México y su inclusión
en la Gran Guerra
Gastón Pardo
A Friedrich Katz le pareció más importante servir a los grupos dominantes en México que decir la verdad.
Esta relación empieza con una confluencia de acontecimientos históricos que no nos cuentan en la escuela, porque son parte del mito de que México no participó en la Primera Guerra Mundial, porque nos encontrábamos en un proceso revolucionario alentado por Estados Unidos y la Standard Oil y, en sentido contrario, hay opiniones en favor de que la Primera Guerra Mundial si se libraba asimismo en México.
ENTONCES Alemania y EE.UU. se enfrentarían con toda su capacidad en el país. De tal manera, los mexicanos estarían tan ocupados matándose unos a otros, que no se enterarían de que las potencias los estaban usando.
El historiador alemán Friedrich Katz en su libro “La Guerra Secreta en México”, procura no ir demasiado lejos en sus revelaciones sobre la cerrada actividad alemana en México, paralela a la inglesa y la estadounidense en la pugna por el petróleo. Le pareció más importante servir a los grupos dominantes en México que decir la verdad.
En 1909 tuvo lugar el episodio que nadie nos cuenta en la entrevista en el Paso Texas y Ciudad Juárez entre Porfirio Díaz y el presidente estadounidense William Taft, en la que empiezan los preparativos el derrocamiento del presidente mexicano Porfirio Díaz que había abierto la costa del Pacífico a los japoneses, que artillaron el puerto de Salina Cruz, estado de Oaxaca.
Cuando Taft vino a México a pedirle a Porfirio Díaz que no hiciera el proyecto del canal seco de Tehuantepec porque iba a competir con el canal de Panamá y que le permitiera una base militar a Estados Unidos en Baja California Sur para desde ahí infiltrarse en América Latina.
Le pidió a la vez la devaluación de la moneda mexicana, Porfirio Díaz dijo no, y le pidió a Porfirio Díaz que dejara de comprar el armamento para el ejército mexicano al recién nacido imperio Alemán y que lo comprara mejor a EE.UU., a lo cual Porfirio Díaz dijo también no, y lo más importante es que Taft venía a pedir que se otorgaran concesiones especiales a los empresarios estadounidenses para extraer petróleo mexicano otra cosa a lo que dijo Porfirio Díaz, también, no.
Tratados para el uso y abuso
Pero el general Álvaro Obregón siendo presidente de México en 1923 dijo sí y firmó los Tratados de Bucareli con Estados Unidos que con base en el derecho internacional permitió una situación privilegiada para Estados Unidos en la explotación petrolera. Esos tratados después de 100 años de política desastrosa que sometió a los indios huastecos a permitir el uso abusivo de sus tierras en beneficio de la explotación petrolera, lo cual ocurre hasta la fecha.
El petróleo mexicano lo extraía entonces el inglés Weetman Dickinson Pearson, lo que hace suponer que 1909 hay un conflicto de las potencias anglosajonas por el petróleo mexicano, sobre todo porque el Imperio Alemán que nació en 1871 en 1910 que empieza la Revolución Mexicana ya era la primera potencia de Europa, ya era una amenaza para el Imperio Británico. La explotación petrolera en México data de 1901 a cargo de una empresa estadounidense a la que siguió El Águila, empresa inglesa.
Así que no hay que dudar que la revolución mexicana empieza con armas y apoyo logístico de EE.UU. para Francisco I. Madero y consigue derrocar a Porfirio Díaz. Por supuesto, los estadounidenses no regalan nada. Como bien sabemos, a Madero como presidente se le estaba cayendo a pedazos el país y los propios anglosajones se encargaron de eliminarlo. Otro episodio que es poco conocido es que en el del año de 1912, Winston Churchill siendo Lord del almirantazgo es decir el principal responsable de la marina británica en 1912, pidió que se duplicara el presupuesto de guerra para hacer frente a la amenaza alemana, porque británicos y alemanes se disputaban los territorios susceptibles de ser colonias en todo el Mundo y peleaban a la vez por el petróleo.
Alemania fue el primer país europeo que cambió toda su flota que se movían los motores de carbón por una flota basada en motores de petróleo; entonces Churchill pidió hacer lo mismo en Inglaterra. el detalle que destaca es que en esa época todavía no descubrían el petróleo del Mar del Norte; por lo tanto, Inglaterra no tenía petróleo y Alemania tampoco, y debían poner en movimiento las flotas más poderosas con el petróleo. Esto significaba que ambas naciones debían pelear por el petróleo del Medio Oriente, que en ese entonces era el petróleo de Mesopotamia, parte del Imperio Turco, desde entonces aliado del Imperio Alemán.
Aunque los empresarios que sacaban el petróleo eran ingleses y la otra gran fuente de petróleo de aquella época era ni más ni menos que México, por lo que ya Inglaterra tenía al empresario Weetman que tenía la titularidad del petróleo de México.
