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Edición 335 | ||||
Escrito por Enrique Castillo Pesado | ||||
Lunes, 20 de Julio de 2015 09:06 | ||||
El inversor –John Paulson-- que a contracorriente se jugó casi toda su fortuna a que el mercado inmobiliario en los Estados Unidos colapsaría, donó recientemente 400 millones a la Universidad de Harvard. Sé que esta suma servirá para financiar la ampliación de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas.
Es lo que hizo hace unas semanas el fundador de Blackstone, Stephen Schwarzman, con su donativo de 150 millones a Yale. No podemos olvidar a Bill y Melinda Gates por su tremenda labor filantrópica, así como en México también realiza una excelente labor Manuel Arango, y en España, el modisto Adolfo Domínguez. Pero continuando con estos temas económicos para apoyar a la cultura, Schwarzman donó también –hace dos años-- 100 millones al programa educativo para la formación de élites en la Universidad de Tsinghua en Pekín, que se ve como la alternativa asiática a la Rhodes Scholarship de Oxford. Por su parte, Drew Faust, presidente de Harvard (la institución a la que más acuden muchos políticos y empresarios mexicanos) confesó que “la donación de Paulson es extraordinaria”. Y todo lo anterior no es porque este gran centro universitario tenga problemas económicos. Oiga usted esto: en sus arcas (no las de Rico McPato) acumula 36.400 millones de dólares (que podrían servir, bueno, una suma mínima) para otorgar becas a jóvenes de todos los países que, verdaderamente, desean estudiar.
Felicitaciones a Rafael Olea Franco Para los que aman la literatura excelente, acaba de aparecer un libro intitulado El legado de Borges, editado por Colmex/México. Rafael Olea Franco, académico y crítico, compiló 13 ensayos inéditos, de escritores mexicanos y extranjeros, sobre Jorge Luis Borges (al que nunca le importó que le otorgarán el Nobel; “no lo necesito”, nos dijo a Justo Molachino, quien no solo me presentó a Borges aquí en México, sino que también me editó mi primer libro Las Revelaciones de Castillo—Pesado), quien siempre sostuvo una relación con la novela, la cultura árabe, la literatura gauchesca, así como infinidad de trabajos de traductor y la extraña ausencia de bibliotecas en El Informe de Brodie (1970) son algunos de los temas que se entrelazan en El legado de Borges, brillante académico del Colegio de México. ¿Cómo olvidar sus títulos El Aleph, Ficciones, El Evangelio según San Marcos, La intrusa, etcétera?
Algunos dudan que lo haya escrito el pequeño Borges, pero esta precoz hazaña fue posible gracias a que su abuela paterna, Frances Haslam, nacida en Inglaterra, le enseñó inglés desde pequeño. Así comenzó la historia del monstruo literario más grande no sólo de Latinoamérica, sino también del mudo, porque su obra completa ya sido traducida en China y Japón. Felicitó a Rafael Olea Franco quien agregó que el pasado día 14, Borges fue recordado a 29 años de su fallecimiento. Y hasta la próxima, ¡abur! More articles by this author
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