CRONOCA DE MUERTES ANUNCIADAS Y PROPICIADAS
Asesinatos de periodistas y civiles indefensos HÉCTOR CHAVARRÍA
LA INSEGURIDAD, la matanza indiscriminada de ciudadanos y en algunas entidades, especial y selectivamente de periodistas, va de la mano de la ineptitud, la cobardía congénita, la corrupción endémica y la ignorancia histórica... ineptitud: policial, legislativa y ética.
Cobardía gazmoña e ignara. Corrupción obvia de los mandos policiales y en muchos casos de los políticos en todos los Estados Unidos Mexicanos: ignorancia generalizada de los derechos reales que la Constitución y las leyes que los EUM dan a sus ciudadanos.
Y agregamos a lo de la ignorancia la incapacidad de entender lo siguiente: Un pueblo que ignora su historia la repetirá, y si no tiene con qué defenderse, la respuesta es obvia e inevitable. Sin embargo, un pueblo armado, es un pueblo libre.
Pistola Star de Carranza
Hoy, a nosotros los neo-mexica, gracias a la gazmoñería, pretenden volvernos un pueblo esclavo. Las autoridades de esta especie de país nos están convirtiendo, o pretenden convertirnos, en una manada de ovejas a merced de los lobos.
No parece haber alguien en los EUM capaz de defender a los ciudadanos y de paso a los informadores, de la violencia ejercida contra ellos, cuando se supone que esas ovejas de sacrificio le pagan a unos incapaces que supuestamente no lo son -porque son corruptos-, para obtener la más elemental protección. Comencemos por mencionar a los más incapaces de todos: Los dizque encargados de hacer “jurisprudencia” quienes jamás han entendido ni entenderán “la ciencia del derecho” y sólo trabajan con anteojeras para, según ellos hacer valer leyes cuyo significado y justicia en el mayor de los casos desconocen.
Memorias Inútiles
Al parecer, ser abogado o funcionario del MP en los EUM significa saberse de memoria una serie de legajos idiotas e inútiles y aplicarlos de la manera más inepta posible, por lo general a favor de quienes menos lo merecen o sea los delincuentes: quienes salen libres en cero segundos cerrados aunque hayan asesinado a las dos abuelitas y al perico de pilón -como ya ocurrió-. Al parecer esto tiene una explicación histórica, es una especie de “ovejismo congénito” el cual data de las ya rancias épocas de los Tlatoani Mexicatl que se sentían dioses. Esos mismos preceptos ya arraigados en la indiada -como le llamaban y llaman los panistas-, fueron muy sabiamente continuadas por los virreyes y capitanes generales castellanos y los creadores -también castellanos por cierto-, del mito guadalupano el cual repite de manera insistente: “ustedes indios, bajen la cabeza, que dios o el papa en turno dirá, y ¡a callar!”. Y, como buenos borregos y concheros ahí siguen: bajando la cabeza y creyendo con rencor de agachados en las tonterías que les metieron en sus inútiles cabecitas: sus conquistadores. A fin de cuenta, con tales ideas, se lo merecen.
Rebaño inerme
Porque lo primero que hicieron los conquistadores fue desarmar a los ahora esclavos indios, someterlos, dejarlos indefensos con la religión y la “ley del mando”. Y así quieren seguir sintiéndose. Un pueblo que alguna vez fue guerrero terminó humillado.
Ahora bien no todos deben ser agachados, nosotros: los comunicadores, las mujeres y hombres con ovarios y gónadas, no tenemos por qué aguantar y sumarnos al lamento de los corderos, en especial cuando los lobos vienen tras nosotros y los encargados de “defendernos” más bien insisten en desarmarnos.
No nos hagamos tontos, las dizque autoridades saben muy bien quienes son los delincuentes y los asesinos y dónde están, porque en muchos casos son ellos mismos...
Es obvio entonces que quieran desarmar a la población, porque el miedo no anda en burro; la verdad se trata de proteger a sus obvios “colegas” ladrones, violadores y asesinos para que “trabajen” sin peligro... no vaya a ser que un loco asaltado, o mujer violada que quiera defenderse -sea periodista o no-, les vaya a dar un balazo. Pobrecitas ratas... ¡llamen a desechos humanos! En realidad las autoridades y quitémonos las anteojeras, sólo parecen interesadas en defender a los delincuentes. Basta ver las noticias, Calderonlandia es un mito morón.
Pistola Bergman de Porfirio Díaz.
Para que en los EUM se aplique la defensa que la “ley” prevé para la “víctima”..., hay que ser el victimario: impune por dictamen de jueces corruptos o incapaces. Sin duda alguna esto sólo pasa en un pueblo que permite una legalidad torcida. En el cual sus senadores, diputados, legisladores, leguleyos, algunos colegas periodistas despistados por la “bondad” y la fe malentendida..., y claro los policías corruptos, se llenan los bocas todos los días repitiendo que, en breve: los lobos se volverán vegetarianos.
