“En defensa de Taiwán”,
AUKUS prepara una guerra nuclear
Washington prepara una guerra para dentro de una o dos décadas
Thierry Meyssan
Las reacciones oficiales sobre la creación de una nueva alianza bélica entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos (AUKUS) se limitan a la ruptura de un contrato multimillonario de venta de submarinos franceses a Australia.
PERO, POR MUY terribles que sean las consecuencias para la construcción naval francesa, la pérdida de ese contrato es sólo un “daño colateral” causado por una brusca modificación de alianzas cuyo objetivo, considerablemente más grave, es preparar una guerra contra China.
El anuncio del pacto militar entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos (AUKUS, según las denominaciones en inglés de esos tres países) [1] ha tenido el efecto de un verdadero terremoto en la región Indo-Pacífico.
Ese anuncio no deja ya lugar a dudas sobre el hecho que Washington está preparando, a largo plazo, un enfrentamiento militar contra China.
Hasta ahora, el despliegue occidental, tendiente a “contener” política y militarmente a China, implicaba principalmente a Estados Unidos y Reino Unido, así como a Francia y Alemania. Pero ahora se deja de lado a los europeos y, en lo adelante, se tratará de poner la zona bajo el control de los países miembros del grupo llamado Quad+ (Estados Unidos y Reino Unido secundados por Australia, la India y Japón). Washington prepara una guerra para dentro de una o dos décadas.
Aunque Francia y Alemania no fueron consultadas sobre esta estrategia –ni siquiera se les avisó previamente de su anuncio público, mientras que otros países, como Indonesia, sí estaban avisados–, el nuevo dispositivo debería ser presentado públicamente la próxima semana, en Washington.
Si bien resulta lógico que Londres y Washington se apoyen en Australia más que en Francia –Australia es miembro de la coalición para el espionaje de las comunicaciones internacionales conocida como los «Cinco Ojos» (The Five Eyes) mientras que Francia sólo está asociada a ella–, la incorporación de Japón y sobre todo de la India pone fin a un largo periodo de incertitud. Más perturbador es el papel que se asigna a Alemania, país que podría convertirse en miembro de los Cinco Ojos [2], lo cual no sucederá con los otros miembros Quad. Eso implica que Alemania participaría en el espionaje de las telecomunicaciones internacionales, pero queda excluida de la acción militar.
Alianzas modificadas
Este nuevo panorama implica un reposicionamiento de cada alianza.
La ANZUS –alianza de Australia y Nueva Zelanda con Estados Unidos– dejó de funcionar en 1985 y hoy parece definitivamente enterrada. Nueva Zelanda había confirmado su política contra el armamento nuclear y, por consiguiente, cerró sus puertos a todo navío portador de armas atómicas o propulsado por energía nuclear. Como el Pentágono se niega a revelar esos “detalles” sobre las características de sus unidades navales, ningún buque de guerra estadounidense ha atracado desde entonces en Nueva Zelanda. Los submarinos nucleares que Estados Unidos entregará a Australia también estarán excluidos de los puertos neozelandeses.
Por el momento, la Unión Europea no ha reaccionado ante la creación de AUKUS. La presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien pasaba revista al estado de la Unión Europea [3], precisamente el mismo día que se anunció el pacto AUKUS, se ha quedado sin habla. Mientras ella exponía su nueva estrategia en la zona Indo-Pacífico, el gobierno británico del Brexit le sacaba la alfombra de debajo de los pies. No sólo se confirma que la Unión Europea no es una potencia militar, sino que ahora se sabe, además, que los miembros de la UE que disponen de cierto poderío militar ni siquiera tendrán derecho a opinar en lo adelante.
Por su parte, la OTAN no se atreve a abrir la boca. La alianza atlántica, que esperaba extenderse hacia la zona Indo-Pacífico, entiende ahora que ha quedado excluida del juego.
Tampoco ha reaccionado la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), sólo Indonesia –país que alberga la sede de su secretario general– ha expresado abiertamente su decepción. Concebida –al igual que la ANZUS y que la Unión Europea– durante la guerra fría y para “contener” al bloque comunista, la ASEAN evolucionó con el paso de los años. Mientras que la Unión Europea se ha convertido en una burocracia supranacional, la ASEAN –receptiva a la ideología del Movimiento de los Países No Alineados– aspira hoy a conformar una gran zona de libre comercio junto a China. Numerosos intelectuales indonesios denunciaron sin dilación que AUKUS buscar torpedear ese sueño de paz.
