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"Bombardeo humanitario" de Libia: Muerte y destrucción
MICHEL CHOSSUDOVSKY*
(Segunda y última parte)
EL OBJETIVO NO ES IR AL RESCATE DE CIVILES. Todo lo contrario. Se han preseleccionado blancos de ataque militares y civiles. Las bajas civiles son intencionales. No son el resultado de “daños colaterales”. Hubo reportes confirmando que se han bombardeado hospitales, aeropuertos civiles y edificios gubernamentales.
ORAS DESPUÉS de los ataques aéreos, un funcionario de salud del gobierno libio dijo que “la cifra de muertos por los bombardeos occidentales subió a 64 el domingo después de que fallecieran algunos heridos”. El número de heridos era de alre- dedor de 150 (Montreal Gazette, Gadhafi hurls defiance as allied forces strike Libya, 19 de marzo, 2011.) La cifra de muertos a causa de los bombardeos aéreos y ataques con misiles (24 de marzo) es de alrededor de 100 civiles, según fuentes del gobierno libio ( UN Chief Expects Int’l Community to Avoid Civilian Casualties in Libya, 25 de marzo, 2011).
Desinformación de los medios Las muertes causadas por los ataques con misiles y por los bombardeos aéreos de EE.UU.-OTAN se han desmentido o ignorado como “daños co- laterales”. Según el Secretario de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, William Hague, una guerra humanitaria moderna no produce la muerte de civiles, proposición totalmente absurda: “Esta operación ha estado haciendo lo que se suponía que debía hacer, proteger a la población civil de Libia y no hay evi- dencia confirmada de la muerte de nin- gún civil causada por los ataques de la coalición contra el régimen de Gadafi” (British Foreign Secretary William Hague, No evidence of civilian casualties in Libya strikes: UK | Reuters, 25 de marzo, 2011.) El secretario de Defensa de EE.UU. Robert Gates confirma que: “La coalición hace un gran esfuerzo para evitar la muerte de civiles y la mayoría de los ataques van dirigidos a blancos alejados de las áreas pobladas”. El fin de la campaña de desinformación de los medios es encubrir descaradamente la muerte de civiles. Los reportes de los medios oc- cidentales de las bajas son extremadamente indirectos. Los misiles Tomahawk y los bombardeos aéreos se presentan como instrumen- tos de paz y democracia; que no matan a la población civil. Sin esta campaña de desinformación, la legitimidad de las opera- ciones militares colapsaría como un mazo de naipes. Cientos de personas se congregaron en un funeral en Libia, y esto se rotuló como una acción propagandística de Gadafi. El funeral era falso, según los reportes occidentales. Se presentó como una “puesta en escena”. De acuerdo con uno de los reportes: “Los hombres rezan por gente que supuestamente murió en los bombardeos aéreos. Pero no queda claro quienes están en los féretros” ( Véase Civilian Casual- ties in Question at Tripoli Funeral - WSJ.com, 24 de marzo, 2011, In Libya, coffins carry a mystery, SMH, 26 de marzo, 2011.) El propósito de estos bombardeos es la destrucción de las instituciones del país, su base productiva. A esto llaman “bom- bardeo humanitario”. Se usa como justificación el concepto de “responsabilidad de proteger”. Las instalaciones generadoras de energía, los puentes, las carreteras, los hospitales, las estaciones de televisión, los edificios gubernamentales, las fábricas se designan “blancos estratégicos”. Un reporte (no confirmado) de fuentes libias dice que bombar- dearon dos hospitales y una clínica: “Atacaron los hospitales Al-Tajura y Saladin en Ain Zara. La clíni- ca que bombardearon se halla cerca de Trípoli, la capital de Libia. No sólo se trata de edificios civiles, sino que además se hallan alejados de la zona de combate.” También sufrieron ataques algunos aeropuertos civiles en dife- rentes partes de Libia. (Mahdi Darius Nazemroaya, Breaking News:
ned, Global Research, 19 de marzo, 2011.) En el caso de ataques a hospitales, las bombas “inteligentes” fue- ron extremadamente precisas. El Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia acusó a la coalición militar occidental de llevar adelante una campaña de bombardeos indiscriminados. (Metro - Russia: Stop ‘indiscriminate’ bombing of Libya, March 19, 2011.) Los medios occidentales seguirán sosteniendo sin variaciones que las fuerzas de Gadafi bombardean los hospitales del país, sin aportar ninguna prueba. Hay indicios de que los hospitales están incluidos en la lista de objetivos a atacar. A los aviones canadienses CF-18 les asig- naron blancos civiles específicos. Los pilotos decidieron regresar a la base sin atacar el objetivo preseleccionado, que fue identificado como un aeropuerto civil. Según los reportes de prensa, estaba al lado de un hospital: “Dijo Lawson que la acción no respondió a nin- gún riesgo para los aviones CF-18 sino que los pilotos trataron de evitar el daño potencial a civiles o a infraestructuras importan- tes como hospitales” (CTV Calgary- Canadian pilots abort bombing over risk to civilians - CTV News, 23 de marzo, 2011, énfasis agre- gado por el autor.) Se ha invitado a la opinión pública a apoyar sin condiciones un nuevo escenario de guerra en el Norte de África. La llamada comu- nidad internacional ha logrado construir un consenso a través de la propaganda mediática. La “responsabilidad de proteger” ha recibido el apoyo de organi- zaciones de la sociedad civil y de las ONG. Muchos sectores de la izquierda progresista apoyan los bombardeos a Libia como un medio para conseguir la democracia, sin siquiera analizar la naturaleza y composición de la rebelión. Aquellos que se expresan contra la “zona de exclusión aérea” decretada por EE.UU.-OTAN son catalogados de inmediato como “apologistas de Gadafi”.
