DE LOS ESPIONES A LOS HACKER
Por: Héctor Chavarría
Se denomina espionaje a la práctica y al conjunto de técnicas asociadas a la obtención encubierta de datos o informaciónconfidencial.
LAS TÉCNICAS COMUNES del espionaje han sido históricamente la infiltración y la penetración, en ambas es posible el uso del soborno y el chantaje.
EL GENERAL chino Sun Tzu, famoso por su libro El arte de la guerra, escribió: “Los dirigentes brillantes y los buenos generales que sean capaces de conseguir agentes inteligentes como espías asegurarán grandes logros”.
Los espías del César
En la antigua Roma, los principales políticos tenían su propia red de vigilancia, la cual les proveía información acerca de las intrigas en las distintas escalas del poder en el imperio.
El propio Julio César tenía una eficiente red de espionaje que le mantenía informado sobre las posibles conjuras en su contra. ¿Le habían advertido sobre el plan de atentar contra su vida? Posiblemente si, en todo caso César no hizo caso y fue asesinado.
Pero, ¿de dónde proviene el adjetivo “espía”? Como muchas cosas y palabras; del ámbito militar. Las tropas auxiliares de las legiones tenían como parte de sus labores la de observar al enemigo para dar informes a la superioridad, para esta misión en muchas ocasiones tenían que subir a cerros empinados o incluso a montañas de tal manera que sin ser detectados pudieran observar al enemigo. Para trepar por zonas escarpadas solían ajustar a las suelas de sus cáligas una par de “medias suelas herradas” llamadas espion.
Al paso del tiempo estos observadores fueron conocidos un tanto peyorativamente como “espiones” y de manera individual “espión contra el enemigo” de ahí se derivó la palabra espía.
Información en la Inquisición
En la edad media, la iglesia católica tenía mucho más poder que algunos gobernantes. Y, por supuesto, una poderosa red de vigilancia.
El obispo francés Bernard Gui fue un teólogo y escritor notable así como uno de los arquitectos de la inquisición.
Durante 15 años, Gui sirvió como jefe de inquisidores en Toulouse, donde juzgó a por lo menos 900 personas por herejía.
Como escritor detalló en su libro de 1324, La conducta de la Inquisición dentro de la depravación de la herejía, la forma en que se identificaba, interrogaba y castigaba a los herejes.
Isabel I, un paso adelante
La corte de Isabel I fue un campo fértil de intrigas y el trabajo de Francis Walsingham fue el de tener a la monarca un paso adelante de sus adversarios.
En mayo de 1582, Walsingham logró interceptar correspondencia del embajador de España en Inglaterra, Bernardino de Mendoza, en la que se describía una conspiración para invadir la isla e instalar en el trono a María, la reina de Escocia.
Mientras María estaba confinada en Chartley Manor, Walsingham logró una manera de probar lo que ya sabía, pero sin ponerse en evidencia.
Le hizo creer a María que tenía una correspondencia secreta con sus aliados a través de cartas que él mismo escribía y le hacía llegar escondidas en un barril de cerveza.
De ese modo, Walsingham logró obtener la evidencia de que María estaba conspirando para asesinar a Isabel I y, provocar una rebelión. La reina de Escocia fue juzgada y sentenciada a muerte.
Los vigilantes de Robespierre
Durante la Revolución Francesa, Maximiliano Robespierre y sus colaboradores vigilaban con atención a la gente y reprimían con violencia cualquier disidencia interna.
En 1793, el gobierno revolucionario estableció doce “comités de vigilancia” por todo el país. Estos comités estaban autorizados para identificar, vigilar y arrestar a cualquier sospechoso, ya fuera un antiguo noble, un extranjero, un francés que hubiera llegado hacía poco al país, funcionarios públicos suspendidos y muchos más.
Y, precisamente en la época de la revolución francesa y el posterior imperio napoleónico hizo su aparición el creador del espionaje moderno:
Joseph Fouché un político francés que ejerció su poder mediante el espionaje durante la revolución francesa y el imperio napoleónico.
Fue una personalidad muy poderosa y de gran influencia en Francia durante la tormentosa era política que vivió, siendo el fundador del espionaje moderno y el responsable de la consolidación del Ministerio de Policía de Francia, posteriormente denominado Ministerio del Interior, como una de las instituciones más avanzadas de la nación
Joseph Fouché fue una de las figuras políticas más influyentes de su época en Francia.
Fouché intervino de forma decisiva para provocar la caída de El Incorruptible de Francia, Maximiliano Robespierre.
Posteriormente fue una pieza clave en el gobierno de Napoleón Bonaparte, época en la cual se convirtió en el hombre más rico de Francia.
En realidad, a partir de Fouché todos los gobiernos, abierta o secretamente mantuvieron servicios de espionaje.
