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Waterloo
michoacano
No fue una ocurrencia de momento, ni menos el fruto de lucubraciones o adulaciones sistemáticas, donde el sentido común y la vanidad pierden fronteras. El 23 de octubre de 2010, teniendo como catapulta de lanzamiento y pretexto su cumpleaños número 54, Luisa María Calderón Hinojosa ,acompañada de varios integrantes del gabinete de su hermano Felipe, varios diputados, senadores y gobernadores panistas, decide ser la candidata a la gubernatura de Michoacán, plenamente convencida de que, gracias a su simpatía, magnetismo, y demás virtudes, la misión sería un simple trámite para suplir al alicaído gobernador perredista Leonel Godoy quien ha sido víctima constante del escarnio presidencial, ejemplificado no solamente con el tristemente “michoacanazo”, sino también con la persecución feroz a su medio hermano y diputado federal desaforado en fuga.
Muchos aún recuerdan la romería de aquel día en Álvaro Obregón, cuando se vio desfilar en éxtasis al señor secretario de Economía Bruno Ferrari; de la SEMARNAT, el inédito Juan Rafael Elvira Quezada; de Salud José Ángel Córdova Villalobos; el procurador agrario Rosendo González Patiño; los gobernadores (panistas) de Guanajuato Juan Manuel Oliva; de Morelos, Marco Antonio Adame Castillo, diputados locales, federales y hasta el legislador del PRI Eduardo Villaseñor, que después del evento glorioso de nominación de la Cocoa, falleció a la conclusión de la fiesta inolvidable del descorche gubernamental. Para tener una idea del asunto, les invito buscar en Internet la nota del compañero reportero Eduardo Ferrer, de La Jornada con fecha del domingo 24 de Octubre del 2010)
Leonel Godoy.
Nada podía ensombrecer aquella apoteótica y casi demencial consigna que rompió decibeles y retumbó hasta el palacio de gobierno en Morelia, donde Leonel Godoy y asesores sabían por donde vendría la verdadera tribulación en el fin de su gestión. Ver los reportes y videos de “inteligencia”, con el grito: ¡Cocoa gobernadora!.
Todo ello requería acciones de emergencia, jugadas políticas de todos los niveles y alternativas apegadas a la filosofía pragmática de su paisano en Los Pinos del “haiga que hacer, lo que haiga que hace” para frenar el paso inédito de detentar la presidencia y poner a su hermana en vías de similar acción a mediano plazo. Las señales recibidas por el perredismo en debacle no podían ser peores, al ver la premiación recibida por el peculiar líder ,oral del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, a quien el Senado, no mostró el mínimo rubor de entregar la medalla Belisario Domínguez, al mismo que fue mostrado en su exacta dimensión, después de las revelaciones de cables de Wuikileaks en Reporte Índigo con la valiente Anabel Hernández. Llevaba un claro y demoledor mensaje de mesianismo, dictatorial, nepotismo inaceptable para la democracia, legalidad, ética y convivencia civilizada de todos los mexicanos.
Los posteriores reclamos a la injerencia del presidente Felipe Calderón a favor de su hermana durante la campaña, por parte del todavía gobernador Leonel Godoy, dejaro en claro la irresponsabilidad de secretarios de Estado a quienes solamente puede enviar y recriminar su jefe Felipe Calderón, creando expectativas de superar el mapachismo electoral grotesco que ejerció el ex presidente Vicente Fox en la pasada contienda presidencial.
El día de las elecciones llegaron con la no menos algarabía y optimismo de tener las infaltables y acomodaticias encuestas a favor de Luisa María, mientras en los otros frentes de batalla se auguraban similares triunfos. Fausto Vallejo candidato del PRI y Silvano Aureoles del PRD nunca perdieron el optimismo al grado que en sus primeras manifestaciones permitidas por la ley, se declararon triunfadores indiscutible, según sus propios números y datos a la mano.
Las cosas cambiaron al paso de las horas siguientes y cuando la información electoral empezó a marcar como virtual triunfador al candidato del PRI, el ex alcalde de Morelia Fausto Vallejo, las descalificaciones de la célebre Cocoa Calderón no se detuvieron al extremo de acusar al socorrido maloso predilecto el “crimen organizado” de haber manipulado el proceso electoral, dejando en evidencia no solo la desesperación por la cruda realidad, sino tratando de provocar la anulación de proceso que horas antes había calificado de ejemplar, civilizado y copioso.
Hoy las cosas no parecen ser tan fáciles de revertir, ante las evidentes vías de agua en la nave Los Pinos que parece zozobrar. Si bien existe la instancia de los órganos electorales del federales, menudo conflicto se estaría provocando de proceder (más por berrinche familiar, que por elementos de peso) y de cristalizar esta absurda regresión y nueva falta de respeto al voto, se estaría apostando a una crisis de tal magnitud, que justifique lo que un día parecía utópico, pero que hoy, el panismo de Felipe Calderón Hinojosa no parece descartar: la anulación o suspensión del proceso electoral federal del 2012. La otra señal de intolerancia es analizar la forma de perseguir, castigar y censurar a quienes se atrevan a ejercer su derecho de petición o los valores que también salvaguardan los Derechos Humanos en todo el orbe.
¡Tambores de intolerancia se escuchan, a pesar de la lección cívica de Michoacán!
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