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Edición 305 | ||
Escrito por Voces del Periodista | ||
Domingo, 16 de Junio de 2013 19:43 | ||
Miserias de la justicia mexicana
ESTE TÍTULO PODRÍA SERVIR lo mismo para referirnos a la
justicia fiscal o a la justicia electoral, pero hoy nos enfocamos sólo a
A PARTIR DE LA IRRUPCIÓN en el poder público de la tecnoburocracia neoliberal hace tres décadas, nunca antes en la historia
de México el gobierno habló tanto del Estado de Derecho. Especialmente en las
presidencias del Partido Acción Nacional (PAN), y particularmente en la de
Felipe Calderón -en que las más estratégicas esferas de decisión gubernamental
fueron delegadas a egresados de El ejercicio de ese monopolio pretendió justificarse al socaire de la guerra narca, pero su depravación sirvió, de un lado, para usos electoreros o, en otra vertiente, para blindar con descarada impunidad la disolvente industria de la corrupción. En un lapso de apenas siete años, nada menos que dos
ministros presidentes de En ese poroso terreno de licencias fácticas, agentes de procuración de justicia se han valido de medios de comunicación para el linchamiento de detenidos, haciendo abstracción de la presunción de inocencia. Por ese mismo carril, transitan litigantes privados que, a golpes mediáticos, visten de blancas palomas a presuntos delincuentes. En la segunda categoría se inscribe el caso de Tabasco desde que, aún antes de la entrega de la administración estatal saliente, el gobernador Andrés Granier Melo y algunos de sus colaboradores, como el ex secretario de Administración y Finanzas, José Manuel Saiz Pineda, fueron sujetos de sospecha de corrupción. Abiertas las averiguaciones al respecto por Saiz Pineda fue arrestado a finales de la primera semana de junio en la frontera Tamaulipas-Texas, cuando pretendió internarse en los Estados Unidos con visa suspendida. Fue entregado a agentes federales mexicanos. El 9 de junio y todavía la madrugada del 10, una cadena televisora, con la sola voz de un abogado, divulgó incesantemente que el ex secretario de Finanzas tabasqueño había comparecido ante la procuraduría estatal y esta dependencia resolvió liberarlo por falta de pruebas. La misma noche del 9 de junio, el procurador estatal Fernando Valenzuela Pernas había dado por detenido e indiciado por peculado y uso de recursos de procedencia ilícita al ex funcionario. Tope en eso, la versión de su liberación se mantenía en el aire. Serán el juez o los jueces de esa causa, los que dicten
la última palabra sobre ese putrefacto asunto. Queda en el registro público,
sin embargo, el dato de que la justicia penal mexicana no anda en buenos paso. More articles by this author
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