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Edición 250
Escrito por PINO PÁEZ   
Martes, 11 de Enero de 2011 14:05

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retobos

El beato Carlos

La beatitud, sin doble sentido contra la tentación... o la santidad, ésta, en el escalón superior donde en simbólico perchero se hallan todas las aureolas... terrenalmente proceden de una recomendación, algunos santos han sido descontinuados, a otros se les cuestiona la virtú. Hacia Carlos Abascal Carranza -minutos posteriores a su deceso- las propuestas para su beatificación se hicieron más sonoras y copiosas que un chipi-chipi sobre techumbre de aluminio.

 

Don Carlos en promoción de altura

Argumentan los promotores de don Carlos que poseía una inocencia sin mácula de ingenuidad o travesura, rearguyen en fábulas memoriosas que se hizo empresario con la única finalidad de allegar el pan a muchas bocas, aunque a su boca solita llego el PAN sin membresía, blasfemia ni eucaristía.

 

Durante su presidencia en la Coparmex, donde confluyen los patrones a la diestra más esquinados, don Carlos en la crisis de tres lustros atrás, ofreció a deudores su intermediación con los tiburones de frac de la Banca que a dentelladas de harto postín tarascan patrimonios. Al mediador lo acusaron de oficiar en Santo Oficio al entregar a las fauces de los tiburcios aquéllos, víctimas del agio que en centenares recurrieron al suicidio.

 

Para don Carlos las jerarquías son inamovibles, sacramentales casi, nobiliarias sin los títulos de antaño pero con la misma devoción de una monarquía. Su catolicismo distinguióse por la manifiesta espectacularidad de su fe: enormes escapularios que simulaban haber sido bordados en telar de cafetales; rosarios de cuentas más voluminosas que deudas en buró de crédito; monumentales estampitas en sus despachos que, sin alarconianas oídas, se apoderaban de todas las paredes...

 

El señor Abascal en “brainhaunter” gabinete

Vicente Fox Quesada, tras su “brainhaunter” expedición o quesque cacería de cocos con neuronas tupiditas de palmera sapientísima... situó al señor Abascal en la Secretaría del Trabajo con una encomienda especialísima: reformar la Ley Federal del Trabajo, pero sin hundir la yema del dedo gordo en el 123 constitucional, esto es, que se acabe con los rancios derechos de antigüedad; conseguir la “polivalencia” en el empleo, por ejemplo, que un mecanógrafo capture todos los dictados del dictador, realice labores de mensajería o asee de hartazgos los retretes, sin derecho a la populista exigencia de aumento, excepto en faenas; que las contrataciones sean nada más del empleador sin la adiposa injerencia sindical; que de las demandas laborales desaparezcan los salarios caídos como exiliadas ánimas de un tendedero; que los contratos colectivos sean de la mangoneadora colectividá de los patrones; que...

 

El señor Abascal, ipsofacto, se puso en acción sin magullar el 123, fincado en las encíclicas Rérum Novárum y Syllabus de León XIII y Pío IX en que a las patronales se les ruega mucha bondá y a los trabajadores muchota resignación.

 

Cuánto cabildeó el señor Abascal en llevar a buen puerto la embarcación reformadora sin agripar de salpicaditas al 123. Algo logró en su cometido que lo ascendieron a puestecito de mayor caché, pues sus Javieres sucesores, aunque uno con el tache de la equis, re-tomaron lo que ya había re-bebido y re-vivido quien los antecedió, al grado que Xaviercito Salazar puro-impuro pecaminoso mariguano vio en las profundidades de las minas, en tanto Javiercito Lozano puros-impuros diablitos sorprendió en el SME colgados al switch de su mirada.

 

A una huelga aeroportuaria no requisaron los señores Fox y Abascal, aunque el paro duró lo que una tos, la distancia con predecesores fue tan notaria como su religiosidad. Empero, el señor Abascal desde sus bastiones gubernamentales urdimbres tejía y destejía que poco a poquito y mucho a muchote permitieron arribar bien enredaditos propietarios de Mexicana de Aviación, que más que volar todo se vuelan, a quienes la fábula compara con pulque porque si a éste le falta un grado para ser carne, a los otros sin fábulas ni un grado les faltó para ser gangsters. Lo importante para la visión empresarial en su conjunto es la manera de contratar, re-contratar, correr y re-correr trabajadores cuya esencia está en la descrita reforma laboral, sin apachurrar ni un dígito estomacal al 123. Aeroméxico es otro paradigma de modernidá en relaciones obrero-patronales: dueños y pilotos acordaron “poner al día” el Contrato Colectivo de Trabajo con una jornada laboral incrementada dos horas y un descanso disminuido en la misma cantidad, sin otra compensación que patrono bendecir de altura. Muy a lo Abascal celebraron con sidrita la voladura de su modernizador entendimiento.

