IMAGÍNESE UN CLUB DONDE los más importantes presidentes, primeros ministros y banqueros del mundo se mezclan entre sí, donde la realeza está presente para asegurarse de que todo el mundo se lleva bien, donde la gente poderosa responsable de empezar guerras, influir en los mercados y dictar sus órdenes a Europa entera dice lo que nunca se ha atrevido a decir en público.
EL CLUB BILDERBERG no es una teoría de la conspiración, sino más bien una realidad conspirativa. Fue un elemento muy importante de las estructuras oligárquicas del período de la guerra fría. Y eso en sí mismo es un factor muy importante, porque lo que quería decir era que se trataba de un vehículo a través del cual, a partir de 1954, los intereses financiero oligárquicos privados fueron capaces de imponer sus políticas en lo que es nominalmente gobiernos soberanos.
Élite y riqueza
Desde 1954, Bilderberg representan a la élite y la riqueza de todas los naciones occidentales –financieros, industriales, banqueros, políticos, líderes de corporaciones multinacionales, presidentes, primeros ministros, ministros de finanzas, secretarios de Estado, representantes del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, ejecutivos de los medios de comunicación, líderes militares y las casas reales de Europa–, un gobierno en la sombra que se reúne en secreto para debatir y alcanzar un consenso sobre la estrategia global.
Gran parte de la centralización del poder que se está llevando actualmente a cabo en el mundo, puede atribuirse a los acuerdos alcanzados en las reuniones del Club Bilderberg.
Control invisible
Todos los años se celebra el Foro Económico Mundial en Davos en enero-febrero, las reuniones de G7 y Bilderberg en abril/mayo y la conferencia anual del FMI/BM en septiembre. En medio tenemos los consejos de ministros de Europa, reuniones trimestrales de la Comisión Trilateral y Consejo de Relaciones Exteriores, reuniones privadas de fundaciones con fuertes vínculos a las estructuras del poder como Instituto Hudson, Hoover, Ford y Carnegie.
De ellas emerge una especie de consenso internacional que se lleva de una reunión a otra, pero no hay nadie que tenga las riendas. Los consensos se convierten en el trasfondo de los comunicados del G7; se transforman en lo que dice el Fondo Monetario Internacional, cuando impone un programa de ajustes en Argentina o Nigeria y llegan a ser lo que el presidente propone al Congreso de EE.UU.
Tal es la influencia de los miembros activos del grupo Bilderberg que, si se alcanzan los consensos, uno puede esperar, casi con total seguridad, que las decisiones se transformen en política nacional e internacional en un futuro no muy lejano.
La reunión
Las reuniones del Bilderberg son altamente secretas y se celebran en fechas arbitrarias entre finales de abril y principios de junio. El gobierno nacional anfitrión se responsabiliza de la seguridad de los asistentes y de su entorno.
También se encarga de la seguridad militar, los servicios secretos, las fuerzas de policía local y nacional, tanto como de la seguridad privada para proteger la intimidad y la seguridad de los miembros todopoderosos de la élite mundial.
La élite trae sus propios cocineros, camareros, tele operadoras, secretarias, limpiadoras y personal de seguridad. Cosa nostra. Silencio absoluto.
Participantes
Desde sus comienzos era obvio que el éxito de la reunión dependía principalmente del nivel de los participantes. Se invita a figuras líderes en todos los campos –industria, sindicatos, educación, gobierno, etcétera–, quienes, a través de su especial conocimiento o experiencia, podían contribuir a la consecución de los objetivos del grupo.
Los representantes gubernamentales asisten como ciudadanos privados y nunca en calidad de representación oficial del gobierno. Se intenta incluir representantes de todos los partidos políticos, creencias religiosas y puntos de vista.
Es importante distinguir entre los miembros activos que acuden todos los años y otras personas que se invitan ocasionalmente. Muchos de estos invitados que quizás vengan a informar en materias relacionadas con su conocimiento y experiencia, tienen escasa idea de que hay un grupo formal construido, sin hablar de su agenda secreta.
