El Presidente Piñera sí quiere a su pueblo
Suele suceder que la diferencia entre un gobernante que cumple con el deber de servir a su pueblo, en contraste con el que soslaya ésta grave obligación, sea la misma que hay entre la vida y la muerte, la democracia y la dictadura, la libertad y la esclavitud, la dignidad y la iniquidad.
El miércoles 13 de octubre de este 2010, pasará a la historia de la humanidad como uno de los grandes días en que el hombre mostró que es capaz de las más portentosas hazañas que el nacionalismo, las fuerzas del espíritu, la solidaridad humana, la generosidad y la nobleza puedan emprender.
Este memorable día debe estar presente en la mente de las generaciones contemporáneas y las que vendrán, porque fue el momento en que, después de una tenaz lucha, se logró el rescate de 33 mineros atrapados a 700 metros de profundidad, desde el pasado 5 de agosto. El Presidente de Chile, Sebastián Piñera, encabezó la hazaña lograda, con la invaluable colaboración de los propios mineros entrampados en las entrañas de la tierra, durante 69 días.
Todos los sectores de la nación chilena que se ha cubierto de gloria, respondieron al unísono, como una sola alma, como un solo corazón, al compás de las acciones apoyadas con un costo de 22 millones de dólares por el presidente Piñera, un gobernante que demostró que sí quiere a su pueblo y que, con hechos, enseñó cómo se le debe servir al pueblo, en contraste con tanto crápula, que en el mundo hay, presa de su servilismo ante intereses extraños y hasta adversos a las naciones que representan y ebrios del poder que sojuzga a sus coterráneos.
El portentoso rescate, hazaña que aúna lo científico con los valores humanos más elevados, fue saludado por todo el mundo. El pueblo de Chile, los mineros rescatados, los técnicos que participaron en la elaboración del plan de salvamento, dentro de los cuales hay que mencionar a expertos de la NASA, encabezados por el Presidente Piñera, recibieron las felicitaciones de todo el mundo.
Una síntesis de las agencias noticiosas Reuter, AFP y DFPA, informó que “Presidentes de América Latina y líderes mundiales elogiaron este miércoles la operación de rescate de los 33 mineros chilenos atrapados en el yacimiento de San José durante 69 días, que fue calificado como ejemplo de unidad y compañerismo”.
Y el asombro por la hazaña está justificado, porque la proeza se afianzó después de que los 17 días se corroboró que los atrapados tenían vida. Sus nombres:
Florencio Ávalos, Mario Sepúlveda, Juan Illanes, Calos Mamani, Jimy Sánchez, Osman Araya, José Ojeda, Claudio Yáñez, Mario Gómez, Alex Vega, Jorge Galleguitos, Edison Peña, Carlos Barrios, Víctor Zamora, Víctor Segovia, Daniel Herrera, Omar Reygadas, Esteban Rojas, Pablo Rojas, David Segovia, Yonny Barrios, Samuel Ávalos, Carlos Burgueño, José Enríquez, Renán Ávalos, Claudio Acuña, Franklin Lobos, Richard Villarroel, J. Carlos Aguilar, Raúl Bustos, Pedro Cortés, Ariel Ticona y Luis Urzúa.
Por su vital labor para lograr el rescate, al lograr la realización del plan para mantener vivos a los mineros atrapados, Urzúa, Lobos, Sepúlveda y Gómez son los mineros emblemáticos de la portentosa hazaña que aplaude el mundo, por todo lo que significa para el bien de la Humanidad.
“Nos han dado los mineros atrapados y rescatados, una lección de esperanza y compañerismo”, expresó feliz de la salvación de 33 vidas, el Presidente de Chile, Sebastián Piñera, quien se propone ahora mejorar las condiciones económicas, sociales y de seguridad, de los trabajadores de las minas, por ser de elemental justicia. Piñera estuvo al pie de la mina, hasta que se produjo el rescate.
