Se dice que la deidad: “Hizo a los hombres iguales, pero que el coronel Samuel Colt los volvió diferentes...”
LAS ARMAS EN OCASIONES suelen acentuar las diferencias entre las personas, aunque a veces también son las igualadoras absolutas, eso depende de la situación, como se usen y de lo hábil que uno sea para manejarlas.
PERO EN TODO CASO ni Samuel Colt, John Browning, Pietro Beretta, Walther, Glock o los señores Smith & Wesson; pasando por Otto Schmeisser, George Luger, Gabriel Trejo, Mendoza, Máuser...
Ninguno de los miles y miles de fabricantes y diseñadores de esas herramientas las cuales, por cierto son las más antiguas del mundo, han incrementado las diferencias tanto como lo han hecho la ignorancia y el miedo. Ahora vivimos como en la selva, con la diferencia de que no tenemos colmillos, esa falta de colmillos hizo que el anónimo homínido inventara unas herramientas que lo llevaron a la evolución triunfante: Armas.
Vivir con miedo ¿siempre?
El senador del PAN Jorge Luis Preciado lanzó una propuesta para que sea permitida la portación con fines de defensa ante la delincuencia generalizada, de armas de fuego por los ciudadanos, de manera legal y bajo el amparo del Art. 10 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos que permite la posesión de armas para defensa en el domicilio.
De inmediato la gazmoñería nacional se lanzó a gritar su desacuerdo por el “peligro” que tal asunto acarrearía, con clamores acerca de desatar una “guerra en las calles” y hacer crecer la violencia. Como si no hubiera ya una guerra en las calles.
Se argumentó que solo la policía tenía la obligación de proteger a los ciudadanos y que éstos no necesitaban andar armados. ¿No? Aunque Mancera diga que no hay violencia en CDMX y que el crimen ha disminuido la verdad es que casi siempre dá miedo andar por las calles, en especial en el Edomex… en cualquier momento y aún en la presencia de la policía se producen atracos contra la población indefensa.
La policía es incapaz de hacer algo en favor de quienes se supone deben defender; maniatada por el fantasma de la represión de aquellos años del siglo y milenio pasados, Tlatelolco y otros espectros de la época de LEA, recordados por gente que sigue consignas y no había nacido cuando aquello ocurrió; así como por reglamentos que le impiden usar sus armas (cuando las tienen; es patético ver a los policías del Metrobus de CDMX con fornitura completa sin arma), policía sobrepasada por la delincuencia están muy conscientes de que los únicos defendidos por la CNDH son los delincuentes, si un cabello de ellos es tocado —aún atrapados en flagrancia—, Desechos Humanos hace un escándalo digno de un holocausto con exterminio masivo, al estilo que debió hacerlo luego de una conferencia en Wannsee, Alemania.
Ninguno de estos ñoños inútiles de la CNDH levanta la voz para “defender” a los atracados, vejados, despojados, humillados y a veces asesinados civiles indefensos… los únicos que parecen tener derecho a ser defendidos son los delincuentes, esos sí; pobrecitos.
Y que conste que no se trata de capos de la delincuencia organizada con abundantes recursos para pagar abogados que chillan si “el chapo” tiene guardia de vista luego de dos fugas, ¡ay pobre chapo!, sino de una horda de rateros armados con cuchillos y armas de fuego baratas, que se ceban en los indefensos en las calles, el transporte público y donde sea porque saben que sus víctimas están desarmadas.
La realidad es esta; en esta especie de país sólo los delincuentes portan armas y las usan de manera impune.
Es el paraíso del crimen…
¿Cómo arreglarlo?
La respuesta es obvia, si no me defienden, por incapacidad u lo que sea, exijo mi derecho a defenderme por mí mismo. Así de simple.
Derecho que la Constitución me confiere.