China y Rusia, los principales enemigos designados por los anglosajones, no han emitido aún reacciones públicas. Contrariamente a la práctica de las potencias occidentales, Pekín y Moscú no suelen hablar de sus intenciones y prefieren limitarse a anunciar decisiones… cuando ya las han tomado y puesto en aplicación.
Hablando sólo en su nombre, China expresó su indignación ante la mentalidad anglosajona, que consiste en formar las alianzas más amplias y poderosas posibles ignorando las sutilezas características de cada actor. Esto no es un truco de propaganda china. Los chinos consideran a cada cual por igual y teniendo en cuenta sus características particulares. Por ejemplo, cuando el presidente Xi Jinping realizó una gira por Europa para reunirse con dirigentes europeos pasó más tiempo en el pequeño principado de Mónaco que en otros países más grandes de la Unión Europea.
Ahora, uniendo el gesto a la palabra, China presentó –al día siguiente de la creación de AUKUS– un pedido oficial de adhesión al Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico (CPTPP, siglas en inglés correspondientes a Comprehensive and Progressive Agreement for Trans-Pacific Partnership), surgido en lugar del proyecto de asociación transpacífica del presidente estadounidense Barack Obama. En la práctica, Pekín está proponiendo intercambios comerciales a todos… mientras que Washington propone la guerra.
El espectro nuclear
Hasta ahora, y probablemente aún hoy, Estados Unidos estima que disponer de unidades navales propulsadas por la energía nuclear abre rápidamente la puerta a la fabricación de bombas atómicas. Por eso Washington había reservado la tecnología de la propulsión nuclear sólo a su aliado británico. Por consiguiente –y digan lo que digan los australianos– la construcción de submarinos atómicos prepara la entrada de Australia en el club de potencias nucleares. La guerra contra China está llamada a ser una guerra nuclear.
Visto desde esa perspectiva, la incorporación de Japón a los países del grupo Quad, después del trauma histórico de Hiroshima y Nagasaki, tiene visos de proeza.
Hasta ahora, sólo los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU disponen de submarinos nucleares. La India se ha convertido en el sexto país poseedor de esos medios navales y Australia sería el séptimo.
Como Estados Unidos ya no puede mantener su retórica sobre las tecnologías nucleares de doble uso (civil y militar), ya no podrá seguir afirmando que las investigaciones nucleares de Irán son de naturaleza militar. Eso pudiera abrir la vía a una cooperación abierta entre Washington y Teherán, posibilidad que Israel ha sabido percibir [4].
Los europeos se ven degradados
El primer perdedor en esta nueva arquitectura es Francia, que aún conserva su puesto de miembro permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, pero pierde su estatus de potencia global.
Desde que puso sus fuerzas armadas bajo las órdenes de Estados Unidos, al reincorporarse al Mando Integrado de la OTAN, ya era previsible que Francia acabaría perdiendo terreno. Las fuerzas armadas de Francia ya no son capaces de defender la totalidad del territorio francés… pero envían tropas a defender los intereses de Estados Unidos en África. En efecto, al no lograr implantar el AfriCom en suelo africano, Estados Unidos está utilizando allí tropas terrestres francesas que mueve para aquí o para allá mediante el sistema estadounidense de vigilancia aérea.
La reacción de París consistió en… anular una gala organizada en la embajada de Francia en Washington. En las horas siguientes al anuncio de AUKUS, el ministerio francés de Exteriores exigió explicaciones al Departamento de Estado. El gobierno francés consideró finalmente que Australia le escondió ese proyecto, instigado por Estados Unidos, y retiró sus embajadores de Camberra y Washington. Francia ha optado por mencionar sólo el «contrato del siglo» anulado por los australianos, pero esa venta de 12 submarinos por 90 000 millones de dólares no representa gran cosa en relación con todo lo que estaba en juego… un juego que Francia ha perdido.
El gobierno francés ha quedado profundamente aturdido en la medida en que creía haber establecido una relación privilegiada con Londres. Incluso había negociaciones secretas para trasladar a Francia la base de submarinos nucleares británicos Trident si Escocia decide separarse del Reino Unido [5].
En todo caso, Francia siempre podrá consolarse comprobando que ha sido rebajada de categoría al mismo tiempo que los demás países de la Unión Europea. Sólo Alemania parece salir relativamente airosa… pero eso es sólo por ahora: Berlín está autorizado a ser únicamente una potencia económica, pero nunca –desde la Segunda Guerra Mundial– a ser una potencia política global.
