La otra historia
El verdadero Himno Nacional Mexicano
Héctor Chavarría
“Volemos al combate a la venganza
Y el que niegue su pecho a la esperanza
Hunda en el polvo la cobarde frente.”
(Primera estrofa-prólogo del Himno Nacional Mexicano)
En este “mes de la patria” cuando se conmemora el inicio de la guerra de independencia, en 1810, mientras que todos ignoran la consumación realizada por Iturbide en 1821, conviene recordar —para quienes lo ignoran—, el original Canto Patrio, el bravío canto de guerra mexicano.
Un encargo presidencial
El 12 de noviembre de 1853, el gobierno de Antonio López de Santa Ana, convocó a un concurso para escoger un himno a la Patria...
Hubo 25 participantes y un par de hombres, con música y letra fueron Francisco González Bocanegra con la música (se dice compuesta originalmente para circo) y Jaime Nunó con la letra, bastante extensa, por cierto.
Como dato curioso, letra y música fueron registradas en los EE.UU. pues al parecer así lo decidieron los autores para evitar robos intelectuales, lo cual resultó ser una paradoja pues el que sería el Himno Nacional de los EUM estaría “protegido” por las leyes de USA.
El Himno Nacional Mexicano fue cantado íntegro por primera vez, la noche del 16 de septiembre de 1854 en el Teatro Nacional de la Ciudad de México, en la celebración del inicio de la guerra de independencia.
La versión actual es mucho, pero mucho más pequeña que el original, pues se le suprimieron las menciones a Iturbide y a Santa Anna, así como prólogo y varias otras estrofas, menciones a quienes a fin de cuentas fueron respectivamente, quien consumó la independencia —Iturbide— y aquel que encargó el canto a la Patria y dispuso el premio para los ganadores —Santa Ana—, el segundo posiblemente por las alabanzas a su persona.
Una versión menos corta
En la actualidad es posible hallar algunas versiones completas del Himno Nacional Mexicano en internet, la cadena MVS cierra a la hora cero, las transmisiones del día, con una versión bastante completa del Himno, aunque sin la vibrante estrofa prólogo y con las estrofas II, III, IV, VII, VIII y IX suprimidas.
Ignorar esta versión original son cosas, amén de la extensión, de los rencores históricos y políticos.
Quizá como casualidad, las estrofas suprimidas resultan ser las que cantan el triunfo en la batalla y los laureles de gloria, dejando sólo aquellos que cantan la “gloriosa” derrota y la muerte.
¿Casualidad o causalidad?
La verdad es que en estas cuestiones históricas las “casualidades” suelen ser inexistentes.
Himno Nacional Mexicano
(Versión íntegra)
Volemos al combate a la venganza
Y el que niegue su pecho a la esperanza
Hunda en el polvo la cobarde frente.
(Estrofa prólogo, en terceto, suprimida casi de inmediato por causas desconocidas, en otras versiones este terceto formaba parte del coro).
Coro
Mexicanos al grito de guerra
El acero aprestad y el bridón
Y retiemble en sus centros la tierra
Al sonoro rugir del cañón.
(El Coro, se canta luego de cada estrofa)
I
Ciña ¡oh Patria! Tus sienes de oliva
De la paz el arcángel divino
Que en el cielo tú eterno destino
Por el dedo de Dios se escribió
Más si osare un extraño enemigo
Profanar con su planta tu suelo
Piensa ¡oh Patria querida! Que el cielo
Un soldado en cada hijo te dio.
CORO…
II
En sangrientos combates los viste
Por tu amor palpitando sus senos
Arrostrar la metralla serenos
Y la gloria o la muerte buscar
Si el recuerdo de antiguas hazañas
De tus hijos inflama la mente
Los laureles del triunfo tu frente
Volverán inmortales a ornar
CORO…
III
Como al golpe de rayo la encina
Se derrumba hasta el hondo torrente
La discordia vencida impotente
A los pies del arcángel cayó
Ya no más de tus hijos la sangre
Se derrame en contienda de hermanos
Sólo encuentra el acero en sus manos
Quien tú nombre sagrado insultó.
CORO…
IV
Del guerrero inmortal de Zempoala
Te defiende la espada terrible
Y sostiene su brazo invencible
Tu sagrado pendón tricolor
Él será del feliz mexicano
En la paz y en la guerra el caudillo
Porque él supo sus armas de brillo
Circundar en los campos de honor.
CORO…
V
¡Guerra, guerra sin tregua al que intente
de la Patria manchar los blasones!
¡Guerra, guerra! En el monte, en el valle
Los cañones horrísonos truenen
Y los ecos sonoros resuenen
Con las voces ¡Unión, Libertad!
CORO…
VI
Antes Patria que inermes tus hijos
Bajo el yugo su cuello dobleguen
Tus campiñas con sangre se rieguen
Sobre sangre se estampe su pie
Y sus templos, palacios y torres
Se derrumben con horrido estruendo
Y sus ruinas existan diciendo
De mil héroes la Patria aquí fue.
CORO…
VII
Si a la lid contra hueste enemiga
Nos convoca la trompa guerrera
De Iturbide la sacra bandera
¡Mexicanos valientes seguid!
Y a los fieros bridones les sirvan
Las vencidas enseñas de alfombra
Los laureles del triunfo den sombra
A la frente del bravo adalid.
CORO…
VIII
Vuelva altivo a los patrios hogares
El guerrero a cantar su victoria
Ostentando las palmas de gloria
Que supiera en la lid conquistar.
