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Bicentenario de oropel
Nunca imagine que los esperados festejos del bicentenario de nuestra Independencia y el centenario de nuestra Revolución mexicana, serían el pretexto ridículo y vulgar de una cofradía gubernamental tan irrespetuosa, usurpadora , ignorante y fallida en sus responsabilidades, para darle rienda suelta a las ocurrencias de convertir un asunto de tal magnitud en espectáculo circense, cargado de frivolidad, dispendio y, como joya de la tragedia nacional integral, a cargo de un gobierno sin la legitimidad del sufragio efectivo -premisa del espíritu de la revolución de Francisco I Madero- y completamente maniatados globalmente bajo el colonialismo neoliberal de los eficientes hijos bastardos de Richard Lansing en nuestra soberanía alimentaria, energética, bancaria, laboral y de las garantías individuales que consagra nuestra Constitución, pero que una perversa estrategia de legitimación fallida ha puesto a la nación en pleno peligro de una invasión extranjera.
Si existiera la reencarnación, indiscutiblemente los dos iconos apátridas de México, Antonio López de Santa Anna y Victoriano Huerta se estarían disputando la autoría intelectual de las acciones que desde la “elección del Trife” a favor de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, con el criterio de que la ley se puede violar un tantito y, gracias a la lógica pragmática del PRI acomodaticio, generosamente concertacesionador y legitimador responsable” del colosal fraude electoral, para seguir disfrutando de sus estados en decorativos cromáticos disfraces de falsedad plural, convertidos en feudos de caciques, donde sus diferencias las subsanan -haiga que hacer, lo que haiga que hacer- sin importar llegar a crímenes como los que se han vivido recientemente en Tamaulipas y Colima, plenamente seguros que la flamante impunidad los seguirá cubriendo con su manto protector, mientras las tartufos lamentos y condenas e investigaciones hasta el fondo, terminen sepultadas por el padre Cronos.
Estamos ante un dantesco espectáculo de sorna y burla, montado cual circo romano, de la misma clase inescrupulosa que a base de abuso, dispendio, desprecio y soberbia segó los sueños de libertad de Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón, Leona Vicario y que hoy, si pudieran ser testigos de la actualidad, pensarían que el período no pasó y que la involución de los objetivos de su lucha resultó peor que aquellos tiempos de la insaciable gula depredadora Corona Española.
Felipe Calderón ha dado rienda suelta a sus más profundas patologías y traumas de infancia de quien declara haber soñado siempre, con ser el poseedor de todos los juguetes, para después presumir en los medios del exterior que ha construido un increíble bunker con los equipos de alta tecnología en el espionaje y desde donde podrá seguir su sangrienta guerra personal (si todavía queda país) después del 2012, si logra imponer a Margarita Zavala o a su “Plan B” el titular de la Secretaria de Hacienda, Ernesto Corder, quien se ha revelado como eficiente acicalador de las caballos pura sangre en la poderosa Villa Gely, y ferviente adorador del monumento en Campeche del héroe y marcador del sexenio Juan Camilo Mouriño.
En esta celebración de pésima tramoya, a cargo de Televisa, su majestad del ilusionismo torvo y sus arlequines expertos en apologías de lo absurdo que le dan un toque de mezquindad, tan único, del llamado Canal de las Estrellas y sus cometas del Teletón, cuota anual de la delincuencia fáctica organizada (funcionarios, gobernadores, empresarios etcétera) para no ser exhibidos en sus miserias humanas. Peor las maromas del Senado de la República que, sin rubor, recibe un faraónico recinto inconcluso que contrasta con sus productividad, abofetea el rostro de tantos asalariados y sin este privilegio, a más de 60 millones de mexicanos que nos debatimos en la falta de oportunidades, pobreza y miseria extrema; mientras sus colegas diputados federales, sin un ápice de sensibilidad, permiten mayores incrementos a las gasolinas, el asalto legalizado en el cobro de la energía eléctrica y le aprueban a Fecal y sus ministros legitimadores, subsecretarios, los propios diputados y senadores el incremento de sueldos que superan el estándar internacional gerencial del primer mundo, sin contabilizar viáticos, bonos de riesgo, fatiga , caballeros de compañía y demás de lo excéntrico y otros.
¿Para ellos lucharon por la libertad e independencia, y en la revolución, perdieron la vida tantos connacionales?
El teatro funesto que se ha montado para esta “celebración”, finamente aderezado con los cadáveres mutilados, de hombres mujeres y niños que suman más de 31 mil daños colaterales, es verdaderamente preocupante con la cruda que estamos a punto de sufrir, si después de tanta disfuncionalidad, rapacería, desprecio a la vida, venganza a traumas existenciales y asociación internacional delictiva, perfectamente diseñada por los asesores del Partido Popular franquista español en Los Pinos, que buscan completar las coartadas de sus aliados norteamericanos, para justificar el asalto final que dé fin a la comedia del combate al narcotráfico y que en forma por demás genial, en la revistas Contralínea, edición de la segunda quincena de noviembre, el maestro y joven talento periodístico Zósimo Camacho Ibarra, plasma en su trabajo titulado: “Focos rojos en la Sedena ante posible intervención de EU”, demoledor en las revelaciones de la inconformidad y disgusto de las Fuerzas Armadas de México, que están en completa alerta de los siguientes pasos que, gracias a la alucinación dipsómana de Felipe Calderón y sus aliados del PRIANRED, estarían creando el proscenio de lujo para que el siempre abusivo “guardián mundial”, invada México, con el pueril pretexto de salvaguardar el orden y la seguridad de su nación y, de paso, tomar el control de todos los recursos petroleros en el Golfo de México y así garantizar mejor posicionamiento en su guerra comercial y financiera contra el BRINC (Brasil, Rusia, India y China.)
El anuncio de que serian los denominados “cascos azules” de la ONU quienes tomen el control de la próxima reunión del Cambio Climático en Cancún, es la señal de que al ejercito mexicano y fuerzas armadas se les ha desechado dentro de su propio escenario nacional, después de una virulenta campaña de desprestigio sin precedente, victimas de su denominado “comandante supremo” y ridículamente disfrazado de soldadito.
Auténticos barruntos de tormenta se ciernen en el inmediato horizonte de nuestro presente -aún de libertad, frágil independencia y famélica democracia. Las bestias colaboracionistas del PRIANRED están sueltas y su maldad no tiene límites, para facilitar esta infamia que Contralínea nos revela, fríamente calculada por los verdaderos peligros para esta suave patria.
¿Tenemos el valor para ser simples testigos de la alta traición a México?
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