El boom del espionaje
Detrás de la Cortina de Hierro durante la denominada Guerra Fría, la vigilancia de la población fue parte de la vida diaria.
En ninguna parte se notó más que en Alemania Oriental. Durante 40 años, el servicio de inteligencia del ministerio de Seguridad (conocido como la Stasi, por su abreviatura en alemán) monitoreó y registró las actividades de sus ciudadanos, usándola para sofocar revueltas y posibles disidencias.
Por el tiempo de la caída del muro de Berlín, la Stasi tenía 91.000 efectivos con una red de informantes cercana a las 200.000 personas.
Alemania Oriental utilizaba tecnología moderna junto una enorme cantidad de personal para expandir el espionaje del gobierno a una escala nunca antes vista.
En los EE.UU.
En 1929, la oficina de criptografía fue clausurada por el Secretario de Estado, Henry Stimson, quien dijo: “Los caballeros no leen los correos de los demás”.
Después de la Segunda Guerra Mundial, los estadounidenses decidieron que “los caballeros” necesitaban una red de vigilancia permanente.
EE.UU. entró de lleno en estas prácticas inmediatamente después de que finalizó la Segunda Guerra Mundial, cuando comenzó a revisar cada telegrama que entraba o salía del país, como parte del proyecto Shamrock.
También creó una lista de vigilancia de ciudadanos estadounidenses sospechosos de actividades subversivas, archivadas bajo el proyecto Minaret.
Ambas actividades fueron recogidas por la NSA, que colabora con el FBI y la CIA. Los proyectos fueron cerrados por el Congreso en 1975.
Casi 28 años después, la NSA ha reconstruido el proyecto Shamrock, pero utilizando la tecnología de la nueva era. Ahora no se trata de “espiones” sino de hackers… y el espionaje está en todas partes.
Se trata del Big Brother real…
Los siete espías más célebres de la historia
Los espías juegan un papel fundamental para la seguridad de algunos países desde épocas lejanas, dando información sobre otros países a sus propias naciones u organizaciones. Para ello, se disfrazan o mienten sobre su identidad, buscando la información necesaria.
Mata Hari:
Esta espía holandesa brindaba información a Alemania y se dice que también a Francia. Era una bailarina exótica, que vestía trajes de culturas lejanas, y trabajaba también como prostituta de la clase alta en París. Al mezclarse entre las personas más importantes conseguía mucha información, la cual pasaba a sus colegas alemanes, hasta que la atraparon y ejecutaron por espionaje el 15 de octubre de 1917 a los 41 años.
Julius y Ethel Rosenberg:
Estos comunistas americanos fueron ejecutados en 1952 por pasar información de las armas nucleares a la Unión Soviética. Además, consiguieron a muchas personas que trabajaran en la KGB. Cuando fueron encontrados culpables, el senador McCarthy comenzó con las investigaciones sobre el comunismo en Norteamérica persiguiendo a una gran cantidad de personas
Giacomo Casanova:
Aunque conocemos a Casanova por ser un conquistador de mujeres, toda su fortuna se debía a la conquista a damas de la alta sociedad de las cuales conseguía sus riquezas. Sin embargo durante algunos años trabajó como espía para los Inquisidores Venecianos del Estado, aunque no se sabe exactamente cómo lo hizo.
Klaus Fuchs:
Fuchs era un físico que trabajó durante la creación de la bomba atómica, y además estaba relacionado con el Partido Comunista Alemán. Mientras trabajó en el proyecto de la bomba atómica, pasó información fundamental a los soviéticos, hasta que fue encontrado culpable y encarcelado por 9 años.
Nathan Hale:
Hale era capitán del ejército continental durante la Guerra Revolucionaria Americana. Es conocido como el primer espía americano, luego de que intentara conseguir información británica con poco éxito, y terminara siendo colgado por traidor. Aldrich Ames:
Aldrich Ames era un oficial de la CIA que se volvió espía soviético en 1985. Con toda la información que contaba de esta organización, decidió darle a la Unión Soviética muchos datos importantes. Debido a esto, fueron puestos en peligro 100 agentes de la CIA y ejecutados al menos 10. A pesar de que no fue descubierto por el detector de mentiras, era difícil ocultar las ganancias materiales como los autos lujosos y el dinero en el banco. Fue condenado a prisión en 1994. Richard Sorge:
Sorge es considerado el mejor espía soviético durante la Segunda Guerra Mundial. Era militar de Azerbaijan, hasta que leyó a Karl Marx y se volvió comunista, viajando a la Unión Soviética para volverse su espía. Pasó mucha información hasta ser atrapado en 1941 y torturando sin decir una palabra, por lo que fue colgado.
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