Tuxtla Gutiérrez.- Le gana la urgencia a la administración chiapaneca. Desespera por legalizar la ilegitimidad en el poder. Usurpa el padrón electoral con la credencialización forzada para abultar la irreal membrecía del PVEM. Importa asesores en su derrochadora y fallida estrategia del sueño presidencial, con recursos públicos.
La millonaria campaña mediática nacional y estatal muestra un Chiapas pintado de verde en las intermedias federales para crear la realidad virtual avasalladora en las locales del próximo 19 de julio de Ayuntamientos y Congreso, para tomar posesión el 1 de octubre. Un partido que se dice ecologista y es repudiado por los verdes del mundo, sin soslayar que el primer abuelo del Estado inició la deforestación de la Selva Lacandona en 1972.
Más la realidad mediática es insuficiente ante la contundencia de las cifras.
Con un padrón electoral estatal de 3 millones 233 mil 52 chiapanecos en edad de votar, el PVEM registra ante el Instituto Nacional Electoral una membrecía de 148 mil 630 chiapanecos, equivalente al 4.5 por ciento del padrón estatal. Y en la magia de las cifras, acumula en las intermedias del 7 de junio 689 mil 62 votos equivalente al 21 por ciento del padrón electoral estatal, y que representa una mayúscula diferencia de 540 mil 432 sufragios en relación a la membrecía entregada al INE a nivel federal…
Se antojaría difícil pensar que el Estado se pinta de verde
Además, en el abuso de una aparente inteligencia de los estrategas importados, a la burocracia chiapaneca se les prometió una despensa y efectivo mediante el llenado de formularios con sus datos electorales y generaron la irritación al constatarse que sin su consentimiento los afiliaron al Verde, sin descontar que jamás se cumplió la promesa.
Un dato de vital importancia al estimarse la burocracia estatal en 133 mil 933, con base en el 6.9 por ciento del 1 millón 941 mil 71 burócratas en los Estados registrado por el Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario Estatales del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi).
Los medios nacionales acumulan denuncias de chiapanecos que son víctimas de líderes de precaristas, barrios, colonias y conjuntos condominales, que usan y abusan de acciones violentas o de presión para excluirlos de los programas sociales si rechazan aceptar la militancia verde en cualquiera de los 122 municipios de las 15 regiones económicas.
El control se entiende a los partidos políticos. Sin un padrón electoral chiapaneco del PRI nacional ante el INE en el pasado proceso electoral, su votación oficial alcanzó los 360 mil 448 sufragios. Un partido presidido por Roberto Albores Gleason desde que fue impuesto el 9 de agosto de 2011 por el mexiquense Juan Sabines Guerrero en funciones de gobernador chiapaneco. Recibió la curul de Senador 2012-2018.
Su papá, el comiteco Roberto Armando Albores Guillén, muy cercano a Jorge de la Vega Domínguez vinculado a Raúl Salinas de Gortari, fue expulsado del PRI por su traición de apoyar como gobernador al mexiquense Juan Sabines Guerrero, habilitado como perredista sin militar jamás en el partido por el tabasqueño Andrés Manuel Obrador.
Con el PAN no hay problema
Juan Carlos Cal y Mayor no hizo campaña como candidato a gobernador en 2012 y fue beneficiario con una notaría pública en San Cristóbal de las Casas y la titularidad del CONECULTA. En las intermedias federales pasadas el partido sumó 60 mil 434 votos equivalente al 1.8 por ciento del padrón electoral estatal y con una disminuida militancia de 4 mil 407 miembros en el Padrón del INE federal.
Con estos hechos que no son palabras, el 21 por ciento de la votación total o de otra forma, los 148 mil 630 miembros reconocidos en el INE federal, equivalente al 4.5 por ciento del padrón estatal, hacen difícil pensar que el Estado se pinta verde para apuntalar la ambición presidencial en los sueños de la primera mamá del Estado.
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