Los desafíos de
Peña Nieto,
Estadista de clase
mundial
INDISCUTIBLEMENTE QUE 2013 fue
para el presidente Enrique Peña Nieto un año de muchos logros inéditos posrevolucionarios
de quienes aspiraban desde los tiempos de Richard Lansing tomar todo el control
de los recursos naturales renovables y no renovables, y revertir dentro de la
Constitución del 5 de febrero de 1917, impulsada
por Venustiano Carranza, la nacionalización del petróleo, decretada el 18 de marzo de 1938 por el general don Lázaro Cárdenas del Río.
Ruiz Massieu, el cuñado asesinado.
Simplemente, Peña Nieto logró en tiempo record las reformas
que dentro del proyecto neoliberal actual, se exigía a la gerencial clase
gobernante desde el arribo de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari,
cuyo sexenio termino siendo catastrófico con el levantamiento del EZLN en
Chiapas, el crimen de Luis Donaldo Colosio en Lomas Taurinas, en
territorio entregado en pago a favores al PAN, y el asesinato de José Francisco Ruiz
Massieu, acontecimientos que terminaron quebrando su proyecto de cambiar el
rumbo de la nación.
Para nadie es un secreto la suerte del proyecto cuando los
espacios de maniobra se le cerraron a Salinas de Gortari, ni los intentos de
rebeldía del grupo que ya sentía suyo al país con la nominación del malogrado
Luis Donaldo, que le frustraron la segunda designación en la persona de su secretario
de Hacienda Pedro Aspe.
Colosio, la víctima.
El conflicto se desató dentro del PRI donde, mediante un
desacato a las reglas no escritas de nuestra política mexicana, los amigos de
Colosio empujaron el destape de Fernando Ortiz Arana, entonces líder del PRI,
mientras que, desde las oficinas del profesor Carlos Hank González, se cerraban
filas en torno a Ernesto Zedillo Ponce de León, maniobra que culminó con
colosal creatividad del folclor político nacional cuando tocó Manlio Fabio
Beltrones definir la candidatura de EZPL con el video-destape que suplió el no
menos peculiar “dedazo”.
El conflicto -recordemos- termino en una crisis política y
económica con el denominado “error de diciembre” que propicio la
encarnizada confrontación entre Salinas y Zedillo, cuyos asesores recomendaron
encarcelar a Raúl, y el ex presidente vio como sus viejos aliados del PAN y
nuevo PRIAN se regodeaban con los
montajes de la PGR en manos de Fernando Antonio Lozano Gracia en la finca El Encanto, para imputar al hermano incómodo del crimen contra Ruiz Massieu,
apoyando todas las ocurrencias viscerales
de Zedillo, hasta presentar -justa o injustamente- el sexenio salinista
como un periodo infernal e inescrupuloso.
Ernesto Zedillo el debil.
La crisis fue tremenda en todos los aspectos para todos los mexicanos, pues durante su gestión
Zedillo nunca pudo mantener el control del partido que lo llevo al poder (PRI)
y en su frustración creo aquella frase de
ruptura total al decir que entre el Ejecutivo y el Partido “había una
sana distancia”, mientras luchaba por escapar de la barranca de la quiebra
financiera, hasta que la mano del presidente de Bill Clinton lo rescato, no sin
antes condicionar toda la política petrolera a los intereses del Coloso del
Norte, aceptando un acuerdo secreto de límites marinos en aguas en el
Golfo de México, complementado con la mágica desaparición de Isla Bermeja que
devino oportuno “accidente” mortal del indiscreto senador panista José Ángel
Conchello, quien había denunciado la
entrega del pleno control del Hoyo de Dona.
El proyecto de realizar las reformas estructurales no pudo
avanzar a causa de la pugna de intereses -de ninguna manera nacionalista, sino
geopolíticos- dentro del PRIAN Zedillista,
pues los fieles de Salinas
frenaron a las Cámaras legislativas con el apoyo de los nuevos caciques
de los estados que para consolidar sus dominios, jugaron con ingenio la
debilidad presidencial de un mediocre apátrida como Zedillo.