Bilderberg, desde el principio, ha sido administrado por un núcleo reducido de personas, nombrados desde 1954 por el comité de los sabios que está construido por la silla permanente, la silla americana, las secretarias y tesoreros de Europa y EE.UU.
Las invitaciones únicamente se mandan a las personas “importantes y respetadas”, quienes, a través de su conocimiento especial, sus contactos personales y su influencia en círculos nacionales e internacionales, pueden ampliar los objetivos y recursos del Club.
En Bilderberg están convencidos de que la opinión pública siempre sigue los pasos de los individuos influentes. Los miembros del grupo prefieren trabajan a través de un número reducido de personas de confianza y no a través de grandes campañas de publicidad. Quizás, otra posibilidad, más bien realista, es que los poderosos y los ricos planifican nuestro futuro a nuestras espaldas, sin nuestro conocimiento y permiso.
Esto nunca hubiese sido posible sin la colaboración de los grandes medios de comunicación.
A lo largo del tiempo, según David Rockefeller, los medios corporativos han cooperado con este “plan para el mundo” con la “discreción” del silencio público, por lo cual les estamos muy agradecido: “Habría sido imposible para nosotros desarrollar un plan para el mundo si hubiésemos estado sometidos a las luces de la publicidad durante todos estos años.”
Modus Operandi
Durante los últimos 60 años, desde su creación, Bilderberg impuso uno de los más profundos cambios en la política económica y el estado-nación; el cambio de paradigma hacia una economía post-industrial, crisis del petróleo, recortes de crédito, los shocks de tasas de interés, lo que obligó al economía mundial ir al crecimiento cero, y eventualmente al crecimiento negativo.
Los resultados de esta política de largo alcance hoy son evidentes. Los puntos de inflexión clave llegaron entre 1971 y 1973, poniendo fin al sistema de tipos de cambio fijo de Bretton Woods, seguidos por la crisis del petróleo.
En mayo de 1973, Bilderberg se reunió en un exclusivo resort en Saltsjobaden, Suecia. El punto clave de la reunión era la crisis del petróleo de 1973, el aumento previsto de un 400% en el precio del petróleo de los países de la OPEC en el futuro próximo como represalia del apoyo del occidente a Israel en la guerra de 1973.
En la reunión de Saltsjobaden, no se habló de cómo podíamos hacer algunos de los representantes más poderosos de los países industrializados del mundo para convencer a los países árabes de la OPEC de que no subiesen tan drásticamente los precios del crudo; en cambio se habló de lo que debíamos hacer con todos los petrodólares que inevitablemente iban a entrar en los bancos de Londres y de Nueva York procedentes de los ingresos que iban a tener los países de la OPEC gracias al crudo.
El precio del petróleo se incrementó un 400 por ciento entre 1973 y 1974, y con ello salvó al dólar. El dólar venía flotando en un mar de petróleo. El aumento de precios frenó el crecimiento en Europa, hizo trizas la industrialización de los países en desarrollo del tercer mundo, que a principios de los años setenta estaban teniendo una rápida dinámica de crecimiento, e inclinó la balanza de poder de nuevo hacia Wall Street y hacia el sistema del dólar. Todo ello tenía como finalidad lanzar un proceso sistemático de saqueo de la riqueza productiva real de todas las naciones principales del planeta.
El fraude orquestado del petróleo que tuvo lugar entre 1973 y 1974, con su introducción de la especulación financiera en el mercado del crudo a través del mercado al contado, creó una reserva enorme de petrodólares, con la que la elite podía hacer la guerra a los países.
Dichos petrodólares, junto con los ingresos que obtenía el Imperio con el negocio de la droga, fueron un instrumento para reestructurar Wall Street en los años setenta, lo cual preparó el terreno para los bonos basura de los ochenta y los derivados de los noventa. El proceso de globalización estaba en marcha.
