petróleo “nacional”.

El elogioso palmar alcanzará pos morten a José López Portillo y a Miguel de la Madrid Hurtado -su hijo Enrique de la Madrid Cordero, se mueve en las catacumbas del banco mafioso HSBC-, y en vida a Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, todos, en su momento, de rodillas ante El Capitolio.

Los saqueadores del petróleo se frotan las manos de codicia. El tirano vive en los genes del gobierno. Para fortuna de los gringos el México rebelde vive aletargado por la televisión, el spot, el twitter y el bacebook, rindiendo culto a monitos de bronce, llorando a sus muertos o muriendo de hambre, igual que en pasado…

Sí. El moderno Rápido y furioso armó a los cárteles de la droga para desatar la guerra todos contra todos….Pero no contra el gobierno espurio ¡No hacía falta! Sea pues: que venga el aplauso del México tuitero y la desnacionalización de la banca ¡Que desgracia!

 



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