La figura de Roberto Madrazo Pintado fue importante en ese
juego de equilibrio catastrófico, donde Zedillo no pudo cuajar su proyecto de sucesión en la figura
del secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma Barragán, quien -ingenuo al
fin- intentó jugar en las grandes ligas de las intrigas con aquellas cajas con
recibos de gasto de campaña del tabasqueño exhibidas por Andrés Manuel López
Obrador, y al final termino entregando
la estratégica secretaría al Hankista Emilio Chuayfett Chemor. Cuando,
finalmente, jugó la candidatura presidencial de Francisco Labastida, la
historia es de todos conocida.
La “alternancia” para terminar con la denominada “dictadura
perfecta” del PRI, se enfilo a favor de Vicente Fox, quien recibió todas las
facilidades como gobernador de Guanajuato para realizar su precampaña y la plena
garantía de impunidad exigida por la nomenclatura del PRI para aceptar el
camuflaje del 2000.
Fox el loco.
Fox tenía la misión de realizar las reformas estructurales,
pero su locuacidad y la desmedida ambición política de su consorte, sin olvidar
los excesos de sus hijos adoptivos para saquear Pemex, lo alejaron del
objetivo.
Las propuestas de Fox nunca lograron tener la mínima
viabilidad y el activismo abierto de
control ejercido por el Partido Popular Español, por conducto de quien seria
distinguido como padrino de enlace de la “Pareja presidencial”, José María Aznar -desbocado en reclamar
“derechos históricos de coloniaje hispano” con el proyecto 2030-, le impidió
avanzar, mientras en la trinchera del control político e inteligencia (la SEGOB,)
su titular Santiago Creel Miranda trabajaba sin descanso en concretar su
candidatura, combatiendo subterráneamente al poderoso grupo de El
Yunque incrustado en su partido.
La crisis internacional en Irak y otros factores sirvieron
como distractor al proyecto global de “reestructurar la Constitución y mover a
México” hacia control global de sus recursos y soberanía.
Marcos el pelele.
El grupo español de Galicia con Fraga, Aznar, Rajoy y el
Clan Mouriño, se aplicó a impulsar la candidatura de Felipe Calderón Hinojosa, cabildeando ante las petroleras mundiales poder
y control para el joven Juan Camilo sobre el michoacano.
Fácil es confirmar lo dicho si recordamos al maestro Rubén Luengas, quien en su programa en Telemundo entrevistó
al especialista Miguel Tinker
Salas, quien comentó el jubilo de
la empresa Halliburton por haber ganado la elección en el 2006 -con evidente
fraude electoral contra Andrés Manuel López Obrador- y la importancia de ese “triunfo” para los
intereses de Norteamérica, muy por encima de otras elecciones, como las de
Brasil o Venezuela.
La actividad en busca
de las reformas postergadas se centra en el insolente proyecto prematuro del
español Juan Camilo Mouriño, quien tomó el control integral de todos los
negocios y poder político, con el único afán de construir su camino a la
presidencia, con el propósito de favorecer los intereses petroleros familiares
y de su Madre Patria España, poniendo en tercer término cualquier compromiso
establecido antes del proceso electoral polémico del 2006.
Calderón nunca pudo enfilar esa propuesta ni ejecutar
ninguna reforma. Unas veces por su propia volatilidad política y, otras, atrapado en su
afición etílica que después del medio día lo mantenía enajenado,
sufriendo inconsolable la trágica
pérdida su proyecto afectivo, que termino en fracaso total al no poder imponer
como su candidato y sucesor al designado desde la finca de Imi en Campeche, por la
intolerante matriarca del Clan Mouriño,
Gelly Terrazo: El actual senador Ernesto Cordero Arrollo.