Lo utilizaban para financiar operaciones destinadas a transformar Estados Unidos desde dentro, incluida la absorción del sistema bancario norteamericano y la cartelización --bajo el nombre eufemístico de fusiones y adquisiciones-- de las empresas de Estados Unidos.
Wall Street se transformó en un casino gigantesco en el que la inversión se sustituyó por las apuestas en instrumentos financieros y en el que se cortó el lazo que la unía con la realidad. Al mismo tiempo, los petrodólares ayudaron a financiar operaciones de guerra cultural contra el pueblo norteamericano, con el fin de que éste permaneciera ciego al perjuicio que se estaba causando, o incluso engañándolo para que creyera que aquello era progreso.
Las élites monetarias
Estas personas quieren un imperio. Y muchos de ellos creen que para tener un imperio necesitan dinero. Pero el dinero no es el determinante de la riqueza y del estado de la economía. El dinero no afecta al progreso del planeta.
Hay una creencia ilusoria en que el dinero expresa algún valor intrínseco. El valor se manifiesta no como cantidad en sí sino como los efectos de un aumento o un decremento del potencial físico del individuo relativo a la densidad poblacional de la sociedad. El valor del dinero no se encuentra en el intercambio individual pero sí en la unidad funcional, llamada dinámica unificadora del progreso social de una nación. ¿Sabéis lo que afecta al desarrollo del planeta? La mente humana afecta a este desarrollo.
Es así como se mide la humanidad. Lo que nos hace distintos de los animales es nuestra capacidad para descubrir principios físicos universales. Nos permite innovar, lo cual a su vez mejora la vida de la gente. El progreso de la humanidad, la formación del poder del individuo y la nación dependen de los avances científicos.
Las ideas de República, Nación, Estado y progreso van unidas de la mano. Cerca de seis siglos y medio atrás la Economía europea sufrió un desplome en lo que se conoce como "Nueva Edad Oscura", el mayor colapso económico y demográfico de Europa desde la caída del Imperio Romano. Fue entonces cuando la mitad del siglo XIV gran parte del poder de la oligarquía se desintegró de forma abrupta.
Esta desintegración tuvo lugar como un fenómeno repentino de reacción en cadena, fue el declive de la peor burbuja financiera de especulación de deudas de la historia, hasta hoy día. Fue cuando se vinieron abajo las casas banqueras Bardi y Peruzzi. Esta desintegración y caída de la deuda Lombarda provocó un colapso de poder entre las familias oligárquicas. ¿Qué tiene que ver esto con Bilderberg?
La Historia moderna sustituyó en aquel momento a la historia medieval y fueron creadas las instituciones que distinguen la historia moderna de la medieval. Esto fue en 1439 en el Concilio de Florencia. ¿Cuáles fueron estas nuevas instituciones?
1) La concepción de las Repúblicas modernas Nación Estado bajo el gobierno del Derecho Natural.
2) El papel central del fomento del progreso científico y tecnológico como obligación para la República.
Estas dos líneas representan argumentos cruciales: su existencia en forma de instituciones, en cualquier parte de Europa, lo cambió todo en el territorio europeo. ¿Por qué? Porque estos cambios aumentaron el progreso per cápita y por km2 de la humanidad respecto a la naturaleza. Así, ninguna nación podía permitirse el no progresar, no avanzar, por miedo a quedarse terriblemente atrasada. Es lo que subyace tras el feroz conflicto de ya más de 650 años de duración entre las fuerzas que representan la cultura clásica de Solón, Sócrates y Platón contra las fuerzas representantes del mal lideradas por Venecia y sus lacayos contemporáneos personificados por el grupo Bilderberg.
