Salvo la trenza ocasional que asoma bajo el casco, prácticamente nada las delata
ENFUNDADAS EN EL UNIFORME, cada bolsillo abultado por alguna pieza de equipo, máscara de gas tapando el rostro y fusil al hombro, es fácil tomarlas por uno de esos comandos súper duros de las películas que se internan en selvas imposibles y lo vuelan todo a su paso sin pestañear.
SU COMANDANTE, el coronel Frode Kristoffersen, se refiere a ellas como "las chicas": un puñado de reclutas que integran la primera fuerza especial militar en el mundo, exclusivamente formada por mujeres, las "cazadoras" o Jegertroppen (en noruego; tropa cazadora) de ese país escandinavo.
Las duras pruebas para las primeras
Algunas se ven como G.I. Jane, comentó el jefe del Comando Especial de las Fuerzas Armadas noruegas (FSK), en alusión a la icónica película de finales de los 90 protagonizada por Demi Moore.
Noruega no es el único país donde hay mujeres que combaten codo a codo con hombres en las fuerzas armadas, En EE.UU. e Israel entre otros, incluido México, hay mujeres en las fuerzas armadas, pero Noruega es el primer país en crear un grupo de fuerzas especiales de este tipo. Pero los filtros tradicionales a los que las aspirantes eran sometidas irremediablemente terminaban en fracaso. Por diez años ninguna logró pasar las pruebas de los regimientos de paracaidistas, fuerzas especiales terrestres o fuerzas especiales navales.
Aun así, el ejército noruego veía una necesidad de integrar a mujeres a sus fuerzas especiales. “Me gusta la vida activa. Siempre quise unirme al ejército. Es genial estar aquí”, cuenta una de las cazadoras. Ella es una de sólo 14 reclutas que han superado el duro proceso de selección y terminaron incorporadas a la unidad. Con la parquedad característica de quienes eligen hacer vida militar, ella y el coronel K contaron de manera sucinta, cómo funciona este proyecto piloto, único en su tipo.
Ella se llama Karla y, sólo está autorizada a darnos su nombre de pila. Porque, para seguir con el tema “hollywoodense”, su identidad y la de sus compañeras se mantiene en secreto. La mayoría de las operaciones de los últimos años se han efectuado en ambientes urbanos, lo que implica interactuar con la población local, explicó el coronel K. En lugares como Afganistán, llegar a la parte femenina de la población es mucho más fácil para operativos femeninos”. De esta necesidad nació el proyecto Jegertroppen.
Pero con frecuencia el problema estaba en el proceso de selección en la competencia con los chicos dentro de él, pues está muy enfocado en las habilidades físicas. Y lo que encontramos es que (al descontar ese factor), las chicas se han beneficiado y, podemos conducir su desarrollo de otra forma, se aclaró. Las cazadoras, forman pues, parte de una unidad concebida por y para mujeres.
Su especialidad es efectuar las llamadas labores de “reconocimiento” y, aunque todavía no han operado el terreno, se espera que eventualmente participen en misiones específicas que involucren población civil en ciertos escenarios de conflicto.
Esto hace diferencia en varios aspectos prácticos
Por ejemplo, las mochilas que deben cargar las cazadoras en el terreno son menos pesadas que los de su contraparte masculina. En teoría, ellas no están destinadas a efectuar largas marchas a pie. Pero eso no ha hecho de su entrenamiento una tarea más ligera ni menos rigurosa.
De las 196 que se postularon para participar en el programa en 2015, sólo 17 completaron el entrenamiento y de ellas, 14 se incorporaron a la unidad.
Podría aplicarse en ellas lo que se canta en la Balada de los Boina Verde: “Hoy cien hombres tratarán, pero sólo tres ganarán la Boina Verde.” La selección fue sólo el principio de un año verdaderamente difícil, mucho más de lo que ellas se esperaban.
Todo fue cuesta arriba. Pero algunas lo consiguieron y hoy son Jegertroppen. Cuando se le pregunta a Karla como es el día de una Cazadora, ella es parca y casi no ofrece información… su día puede comenzar a las 0600 y terminar a las 2000… se entrena en la base y a veces en el campo. Es difícil dormir lo suficiente y obtener comida suficiente. Se pueden perder hasta cinco kilos en una o dos semanas, lo cual desde el punto de vista femenino no es malo para la silueta… cuando no se use uniforme de combate.
Si hay algo que Karla quiso dejar claro fue que tanto en las pruebas que tienen que enfrentar como en los resultados, el género no hace diferencia.
"Nosotras somos muy dedicadas y perfeccionistas.” Concluyó la Jegertroppen Karla, bajo la sonrisa aprobatoria de su comandante.
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