Pasta de Conchos
En México, el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana, publicó en el prestigiado diario La Jornada (14 de octubre) el sentir del gremio en relación al exitoso rescate en la mina de San José, en el norte de Chile y el contraste con la desgracia que costó la vida a 63 mineros mexicanos en Pasta de Conchos. Textualmente, manifesta:
“”El rescate de mineros en Chile es una condena moral de la humanidad contra los responsables de Pasta de Conchos. Germán Feliciano Larrea Mota Velasco, Vicente Fox Quesada, Martha Sahagún de Fox, Felipe Calderón Hinojosa, Francisco Javier Salazar Sáenz, Javier Lozano Alarcón ¿Estarán ahora satisfechos por haber dejado morir a 65 mineros mexicanos el 19 de febrero de 2006?”.
En una parte del texto que cubre toda la página se asienta: “El rescate de los 33 mineros chilenos atrapados en la explosión del 5 de agosto pasado, en la mina San José de Atacama, cercana a Copiapó, Chile, pone en terrible evidencia la gran culpa que empresarios y gobernantes mexicanos cargan en las espaldas por el homicidio industrial ocurrido el 19 de febrero de 2006, en la mina de Pasta de Conchos, Coahuila.
“En Chile, los directivos de la empresa propietaria de la mina, las autoridades provinciales de Atacamá, el Sindicato de la mina San Esteban Priera, muy meritoriamente el mismo Presidente de la República de Chile, Sebastián Piñera y el pueblo chileno entero volcaron su fe y sus recursos técnicos en su salvamento, durante más de dos meses, hasta que el rescate de los mineros está siendo celebrado en ese país hermano y en todo el mundo, a partir del día 67 en que ocurrió esta tragedia.
“En México, en cambio, en el 2006 y hasta la fecha, ni Germán Feliciano Larrea Mota Velasco, dueño del Grupo México y de la mina Pasta de Conchos, ni sus socios accionistas, ni el entonces presidente Fox ni Martha Sahagún de Fox, nunca pusieron un pie en la mina para apoyar las tareas de rescate o por lo menos para darles sus condolencias a las viudas y deudos de los mineros muertos.
“Posteriormente, el presidente Felipe Calderón y sus funcionarios tampoco lo hicieron ni han pronunciado ninguna palabra de aliento, ni han otorgado ningún apoyo para los familiares ni para el rescate de los 63 cuerpos que permanecen abandonados en el fondo de la mina sin santa ni civilizada sepultura. Pero eso sí, Felipe Calderón Hinojosa declaró ufanamente en su twitter: “Impresionante, emocionante, el rescate de los mineros. Viva Chile Viva la esperanza de que el hombre puede superar cualquier dificultad.
“Más allá de hipocresías ruines, el asunto de Pasta de Conchos es particularmente grave porque demuestra a todo un conjunto de empresarios y políticos dándole la espalda a un grupo de mineros mexicanos sumidos en la desgracia, que no pueden salvar la vida porque aquellos prepotentes decidieron que esos trabajadores eran ‘un problema menor’ y había que preservar el capital antes que al trabajo. En la misma línea este homicidio industrial fue el comienzo de la perversa persecución que desde los gobiernos del PAN, Grupo México y otras empresas antisociales ha debido resistir con gran dignidad, el Sindicato Mexicano de Mineros con sus dirigentes, durante más de cuatro años”.
Se asienta: “El hecho de que Grupo México, con la complicidad total del gobierno de Fox, decidiera cerrar la mina sólo cinco días después del percance, cuando había la esperanza de que los mineros atrapados estuviesen vivos, sólo dio como resultado condenarlos de inmediato a la muerte y, sobre todo ocultó las verdaderas causas de la tragedia. El gobierno, tanto bajo Fox, como bajo Calderón, ha preferido proteger las utilidades de Grupo México y se ha desentendido de llevar justicia a los deudos de los miembros muertos y necesidades”.
Cabe precisar que el texto íntegro, que no tiene desperdicio, dice esto y mucho más. Quien tenga oídos, que oiga. Quien tenga ojos, que vea. Dichosos los pueblos que tienen autoridades que los quieren.
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