El primer éxito fue durante la Francia de Luis XI, quien duplicó los ingresos per cápita de Francia y desafió a todos sus enemigos. Los logros de Luis XI desencadenaron una reacción en cadena para tratar de establecer Naciones-Estado basadas en este mismo modelo en la Inglaterra de Enrique VII así como en otros lugares.
La superioridad del Estado Nación sobre cualquier otra composición social ha sido el impacto provocado por la lucha de las Naciones Estado soberanas basadas en el principio de bienestar general.
Este fenómeno ha creado aquellas condiciones sociales y físicas que son indispensables para impulsar los descubrimientos científicos y el progreso tecnológico. El aumento de la población desde los niveles vistos en el siglo XIV hasta los niveles de hoy no hubiera sido posible sin un impacto producido por un mundo en libertad generado por la aparición de Estados Naciones, en al menos unos cuantos casos.
El sistema euro: destruyendo la soberanía
La Ley de Asistencia Exterior que surgió en 1948 creó la Agencia de Cooperación Económica, que llevó a la Convención Europea de Cooperación Económica y el Congreso de La Haya por la Unión Europea. El Plan Marshall, además de ayudar a poner a Europa de nuevo en pie, dio lugar al Plan Schumann en 1950. El ministro de Asuntos Exteriores francés, Robert Schumann propuso que la industria del carbón y acero de Francia y Alemania se colocara bajo la autoridad de una organización supranacional, que a su vez llevó a la comunidad del carbón y del hierro, y a continuación, a la Comunidad Europea de la Energía Atómica y, en última instancia, al Mercado Común.
Todas las instituciones europeas que han formado la unidad del viejo continente fueron concebidas, diseñadas y convertidas en realidad a partir de las reuniones del Bilderberg.
La Conferencia Bilderberg del 1955 pidió una Europa unida como un paso esencial hacia la creación de un mundo unido hacia el final del siglo XX y emitió directrices precisas sobre aspectos de la unión política. Durante este período, los estados-nación europeos fueron primero integrados gradualmente en los bloques comerciales regionales, la Unión Europea, y las fronteras entre los países de la UE se borraron gradualmente. La naturaleza ambiciosa de estas iniciativas es más que un paso hacia la realización de los planes a largo plazo de la elite; unificar no sólo Europa, sino también el resto del mundo bajo los auspicios y el paraguas político de lo que Bilderberg llama: Empresa Mundial S.A.
Empresa Mundial S.A.
En 1968, en la conferencia que celebró el Club Bilderberg en Canadá, George Ball, Subsecretario de Estado para Asuntos Económicos en la época de JFK y del presidente Lyndon B. Johnson, anunció el proyecto de construir un Orden Económico Mundial - lo que él denominó la Empresa Mundial.
La idea es que las naciones-estado están pasadas de moda, que constituyen una forma arcaica de gobierno. Así pues, lo que se necesita es una forma de gobierno que distribuya los recursos del mundo de manera más equitativa. Y esa nueva forma de gobierno, ellos decidieron que fuera la Corporación.
La idea era que esta empresa mundial se convirtiera más adelante en el nuevo gobierno y sobrepasara enormemente, en autoridad, a cualquier gobierno del planeta. Y si se observa la globalización, es exactamente esto.
Desde finales de los años sesenta y a lo largo de los setenta y los ochenta, Estados Unidos y el resto del mundo se han visto invadidos por este aluvión de fusiones, esta consolidación cada vez más extendida de empresas industriales, de empresas agrícolas, de empresas financieras. Y éstas han ido construyendo lentamente unos cárteles gigantescos, hasta el punto de que en la actualidad estamos viendo que controlan los recursos del mundo, que de hecho gobiernan el mundo en sí.
Todo este proyecto de la empresa mundial es, en cierto sentido, una vuelta a los viejos tiempos de la Compañía Británica de las Indias Orientales, sólo que con una cara más moderna. Lo que más debería asustar a la gente es que la elite ha terminado haciendo lo que anunció que haría, allá por 1968. ¿Eso no le da miedo?
