ÁNGELA PERALTA fue una cantante mexicana reconocida mundialmente. Era fea, chaparra, con tendencia a la obesidad, podría haber sido considerada un esperpento, hasta que se la oía cantar.
DOTADA DE una prodigiosa voz, fue considerada única nació en la Ciudad de México, en 1845 falleció en el puerto de Mazatlán, México, en 1883).
Debutó en 1860, cuando sólo tenía quince años. Fue tal su éxito que pudo viajar a Europa —en compañía de su padre— para presentarse en varias ciudades importantes.
Dio conciertos en Cádiz y en el Teatro Real de Madrid. El 23 de mayo de 1862 fue ovacionada en la legendaria Scala de Milán italiana. En virtud de las cualidades vocales y de la gracia de sus interpretaciones, fue conocida con el sobrenombre de El Ruiseñor Mexicano.
A su regreso a México después de sus triunfos en Europa, fue reconocida por el Emperador Maximiliano, lo cual le atrajo fuertes críticas por parte de los juaristas… finalmente y luego de la caída del imperio, fue “perdonada” por el siguiente gobierno.
Además de cantar, fue una consumada arpista y compuso numerosas piezas románticas, entre ellas galopas, danzas, fantasías y valses.
De su repertorio como compositora se recuerdan, sobre todo, las canciones “México”, “Un recuerdo de mi patria”, “Nostalgia”, “Adiós a México”, “Pensando en ti” y “Margarita”.
En 1883, durante una serie de actuaciones que dio en el puerto de Mazatlán, contrajo la fiebre amarilla y falleció en los altos del Teatro Rubio, donde tenía su alojamiento provisional.
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