El modelo yugoslavo El bombardeo humanitario es parte de un proceso histórico. Es parte del planeamiento militar. La campaña del “bombardeo huma- nitario” de Libia es un componente integral de la estrategia militar siguiendo el modelo usado previamente en otros sitios, incluyendo el bombardeo de Yugoslavia en 1999 y la campaña militar contra Irak en 2003. Cuando bombardearon Yugoslavia en 1999, puentes, centrales energéticas, escuelas y hospitales fueron designados como “blan- cos legítimos de ataque” por el Centro Combinado de Operacio- nes Aéreas (CAOC según sus siglas en inglés) de la OTAN en Vincenza, Italia, y cuidadosamente “convalidados antes del lanzamiento del ataque”. En Libia se está aplicando el mismo procedimiento: los objetivos militares y ci- viles se aprueban con anticipación. Los pilotos no siempre saben el carácter preciso del objetivo. En 1999 el hospital infantil ubicado en el área de la embajada fue el objetivo de un ataque aé- reo. Había sido identificado por los militares a cargo del plan como un blanco estratégico. La OTAN reconoció su autoría pero in- sistiendo que era para “salvar las vidas” de los recién nacidos. No bombardearon la sección del hospital donde se hallaban los bebés sino que atacaron la parte adonde estaban los generadores eléctricos, lo que interrumpió el suministro eléctrico de las incubadoras. Esto significó que todo el hospital quedó inhabilitado y muchos niños murieron. Visité el hospital un año después del bom- bardeo de junio de 2002 y vi con mis propios ojos lo que habían hecho con la mayor precisión. Estos son crímenes de guerra cometidos con la tecnología militar más avanza- da, con las llamadas “bombas inteligentes”. En Yugoslavia, la población civil fue el objetivo de los ataques: hospitales, aeropuertos, edificios gubernamentales, fábricas, infra- estructura, sin mencionar las iglesias del siglo XVII y los sitios histó- ricos y culturales que forman parte del patrimonio del país. El diabólico propósito de desencadenar una catástrofe en el me- dio ambiente de la cuenca del río Danubio figuraba en el plan. La OTAN atacó la planta petroquímica de Pancevo, cerca de Belgrado. El objetivo no era solamente destruir la planta sino también desenca- denar una catástrofe ambiental. ¿Cómo lo hicieron? “Un generador térmico de imágenes desde un satélite espía o un avión puede detectar radiación infrarroja emitida desde cualquier objeto que se encuentre en la planta petroquímica y convierte esa lectura en una imagen de alta resolución o fotografía... En palabras de un vocero del Pentágono, “toma una fotografía desde una gran altitud, la emite a un receptor, en Estados Unidos, donde se analiza rápidamente”. Y desde allí, “la información de los blancos correctos” se retransmite a la CAOC en Vincenza, que a su vez la envía a la gente en la cabina”. Las “bombas inteligentes” no son tontas, van adonde les dicen que vayan. La OTAN ha identificado detalladamente los contene- dores, tanques y depósitos que contienen materiales tóxicos. De acuerdo con lo manifestado por el director de la planta petroquímica, la OTAN no hizo blanco en ningún contenedor vacío: “Esto no fue accidental; escogieron como blancos los contenedores llenos y los químicos se derramaron en el canal que desemboca en el Danu- bio...” Cuando las “bombas inteligentes” dieron en sus blancos leta- les en Pancevo, liberaron fluidos y gases tóxicos en la atmósfera, el agua y el suelo. “Hubo una fuga de más de mil toneladas de bicloruro de etileno del complejo petroquímico de Poncevo hacia el Danubio (a través del canal que comunica la planta con el río). También se derramaron más de mil toneladas de hidróxido de sodio. Y cerca de mil toneladas de cloruro de hidrógeno pasaron de Pancevo al río Danubio.” (Michel Chossudovsky, NATO Willfully Triggered an Environmental Catastrophe In Yugoslavia, Global Research, 11 de Libyan Hospitals Attacked. Libyan Source: Three French Jets Dow- que consiste en destruir la infraestructura civil del país. Se ha hecho abril, 2004) VP
* Global Research
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