Una gran parte del control de la Empresa Mundial, S.A. no está en la superficie. Se ejerce mediante la Bolsa de Londres, la Bolsa Internacional de Futuros Financieros de Londres, la Bolsa del Metal de Londres y la Bolsa Internacional del Petróleo. Éstas son las instituciones de la Empresa Mundial en las que se determina la enajenación real de los activos físicos que se negocian, por no mencionar las capas y capas de instrumentos financieros especulativos que se han creado y que ahora están en pleno derrumbe y amenazan con arrastrar consigo a la economía física del mundo entero.
Para Bilderberg, la mismísima estructura del Estado-nación, y la idea de “Commonwealth” o de un bienestar general de un pueblo, representa el principal obstáculo en contra de cualquier intento de saquear libremente el planeta, y representa el impedimento más importante para la creación de un imperio mundial neo-colonial.
El control de las naciones por parte de Empresa Mundial S.A. se define en los siguientes términos: Dé a cada país una constitución política y una estructura económica nacional apropiada, organizado para los siguientes propósitos: (1) Colocar el poder político en manos de personas elegidas a dedo y eliminar todos los intermediarios. (2) Establecer una concentración máxima de industrias y suprimir toda competencia injustificada. (3) Establecer un control absoluto de los precios de todos los bienes y materias primas. (4) Crear instituciones judiciales y sociales que evitan todos los extremos de la acción.
Como consecuencia, la democracia ha pasado de moda en la Unión Europea, y ha sido sustituido por una dictadura abierta de los banqueros. El Tratado de Lisboa, que sustituye sigilosamente a la Constitución de la UE, fue un movimiento hacia la creación de un super estado europeo. La Constitución original fue escrita por Valery Giscard d'Estaing, el ex presidente de la República Francesa y un miembro clave del Bilderberg. El Tratado de Lisboa establece una presidencia permanente de la UE, ministerio de asuntos exteriores de la UE, el sistema de justicia de la UE, las políticas de inmigración y de asilo común y cambios dramáticos que permiten al Consejo Europeo unilateralmente ampliar sus poderes y, sobre todo, la Carta de Derechos Fundamentales, que otorga al Gobierno Europeo carta blanca sobre todos los ciudadanos de Europa. En otras palabras, el derecho de la Unión Europea reemplazaría todas las leyes de todos los países de la Unión.
Las poderosas naciones comprometidas con la defensa de la soberanía nacional, especialmente Rusia y China son, por tanto, sus enemigos, y la elite usarán cualquier mentira necesaria para justificar su agresión descarada.
En esencia, se trata de una guerra invisible contra la población. Se ha basado en una estrategia clara desde el principio que incluye el control de casi todo el universo. El cambio de régimen no ha sido sólo la política de pie contra naciones rebeldes en cualquier parte del mundo, pero también es el arma probada contra cualquier gobierno que se niegue a reducir sustancialmente los niveles de bienestar social y de vida de sus ciudadanos a través de los recortes presupuestarios en la atención sanitaria y programas sociales. Los gobiernos de Irlanda, Portugal, Grecia, Italia y España, han sido víctimas de esta política, sin hablar de todo el continente africano o los países de América Latina. Tecnócratas no elegidos están reemplazando a los representantes electos.
Hoy día, nos encontramos en una encrucijada. Y del camino que tomemos ahora dependerá que vivamos en el siglo XXI como repúblicas de estados-nación o como un montón de esclavos subyugados, diezmados y deshumanizados. Hasta que podamos transportar a la humanidad a la edad de la razón, la historia en realidad, va adquiriendo forma no por la voluntad de las masas humanas, sino por un puñado de aquellos que para bien o para mal, dirigen el destino de toda la humanidad como manada de vacas de pasto en pasto. Y en ocasiones, también al matadero.
Daniel Estulin es Premio Internacional de Periodismo, por el Club de Periodistas de México.
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