No quiero cargar un Barret .50 (qué incómodo, pesa más de 13 kilos abastecido) pero si una 6.5 mm o una 5.6 mm —.25 & .22, no de uso exclusivo— de manera legal, con permiso de SEDENA para poder defenderme si se dá el caso, como periodista he recibido por lo menos tres amenazas de muerte —de yihadistas por lo que he escrito sobre el “profeta” mohamed, mi único deseo y exigencia de acuerdo con la ley y ya que no tengo guardia personal, es:
Poder abrir fuego en defensa propia, sin que luego me acusen de portación ilegal de un arma (de lo cual no acusan a los delincuentes), el permiso de portación es un control, acreditado por la documentación presentada o la necesidad demostrada… ningún delincuente iría a registrar su arma y a solicitar un permiso.
Son de risa e indignación las “campañas” para desarmar a la población a cambio de balones de fútbol…
A ver: ¿Cuántos delincuentes fueron a dejar sus armas durante esos ridículos “programas”?
Un negocio muy productivo y desperdiciado
Un apreciado colega dice —no sé de donde lo sacó— que el Ejérmex ha sido despojado de casi todo su presupuesto, para dárselo a SEMAR… bueno si tal cosa es cierta, me gustaría alguien me explicara el incremento de personal en el Ejérmex, la modernización de su armamento y aeronaves, el aumento en los haberes de los elementos, a raíz de que, como medida desesperada aunque torpe, los metieron a ser policías…
El presupuesto, en el caso de SEMAR, ha sido incrementado porque ya era justo y necesario les dieran más; somos un país marítimo y teníamos una marina armada patética, con unidades de desecho de la II Guerra mundial. Ya era hora de que un país con litorales en tres mares y un océano, tuviera una marina armada decente y, todavía falta mucho para cumplir este propósito.
SEDENA y SEMAR podrían vender armas —SEDENA ya lo hace en forma limitada—, municiones y alquilar algunos de sus stands para que los civiles interesados y aprobados sepan manejar armas, entrenados por personal calificado, con seguridad serían millone$ de pesos para incrementar el presupuesto de seguridad nacional.
Además, sería una forma de control efectivo. Al volver ilegales las armas y sin ninguna clase de control, no existe una estadística sobre la posesión o portación, tampoco existe una estadística sobre el enarbolado concepto del peligro de tener armas en casa, o los suicidios por tal causa. Se rebuzna al respecto, sin causa o datos, salvo la gazmoñería similar a la de los que están en contra del matrimonio igualitario.
Se trata de educación y necesidad
Las armas son herramientas, su uso debe estar regulado por la educación, no por cuestiones “morales” de obvia y sospechosa validez.
Y, si algo le falta a este país es educación… la delincuencia no se combate con avemarías, se combate con acción directa.
La sociedad civil —chistosa definición, ¿hay de otras sociedades?—, necesita algo más que el “apoyo moral de Norberto”.
Cuando existe una verdadera educación racional sobre las armas, el problema del “peligro” se desvanece, a quien esto escribe le consta, mi familia conoció las armas desde la niñez… ninguno es delincuente; todos hombres y mujeres de provecho, pero capaces para defenderse.
Los países civilizados y aquellos que están rodeados por enemigos tienen ciudadanos armados: Suiza que ha mantenido por años su neutralidad gracias a estar, armada hasta los dientes, Israel, nación rodeada por personas que por razones “religiosas” les odia tiene que mantener una de las mejores y efectivas milicias del mundo.
Los mexicanos siguen obedeciendo a la necesidad de antiguos gobiernos represores luego del ’68 que los convirtieron en ovejas por temor a ese pueblo que alguna vez levantó de manera tímida la cabeza, gracias a los jóvenes románticos de entonces.
Antes del “prócer” Echeverría, había armerías y ventas de armas de manera libre ¿había guerra en las calles entonces? Para nada, la violencia civil sólo estaba en la mente asustada de los asesinos en el poder entonces quienes decidieron desarmar a sus potenciales enemigos. Pero hoy, los asesinos y depredadores se pasean entre nosotros.
Impunes.
La lección es clara; los ciudadanos necesitan se reivindique su derecho a defenderse, visto que no hay quien pueda o quiera hacerlo por ellos.
¿Hasta cuándo va a seguir este estado de cosas?
Un pueblo desarmado e incapaz de defenderse es como los “pacifistas” que fervorosamente creen y balan, que los lobos son ahora vegetarianos.
Hay diferencias y matices la realidad es esta:
Un pueblo armado; es un Pueblo Libre.
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