Francia no es sólo una metrópolis europea, es también una constelación de territorios dispersos por todas las regiones del mundo que constituyen el segundo conjunto de posesiones marítimas a nivel mundial –después de Estados Unidos. En la región Indo-Pacífico, Francia posee los departamentos de la Reunión y Mayotte, las colectividades de Nueva Caledonia y la Polinesia Francesa, el territorio de Wallis y Futuna y las Tierras Australes y Antárticas Francesas (TAAF). En todo ese conjunto de tierras, viven 1,6 millones de franceses.
Por lo tanto, Francia es realmente una potencia de la región Indo-Pacífico. Y como tal propuso su contribución a sus socios de la Unión Europea, entidad que la misma Francia quiso preservar de la rivalidad estratégica entre Estados Unidos y China. Francia es miembro de la Comisión del Océano Índico, participa en las cumbres de los ministros de Defensa de la ASEAN, dispone de su propia coordinación policial y en materia de inteligencia con esos países (ASEANAPOL) y debería convertirse dentro de poco en miembro de la Cooperación Regional Contra la Piratería (RECAAP). En resumen, Francia, que debe asumir la presidencia del Consejo Europeo durante el primer semestre de 2022, había previsto hacer de su presencia en la región Indo-Pacífico una carta de triunfo para la Unión Europea.
Taiwán, manzana de la discordia
Todos saben que los islotes que China reclama en el Pacífico no justifican ir a la guerra ya que ninguno de los demás países que los reclaman están dispuestos a emprender un conflicto armado para obtenerlos… y porque la Historia misma justifica los reclamos de Pekín.
Pero el caso de Taiwán es diferente.
Mao Zedong (Mao Tse-Tung) reunificó China derrotando uno tras otro a todos los señores de la guerra que controlaban regiones enteras de ese enorme país. También recuperó el Tíbet, que había proclamado la secesión y había establecido una alianza con Chiang Kai-shek (Jiang Jieshi) y con las potencias occidentales. Pero fracasó con Formosa, donde Chiang Kai-shek instaló su propio régimen. El régimen establecido en Formosa evolucionó con el tiempo, pasando de una implacable dictadura a cierto tipo de democracia, lo que hoy conocemos como Taiwán.
El pacto militar AUKUS parece concebido para socorrer a Taiwán si China tratara de recuperar ese territorio por la fuerza. El general James Hockenhull, comandante de la Inteligencia Militar británica, ha confirmado que las fuerzas armadas británicas están reclutando agentes asiáticos. La ex jefa del gobierno británico, Theresa May, sacudió el bote al preguntar en la Cámara de los Comunes si AUKUS tenía previsto o no entrar en guerra si China tratara de recuperar Taiwán.
En la Cumbre del G7, realizada en junio en Carbis Bay (Reino Unido), se vio a Japón imponer un respaldo inquebrantable a Taiwán. Fue precisamente durante esa cumbre, a espaldas de los demás participantes, cuando el presidente estadounidense Joe Biden, el primer ministro australiano Scott Morrison y su homólogo británico Boris Johnson adoptaron el principio del pacto AUKUS.
Para responder a la pregunta de Theresa May habría que disponer del texto íntegro del pacto AUKUS, incluidos sus anexos secretos. Pero, por el momento, no se conoce ni una línea de ese texto. Hay que conformarse con la lectura de comunicados de prensa.
Sólo se sabe, cuando más, que AUKUS incluye una cooperación muy amplia en materia de armamento. No se trata sólo de dotar a Australia de submarinos nucleares sino de entregarle también misiles Tomahawk y Hornet y de hacer participar ese país en el desarrollo de misiles hipersónicos capaces de rivalizar con los misiles nucleares de la Federación Rusa.
Notas.
[1] “Biden, Morrison & Johnson Announcing the Creation of AUKUS”, por Boris Johnson, Joseph R. Biden Jr. y Scott Morrison, Voltaire Network, 15 de septiembre de 2021.
[2] «Espionaje de las comunicaciones internacionales. Los “Cincos Ojos” van a ser nueve», Red Voltaire, 8 de septiembre de 2021.
[3] «Discurso sobre el estado de la Unión Europea 2021», por Ursula von der Leyen, Red Voltaire, 15 de septiembre de 2021.
[4] «Israel acepta la política exterior de Estados Unidos ante Irán», Red Voltaire, 15 de septiembre de 2021.
[5] UK draws up plan to shift Trident subs abroad if Scotland secedes, Sebastain Payne y Hellen Warren, Financial Times, 2 de septiembre de 2021.
de RED VOLTAIRE para voces del periodista.
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