Tornáranse sus lauros sangrientos
En guirnaldas de mirtos y rosas
Que el amor de hijos y esposas
También sabe a los bravos premiar.
CORO…
IX
Y el que al golpe de ruda metralla
De la Patria en las aras sucumba
Obtendrá en recompensa una tumba
Donde brille de gloria la luz
Y de Iguala la enseña querida
A su espada sangrienta enlazada
De laurel inmortal coronada
Formaran en su losa la cruz.
CORO…
X
¡Patria! ¡Patria! tus hijos te juran
Exhalar en tus aras su aliento
Si el clarín con su bélico acento
Los convoca a lidiar con valor
¡Para ti las guirnaldas de oliva!
¡Un recuerdo para ellos de gloria!
¡Un laurel para ti de victoria!
¡Un sepulcro para ellos de honor!
CORO
Mexicanos al grito de guerra
El acero aprestad y el bridón
Y retiemble en sus centros la tierra
Al sonoro rugir del cañón.
Cambios a través del tiempo
El Himno Nacional Mexicano, con letra de Francisco González Bocanegra y música de Jaime Nunó, originalmente estaba compuesto de diez estrofas. Sin embargo, cuando Juan Nepomuceno Álvarez asumió, en octubre de 1855, la presidencia de México, prohibió las estrofas IV y VII, que hacían referencia —respectivamente— al recién derrocado Antonio López de Santa Anna y al primer emperador de México, Agustín de Iturbide.
Las fuertes pugnas ideológicas que caracterizaron al México de finales del siglo XIX impidieron la adopción de un solo himno que identificara a todos los mexicanos. Uno tras otro, los presidentes hicieron caso omiso de la composición de Nunó y Bocanegra, y cada quien utilizó como himno patrio distintos cánticos que alababan sus respectivas proezas políticas y virtudes humanas. Incluso, en 1860 el propio González Bocanegra escribió la letra de otro himno, en el que ensalzaba la figura del general conservador Miguel Miramón, entonces presidente interino de México (aunque el bando liberal solo reconocía a Benito Juárez como presidente legítimo). Por su parte, Benito Juárez, tras la victoria del 5 de mayo de 1862 contra las fuerzas del Segundo Imperio francés, adoptó la Marcha Zaragoza (compuesta por el músico hidalguense Aniceto Ortega del Villar en honor, evidentemente, de Ignacio Zaragoza) como Himno Nacional durante su gobierno.
Fue hasta el mandato de Porfirio Díaz que el himno escrito por Jaime Nunó y Francisco González Bocanegra volvió a ser tomado en cuenta para ser interpretado en las ceremonias oficiales, aunque los vaivenes sufridos a lo largo del tiempo habían ido modificando el texto original, amén de que se seguían usando indistintamente diversos arreglos musicales y se quitaban o ponían estrofas según el humor político del momento. Por ejemplo, en 1910, para los festejos del centenario de la Independencia, en vez del tradicional “Mexicanos al grito de guerra”, el estribillo final decía:
“Pero nunca ese grito de guerra, / Entre hermanos repita el cañón, / Solo cante, ya libre, la Tierra, / Su himno santo de paz y de unión.”
Finalmente, en 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho decidió poner fin a tanto desorden y emitió un decreto en el que regulaba el canto y la ejecución del Himno Nacional, prohibiendo alterar, corregir o modificar tanto la letra como la música. Estableció una versión oficial de cuatro estrofas (las estrofas I, V, VI y X más el estribillo) y declaró obligatoria su difusión en todas las escuelas del país, públicas y privadas, sin importar el nivel académico que se imparta. Incidentalmente, ninguno de los autores del himno cobró el premio ofrecido por Santa Ana, fue hasta el gobierno de Porfirio Díaz que Bocanegra —Nunó había muerto prematuramente—, recibió un reconocimiento y una recompensa.
Himno del Segundo Imperio Mexicano (1864)
[Coro] Mexicanos, la Santa Bandera De la Patria orgullosos alcemos Y a sus sombras queridas juremos Nuestros ádios por siempre olvidar.
Estrofa I Del Anáhuac el águila hermosa Por los aires levanta su vuelo, Y en las altas regiones del cielo Se confunde en los rayos del sol.
Contemplemos su marcha incesante, Y si a tanto orgullosa de atreve, Que el destino de México lleve En su vuelo hasta el trono de Dios.
[Coro] Mexicanos, la Santa Bandera De la Patria orgullosos alcemos Y a sus sombras queridas juremos Nuestros ádios por siempre olvidar.
Estrofa II Con la paz y la unión para siempre Un futuro de glorias alcancemos, Y así solo en la historia podremos El honor y la patria salvar.
Pues sin honra y sin patria no es vida La que llevan el pueblo y el hombre, De ignominia y oprobio es el nombre Que a los pueblos sin patria se da.
[Coro] Mexicanos, la Santa Bandera De la Patria orgullosos alcemos Y a sus sombras queridas juremos Nuestros ádios por siempre olvidar.
Estrofa III Nuestro lema será Independencia, Y si sufre la patria querida, En sus alas sagradas la vida Con orgullo sabremos dejar.
Mas con noble entusiasmo evitemos Tan funesto y terrible destino Ya la gloria nos abre un camino Si por el nos conduce la Paz.
[Coro] Mexicanos, la Santa Bandera De la Patria orgullosos alcemos Y a sus sombras queridas juremos Nuestros ádios por siempre olvidar.
No se compuso la música, pero encaja más o menos bien con la música de nuestro himno actual. Se ignora si alguna vez fue cantado de esa manera.
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