Enrique Peña Nieto ha cumplido -insistimos- con todas las
expectativas de quienes lo vieron con tamaños para lograr el sueño de los
inversionistas internacionales y nacionales, al obtener, mediante el Pacto Por
México, el dominio sobre las principales fuerzas políticas, tanto de los
amoldables panistas como de los siempre
predecibles perredistas, para imponer la apertura legal a la depredación global.
Hoy, Peña Nieto es calificado a nivel mundial como un
estadista de la denominada modernidad, por haber logrado la aprobación de
temas considerados intocables en nuestra
formación histórica y revolucionaria: La educativa, pasando sobre el poder y
soberbia de la líderesa Elba Esther Gordillo; la competencia en
telecomunicaciones; la regulación financiera, aspectos fiscales, reglas
electorales en consenso, y la joya de la
corona que constituye la reforma energética.
Pero el horizonte de México aún no se despeja y parecen
agudizarse aspectos como la inseguridad y violencia que parece incrementarse al
paso de los días, especialmente en estados del sur sureste, y en Michoacán, que siempre han sido focos rojos por la
fuerza de caciques y la marginación deliberada desde el centralismo.
Raúl Salinas, el hermano
incómodo.
La popularidad del presidente se encuentra muy baja en el
ánimo de los mexicanos abatidos por las crisis recurrentes en su nivel de vida
y el creciente alarde de corrupción e impunidad de la clase gobernante, que se
trasmuta a los nuevos tiempos sin un ápice de moral.
Según algunas
encuestas, menos del 44 por ciento aprueba al actual jefe del Ejecutivo,
mientras la propuesta de reforma electoral,
con la creación de un órgano central que organice las elecciones
estatales, prende alarmas a caciques y grupos fácticos, jugadores picarescos de
la pluralidad simulada y embustera, enquistados y fortalecidos durante los
últimos 18 años.
Peña Nieto deberá afrontar este reto de gobernabilidad
interna sin ningún temor a las
reacciones de los caporales (gobernadores actuales) de cada entidad que se
oponen a ser auditados en sus excesos de endeudamiento y saqueo, mientras -retadores
algunos- culpan la administración del Presidente de ser la causante de los
despidos, insolvencia financiera e inseguridad de sus entidades.
Todos saben que no podrían evadir la sanción a actos de
colosal corrupción que dejarán al ex gobernador de Tabasco Andrés Granier Melo
en un simple carterista de Trasporte Colectivo. Maniobran sin límites para
mantener el dominio y no permitir ninguna injerencia regresiva de un Presidente
con control y mando. Añoran la
mediocridad de Zedillo, la demencia de Fox y los exabruptos ridículos de
Calderón.
Calderón el temperamental.
Saben esos gobernadores que en el 2015, con las elecciones
intermedias federales y el cambio de muchos gobernadores que no jugaron con el
ganador, sino que de sus viejas alianzas con partidos como el Panal y el
proyecto de Manlio Fabio, no estarán en condiciones de dejar a incondicionales y menos vetar propuestas que
no les simpaticen.
2014 será de vital importancia política para todos los
actores. Veremos si el éxito en sus reformas de Peña Nieto no lo ciega, y la
adulación de su círculo cercano no lo arrebata de la realidad, aceptando compromisos
inconfesables clásicos en las justas electorales.
La
gobernabilidad depende de la SEGOB,
donde el titular Miguel Ángel Osorio Chong mantiene en varios cargos de
medianía a muchos ambiciosos e insaciables ex gobernadores fundadores de la
CONAGO, que consideran este organismo un virtual blindaje de sus intereses, por
encima del propio proyecto presidencial .
Del PRI no sabemos hasta dónde mantiene esa “sana distancia”
o la lealtad con el mítico “Primer priista de la Nación”. Seguramente, este año nuevo nos mostrara hasta dónde quiere crecer quien
ahora hasta líder mundial es considerado por analistas del orbe como creador de
un nuevo bloque de países emergentes
capaces de competir con el BRICS .
Esperemos ver hasta dónde alcanza “el momento de éxito” de Enrique Peña Nieto y recupera parte del
poder al que hoy se resisten en los estados de la Suave Patria.
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