Los alemanes quieren venir a explotar petróleo mexicano, los gringos quieren venir explotar petróleo mexicano, el presidente de México don Porfirio Díaz tiene 80 años de edad y entonces se empiezan a mover las piezas para derrocarlo y poner en su lugar un presidente ad hoc. Los gringos lo intentaron primeramente con Francisco I. Madero y más tarde con Venustiano Carranza, mientras los alemanes le dieron su apoyo a Victoriano Huerta. Por lo la Revolución Mexicana no es más que un pleito por el petróleo mexicano. de acuerdo a la narración histórica la Revolución en México empezó el 20 de noviembre de 1910, pero lo que sucedió fue sólo un levantamiento armado que dio como resultado la renuncia de Porfirio Díaz al poder y la llegada en 1911 de Francisco I. Madero. Todo en el año 1912.
Madero entre comillas gobernó México y el país era un polvorín y es cuando los propios gringos planean derrocar a Madero y trataban de derrocarlo en favor del general Félix Díaz, sobrino del depuesto presidente Porfirio Díaz.
La Revolución, en 1913
Entonces aparece Victoriano Huerta, quien con el apoyo del embajador de EE.UU. Henry Lane Wilson y después de negociar también con el embajador alemán Heinrich von Eckardt derrocan a Madero. Para muchos especialistas la verdadera revolución mexicana empieza en 1913 con el derrocamiento de Madero y esta etapa revolucionaria conecta con la Gran Guerra. Será entonces cuando Victoriano Huerta usurpó el poder y luchó contra los militares signatarios del plan de Guadalupe encabezados por Venustiano Carranza.
Las tropas constitucionalistas se acercaban al puerto de Veracruz en marzo de 1914 y estaban a punto de tomar el puerto de Veracruz entonces en abril del mismo año, cuando 100 barcos yanquis bloquearon el puerto de Veracruz un hecho inexplicable porque no había guerra contra ellos, resulta que hubo un incidente en el puerto de Tampico, donde unos marinos de EE.UU. bajan con su bandera a Tampico y son arrestados por militares mexicanos.
Se produjo entonces un conflicto internacional y EE.UU. pidió que se saludara y honrará a la bandera gringa en territorio mexicano. El gobierno mexicano se negó y acto seguido los estadounidenses invadieron la costa del Golfo de México. Lo que realmente vinieron a proteger fue el petróleo y cuidar las aduanas de Veracruz y Tampico; además los gringos se enteraron que el barco Ipiranga el nombre del barco alemán en el que Porfirio Díaz dejó el país, estaba por atracar en el puerto de Veracruz para dejarle armas alemanas al gobierno de Victoriano Huerta, quien hizo la promesa de poner el petróleo mexicano a disposición de los alemanes, con lo cual los gringos evitaron que esas armas llegaran al huertismo facilitando su derrota.
Cuando Huerta sale al exilio, llegó a la Coruña, España y ahí lo esperaban agentes del káiser alemán, para ofrecerle armas y apoyo y regresar a México y tomar el poder, además de facilidades para su regreso vía Nueva York. Aquí se puso, en efecto, en contacto con un espía alemán y empezó su viaje a la frontera mexicana donde lo esperaban submarinos alemanes con armas para apoyarlo para que tomara de nuevo el poder.
Pero Huerta no pudo pasar la frontera porque fue hecho prisionero por los rangers de Texas que lo pusieron en la cárcel; otro episodio tuvo cuando un espía alemán Félix Sommerfeld infiltrado en las filas de Francisco Villa convence a este general mexicano de que ejecute a 25 estadounidenses en el Estado de Chihuahua.
El periodista Fernando Moraga aseguró en sus reportajes aparecidos en 1974 en el diario mexicano "El Universal" que el ataque de Francisco Villa a Columbus, fue un acto de guerra proalemán.
Cuando son ejecutados los gringos por órdenes de Villa, el presidente Woodrow Wilson, no declara la guerra a México, sino que es el mismo espía Félix Sommerfeld quien planea el ataque a Columbus siendo esta una de las versiones del ataque a Columbus Nuevo México EE.UU. en marzo de 1916 tratando de provocar a EE.UU. porque se quiere que México tenga una guerra contra EE.UU. para que no se meta en la guerra de Europa, si no se pudo el petróleo, pues ahora había que entretenerlo.
Todavía ahí, otro episodio más de que Alemania trato de interferir en la política mexicana cuando en 1917 le envía a Venustiano Carranza el famosísimo telegrama Zimmermann, en el que ofrece la cancillería alemana que México entre en la guerra del lado de Alemania junto al Imperio Japonés para invadir a EE.UU.
1915, años de la guerra mexicana entre los bandos alemán y estadounidense
La Primera Guerra Mundial estalló en 1914 y algunos de sus efectos parecen estar a la vista de los comandantes militares de la guerra civil mexicana de 1915, señala en su libro “1915” Pedro Salmerón, el autor que informa con pormenores que la etapa de la confrontación bélica se extendió por todo México. Álvaro Obregón el agente estadounidense resultó triunfador sobre el agente alemán Francisco Villa.
De todo lo que mencionamos, incluyendo el rechazo a la opción alemana, atrás se encuentra el magnate ingles que ya domina el petróleo mexicano, más la competencia entre Rockefeller que quiere dominar el petróleo mexicano y el imperio alemán que necesita el petróleo mexicano para poder hacer su guerra y tiene una gran flota, que no funciona sin petróleo, y el petróleo del Imperio Turco no está fluyendo como era de esperar porque los ingleses están en guerra con el Imperio otomano. Los alemanes perdieron la guerra, pues, sin contar con el petróleo mexicano.
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