¿Quieren paz?
Pero, si los ciudadanos quieren vivir en paz: ármense ya y aprendan a manejar las herramientas si no saben. No nos hagamos tontos: la Constitución de los EUM en su artículo décimo, da el derecho a los ciudadanos de tener armas en sus domicilios para su defensa... la Constitución no establece el número: dice simplemente armas. Es un derecho ciudadano, de la sociedad civil. Si Vis Pacem; Parabellum ... Recuerden: un pueblo armado es un pueblo libre.
Pero, a partir del genocida Luis Echeverría Álvarez, quien se zurraba de miedo ante la posibilidad de un movimiento popular -luego de mandar asesinar a un buen número de inocentes en Tlatelolco en 1968, cuando aún era secretario de Gobernación-, la Sedena, muy obediente cual perro fiel que era entonces -cuando el jijo del Luis ya era presidente y volvió a usar a “los halcones” entrenados por los milicos--, estableció cuales armas podían tenerse... no se valían las de uso exclusivo la Sedena -amén de meter la pata con los calibres, bueno, se les disculpa, no estaban diseñados para pensar-, jamás estableció el numero, mientras las armas no fueran de uso exclusivo.
La regulación actual -que busca la aprobación- de dos armas por domicilio es, por principio anticonstitucional, al parecer sólo se ha planteado para aplicar el criterio legalista de los gazmoños -los mismos que cuidan a los delincuentes-. Por otra parte, la portación de armas -las autorizadas por la Sedena-, está establecida por su propio reglamento en los siguientes términos: “cuando la ocasión lo requiera”-y pone como ejemplo: “una profesión o actividad que implique riesgo”... a la letra y poniéndonos razonablemente estrictos, esto significa que TODOS deberían estar portando las armas autorizadas por el reglamento HOY: pues el sólo hecho de salir a la calle ya implica riesgo.
Un ejemplo a seguir
Como antecedente, en Filipinas donde se ha puesto de moda balear periodistas, como aquí, el gobierno reconoció su incapacidad de defender a todos y autorizó la portación a los colegas periodistas que deseen armarse para su autodefensa, si no saben usar las armas adquiridas legalmente, el Ejercito Filipino les enseñará. Una diferencia bastante notable. Y nosotros hoy y aquí, no necesitamos las premisas de Foxilandia cuando vuelan las balas... aquí y ahora no es el mundo feliz de Huxley, ni el que Disney hubiera deseado para sus sueños pachecos: simplemente nos están matando.
Así pues, periodistas por delante, todos deberíamos ir a exigir nuestro derecho a portar armas que Constitución y reglamento militar nos otorgan, por lo menos en el papel. Porque, si de todas maneras -siguiendo la idea guadalupana-, me van a matar mañana: pues de una vez, pero exijo ejercer mi derecho a contestar el fuego en legítima defensa, legalmente armado, de acuerdo a mi Constitución.
Soy periodista y apoyo a la ley pero no a la “legalidad”, como la ponen los ignaros-gazmoños-ñoños que protegen a los jijosde..., bueno, los comentarios sobran.
Como hombre y como ciudadano, como periodista y persona libre: exijo el derecho a defenderme que me otorga la Constitución de mi país, también deseo un verdadero control de armas, que incidentalmente será aquel que las personas normales, los ciudadanos hagan junto con las autoridades: registrando sus armas y solicitando los permisos correspondientes para su portación, siempre y cuando haya reciprocidad. Mientras tanto y para que se asusten los ñoños: no existe control de armas en los EUM, las venden en la calle, nadie sabe ni puede saber quien está armado y para qué, y eso es así porque la gazmoñería propicia la ilegalidad, las patéticas campañas para cambiar armas por despensas son para llorar e inútiles.
Legalidad y control
La única manera de controlar las armas es legalizándolas por completo y educando al pueblo en la cultura de las herramientas más antiguas del hombre. Podríamos comenzar por los divulgadores, por nosotros. Un pueblo armado, es un pueblo libre.
Colegas, quéjense por los asesinatos, lloren a los muertos, pero en ese espacio entre el sollozo y la reminiscencia, exijan su derecho a defenderse de acuerdo con la ley.
Exíjanlo..., porque si de todas maneras nos van a matar... Que no sea gratis, compañeros periodistas, usen la ley, conózcanla. Hidalgo, Morelos, Mina y sus compañeros, Zapata, Villa, el mismo homeópata Madero y los demás revolucionarios, quienes nos dieron Patria y Constitución no discutieron tonterías y menos gazmoñerías: actuaron, hicieron cosas para la independencia real. Con las armas en la mano para sobrevivir. Ser oveja, cordero o conejo, rogar sollozando por la vida: no es opción. Recuerden: Si quieres vivir en paz, prepárate para la guerra. Nunca olviden: Un pueblo armado es un pueblo libre...
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