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El consumismo causa daño
a economía hogareña,
patrimonio familiar y civismo
El consumismo es uno de los grandes enemigos de la economía hogareña porque lejos de invitar a la ciudadanía al ahorro, la previsión y a la necesidad de gastar menos de lo que se gana para la formación de un patrimonio familiar de suma utilidad en la vejez, induce al mexicano al derroche de su raquítico salario, con todas las funestas consecuencias que esto trae consigo...
Y si a esto se añade que el consumismo empuja al pueblo -a un exceso de vacaciones con el pretexto de los “fines de semana largos”-, a olvidar su formación cívica y al abandono del calendario cívico y del conocimiento de su historia; el resultado es que un desastre cultural con pérdida de identidad y de lo que somos y de pérdida de nuestros valores en el marco de una miseria económica y moral cada vez más grave está en el futuro de nuestro pueblo.
Consumismo
Es negativo por tanto -por no decir perverso-, inducir al pueblo a que, en ocasión de las fechas destinadas a conmemorar nuestras glorias nacionales, ahora se lance a la población a irse de asueto, a gastar lo que no tiene y a empeñar lo que tenga a la mano con tal de vacacionar como lo piden las autoridades, “para fomentar nuestra industria turística”, a costa de la ya de por sí dañada economía del pueblo mexicano.
Ojalá que las organizaciones que tienen la responsabilidad de cuidar los intereses del trabajador, de la clase media, del campesino, digan a la gente que el consumismo es una trampa y de las más dañinas, para empobrecer al mexicano que ahora emplean los funcionarios inoculados por la serpiente neoliberal.
Urgen “baños de pueblo”
Ante tal serie de desatinos que causan grave daño a la población por inducir a la inconsciencia, al derroche y al olvido de nuestros valores nacionales, es conveniente que los funcionarios que se prestan a tal disposición venida desde arriba de los mandos burocráticos, se den “baños de pueblo” con la finalidad de conocer realmente cuáles son las necesidades y las aspiraciones del la población.
“Baños de pueblo” para que vean la realidad y se enteren que lo realmente urgente en estos momentos para revitalizar nuestra economía interna -tan castigada mientras a la macroeconomía se le otorgan todas las facilidades, incluso la dispensa de más de 500 mil millones de pesos por concepto de impuestos, según se afirma reiteradamente desde diversos sectores-, es elevar la capacidad de consumo de la población con salarios justa y humanamente pagados, dado que actualmente, para comprar un kilo de carne de bovino que cuesta 100 pesos el kilo, se necesita el ingreso de dos días de salario mínimo que no llega a los 160 pesos por jornada diaria.
Vacacionistas
Los funcionarios neoliberales que sufrimos deben darse “baños de pueblo”, convivir con nuestra gente para tener esos conocimientos. Para ello, es indispensable que dejen de estar tan lejos del mexicano por la separación que genera el uso desmedido de “guaruras”, guardaespaldas y lo abultado de sus billeteras que les impide abrazarse con la gente de abajo, es decir, la que realmente trabaja, en el marco de un desempleo que condena a millones de mexicanos a la miseria.
Urgen trabajo y mejores salarios
Adelantar el aguinaldo a la clase trabajadora para que gaste anticipadamente lo que tiene previsto para el fin de año es ciertamente perverso, porque esto puede beneficiar económicamente de momento al sector empresarial, pero ya en diciembre, cuando el aguinaldo se ha gastado y están encima los compromisos económicos de ese mes y principios de enero, cabe preguntar: ¿Con qué dinero se van a solventar dichos gastos que suelen ser excesivos?
El aguinaldo adelantado es engaño, espejismo y solución falsa a un grave problema consistente en el desplome de la economía interna en nuestro país, como consecuencia de los bajos salarios que se cubren al trabajador y el hecho de que lo que se paga por este concepto es absolutamente insuficiente, injusto e improcedente si se toma en cuenta que una economía interna sana requiere de “consumidores con capacidad de consumo”, válgase la expresión.
Fiebre de pasear
Deuda pública, hipoteca tipo Grecia
Al final de su mandato, cuando el sistema neoliberal que adoptó ya es un sonado fracaso, el presidente Felipe Calderón, por bien propio, dado que los juicios de la historia son terribles, debe llegar a la conclusión de que es necesario cambiar el rumbo de la especulación financiera que sólo conduce a la miseria.
Adelantar el aguinaldo no es solución. Elevar salarios sí con base en mejores resultados económicos con la recuperación de nuestra planta productiva en el campo, la industria y los servicios. Nuestro pueblo, después de 41 años de crisis económica, social y cultural y de entrega de nuestros recursos al extranjero, es merecedor de que se le trate con justicia. Para ello, nada mejor que cambiar de modelo económico. En vez del “atole con el dedo” como el adelanto del aguinaldo para dar la impresión de capacidad de consumo del mexicano, lo que urge es adoptar soluciones verdaderas.
En estos momentos, hablando en términos generales, el desprestigio de la clase política y de funcionarios públicos es una realidad amarga. Solamente la producción de bienes y servicios nos puede liberar de círculo vicioso en que nos encontramos y que nos ha llevado a la conformación de una deuda pública interna y externa que, según los conocedores del tema, asciende a más de tres billones de pesos, suma que, desde luego, es impagable.
El aguinaldo adelantado es estratagema para ocultar la realidad iniciada a partir de 1970. No podemos, no debemos seguir por el mismo camino de la economía neoliberal. De continuar por tan funesta ruta, llegará el momento en que todo puede acabar para el país en que habitamos. Calderón debe rectificar y de no hacerlo, continuarán los sufrimientos de la población y el juicio de la historia será severo con él, de acuerdo a su trayectoria.
Los millones de desocupados también claman por el cambio de modelo económico. Lo albergues en la capital mexicana se encuentran abarrotados de indigentes que por no tener donde guarecerse, pernoctan en la vía pública, en estas noches de muy bajas temperatura. Es sintomático y especialmente conmovedor que en esos lugares, donde se atiende a las personas que lamentablemente han sido derrotadas de la vida, abunden los seres humanos víctimas de la desdicha que pertenecieron a la clase media y ahora son parias. Adelantar el aguinaldo, no es solución a toda esta problemática producto de una sociedad de consumo, tramposa, mentirosa e injusta, impuesta al pueblo de México.
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