 

 

PARAPINO

 

El señor Carranza en coherencia familiar

Qué linealidad en las ideas la de los parientes Abascal, siempre derechitos a la derecha, desde un abuelo admirador de Maximiliano, aunque el padre del señor Carranza -Salvador Abascal Infante- sinarquista hasta los chapoteos de la médula, en Hitler tuvo a uno de sus ideólogos, a fines de los 30’s de la centuria pasadita, organizó una especie de manda-manifestación de Michoacán hacia Baja California dizque para poblar de patriotas iluminados un territorio en peligro. Creó allí el asentamiento “María Auxiliadora”, se hicieron comunas, se trabajó la tierra colectivamente sin tiendas de raya ni latifundistas; todo iba muy, y por ir tan bien don Salvador sin auxilio desbarató “María Auxiliadora”, percibió algo similar a ¡comunismo! involuntario y él era profeta de las jerarquías, de los jefes, del capataz que como sus adorados “conquistadores” portaban la espada y la cruz, aunque ésta ya de modernidad gamada.

 

El señor Carranza, al respecto, en su titularidad en la Secretaría del Trabajo, más irritado que víctima de urticaria porque un reportaje impreso en un periódico independiente, signado por el retobador, hacía referencia al historial político de su familia, a través de un asistente de “Comunicación Social”, dijo al director de una revista (repartida en variadas instituciones públicas y privadas), quien con anuencia del autor reprodujo el texto aquél... que a este retobador lo tenían perfectamente identificado, sabían en cuáles medios escribió y hasta de libros suyos presentados en el Palacio de Bella Artes, lo que no significaba ningún hallazgo ni preocupación, sin embargo, mencionó algo inquietante: el retobador ejercía labores de magisterio en un colegio de bachilleres de Ciudad Neza. Pocos días después la burocracia estatal educativa borró el nombre del retobador de la lista académica para reubicarlo en la lista negra, pese a que esa misma burocracia encomió a los necenses responsables de aquella escuela por la retobada contratación, pese a que la tal burocracia de inmediato integró al retobador al cuerpo del profesorado, en cuanto la dirección escolar le mostró obras y currícula e incluso de inmediato dirigió el pago al trabajador de la enseñanza, pese a todo ello la burocracia de inmediato también hizo borrón y cuenta nueva de fantasmas, sin despido explícito, sin la mención del borroneo. En la demanda laboral los representantes jurídicos de la referida burocracia, soto voce indicaron al retobador que desconocen la causa pero que de “Muy arriba” es la orden de una separación definitiva, lo cual se traduce que no se trata de personas ni sexenios: en la lista negra que en los albañales se redacta, cómo chacualean los escribanos en la oscuridad.

 

Eran amorosos temporales PRI-PAN, el negociazo del aeropuerto en San Salvador Atenco, la mercantil hemandá Fox-Montiel y el nipotito de éste, don Enrique que ya  enriqueció desde el erario bien embarnecido. Etapa en la cual el señor Carranza, en su mismo cargo de Trabajo, dispuso que se perdiera el ídem de la profesora Georgina Ábrego, por leer en una escuela particular Aura sin aureola de pecaminosas Fuentes, cuando lo que debió ilustrar eran textos de don Salvador en los que exige la prohibición de la fiesta de 15 años y el vals, puesto que chambelanes y quinceañera se tientan manos y cintura en tactos y contactos de corto circuito en tocadas achicharran una condenación. Ni pensar lo que hubiera exigido contra la quebradita y la lambada en que Satanás se adueña del contoneo.

 

Los publicistas del señor Carranza, enmudecen cada que se les pregunta cómo beatificar a quien desde los puestos de Trabajo y Gobernación estuvo involucrado en la represión acentuadamente atroz contra la comunidad atenquense y la oaxaqueña. En tal penúltimo escaloncito hacia la santidá qué de sangre las arpas lloverían.

 

El hermano del señor Carranza -Salvador- en su gestión de defeño diputado “legisló” en pro de la purificadora siembra de todas las hogueras. Tal vez el parangón más cercano con los Abascal sean los Elguero: aduladores igualmente de Maximiliano, Iturbide y Victoriano Huerta; igualmente hispanófilos devotos de zetas y jolines; defensores igualmente de chicharroneras jerarquías en que nada más desde l’alta sociedá las masticadas truenen.

 

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