Las fuerzas armadas y la lucha contra el narcotráfico GRAL. ROBERTO BADILLO MARTINEZ* (Segunda y última parte)
LAS FUERZAS ARMADAS SON EL ÚLTIMO BASTIÓN para defender a una nación. Pueden ser grandes o pequeñas de acuerdo al país de que se trate, y también de acuerdo a la decisión de sus líderes para organizar la defensa de su nación. Pero en todo caso, sean grandes o pequeñas, deben ser reclutadas, organizadas, adiestradas y comandadas correctamente a fin de que cumplan sus misiones.
SU FORTALEZA RADICA en su adiestramiento y en el liderazgo de sus comandantes, más que en los medios con que cuente, y su fortaleza puede ser influenciada o demolida incluso desde adentro o desde afuera. En su adiestramiento influyen mucho los valores patrióticos, nacionalistas, familiares, y religiosos que se les haya inculcado.
Esos valores en México, recibidos en sus casas y con su familia son muy fuertes, positivos y primordiales. Sólo así se puede comprender en estos momentos que un soldado en la actual situación de violencia por tres mil pesos mensuales exponga diariamente la vida.
El pueblo de México ignora que soldador y marinos suelen pasarse cuarenta días o más en un puesto de revisión carretero en el desierto o en las montañas, sin ocasión de ver a sus familiares, dejando a sus esposas y compañeras la solución de sus problemas en sus casas.
Ese sueldo, no le proporciona al soldado en el día a día de la lucha la moral operativa altísima que mantiene, sino que eso es producto de su adiestramiento, su patriotismo y la educación moral, familiar y religiosa que haya recibido.
La mayor entidad debilitadora de una fuerza militar son, además del enemigo, los medios de comunicación. Estos pueden ser directos o indirectos, nacionales o extranjeros. Los directos son los que responden a los intereses del enemigo, y los indirectos son los que proceden supuestamente de quienes deben apoyar a las Fuerzas Armadas, para contrarrestar las informaciones del enemigo, y no lo hacen por ignorancia o mala fe. Hay medios indirectos que provienen del exterior, que pueden ser declarados enemigos o considerados como amigos, tienen todo el derecho de ser favorables a su causa, por eso se dice que en la guerra todo se vale.
La demolición de los ejércitos no sólo es física, con armas. La mejor demolición del ejército es contra su moral, que se expresa en el deseo de no combatir, haciéndole creer que la lucha por la que trabaja es un fracaso.
Como dice Tsun-Yang-Se, la mejor victoria es la que se logra sin combatir, derrotando al enemigo moralmente. Sin moral y disciplina las armas de un ejército, por muy modernas y poderosas que sean, se mantienen sin combatir, se desmoronan solas. Ese ejército ha sido derrotado moral y mentalmente. Militarmente a esto se llama “guerra psicológica”, un arma poderosísima que las fuerzas armadas de todos los países conocen y ejecutan. Este sistema se sostiene y se materializa eficazmente en los medios de comunicación. Estos son empleados por su eficacia, tanto en las fuerzas armadas como en la población que se desea afectar; por ello existen unidades militares de guerra psicológica, que suelen tener miles de miembros y que actúan en las fuerzas armadas y en la población.
En México hay medios de comunicación muy bien empleados en contra de la actuación de las Fuerzas Armadas en su actual lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico. Estoy seguro que la mayoría de esos medios de información mexicanos lo hacen de buena fe, queriendo que se corrijan errores, tratando de demoler la “estrategia” del gobierno; estos medios pueden ser opositores o bien solamente críticos de buena fe. Considero que en esta situación de violencia, no de guerra, el margen para que estos críticos ejerzan sus derechos es muy amplio y lo ejercen, habrá algunos que incluso actúen a sabiendas que lo hacen en contra del país. Aunque considero que también a muchos nada les importa su país.
En México, en estos poco más de cinco años de tratar de detener las actividades del narcotráfico y crimen organizado, los medios le han dado duro al presidente de la República, con razón en la mayoría de los casos. Pero en México la única persona que le ha dicho al presidente de la República que su error es no haberse dado a cuenta a tiempo que Estados Unidos no ayuda a países sino que desestabiliza países, ha sido el que esto escribe: Desestabiliza países para lograr sus intereses y para que sus Fuerzas Armadas y sus vastos servicios de información de muy diversas agencias penetren en el territorio nacional, como si fuera el suyo propio. La única persona que en México le ha dicho al presidente que Estados Unidos agrede militarmente a México es el suscrito, que esa agresión ha sido perfectamente planificada por todo el gobierno norteamericano, ya que han sido decenas de funcionarios, de diversas agencias gubernamentales, los que han dado opiniones sobre la materia, que desestabilizan al país.
En México existe una gran variedad de críticos, historiadores o escritores, que por muy diversos motivos le entran a la crítica presidencial ; unos odian al sistema político porque los mantiene fuera, otros son críticos partidarios, otros son críticos ideológicos; si el Presidente es de derecha, entonces los izquierdistas librepensadores, que son legión en los medios de comunicación como radio, TV, incluso prensa, le dan con todo.
Esto lo facilita el fracaso de la “estrategia” del presidente y los casi cincuenta mil muertos; otros no sólo son izquierdistas, sino rojos recalcitrantes, marxistas, leninistas, estalinistas, quieren “acabar con todas las injusticias”, sin darse cuenta que las mayores injusticias humanas y crímenes contra la humanidad se cometieron en sistemas socialistas y comunistas en el siglo XX.
Otros liberales y laicistas, que también se encuentran en los medios de comunicación, odian a la religión, y si el presidente es católico también esto les molesta. Finalmente se encuentra como flotando en todos los ambientes nacionales, la ideología masónica, enemiga ancestral de los ejércitos nacionales, amiga del internacionalismo proletario y de los diferentes tipos de socialismo, enemiga de la Iglesia Católica y de la familia.
Como se sabe los masones en México son de tercera categoría; han hecho y hacen lo que digan los masones ingleses y estadounidenses, que son masones de primera categoría, y también lo que digan los masones europeos de Francia, España y Portugal, que son masones de segunda.
Desgraciadamente, todos estos opinadores de la situación nacional de violencia, junto con miles de organizaciones no gubernamentales que también son opinadores, no identifican al desestabilizador: a Estados Unidos, que supuestamente ayuda, pero que más bien desestabiliza y extiende con sus acciones el problema.
Entonces, todas las criticas, las fobias y los rencores van hacia el Estado Nacional, hacia el presidente; a Estados Unidos lo identifican como ayudador, y no como desestabilizador directo, oportuno y adrede. Esta situación, por lo menos hace que la critica no sea ni justa ni imparcial, es sólo hacia el que se equivocó de “estrategia”; es hacia su gobierno, no hacia el responsable internacional de muchas situaciones como las de México y entonces tras el responsable directo, el presidente de la República, las criticas feroces se dirigen hacia las instituciones responsables de la aplicación de la estrategia presidencial, esencialmente las Fuerzas Armadas; al mismo tiempo las más vulnerables, porque no están acostumbradas a defenderse, no es su estilo defenderse y por lo tanto no puede ser su moda. No tienen tampoco presupuesto para defenderse, están inermes ante los medios, no sólo aquellos que de buena fe desean criticarlos para mejorarlos, sino también contra otros medios que los critican para debilitarlos ante la opinión pública. Sin duda muchos de estos medios son deliberadamente de mala fe, no pueden entender que el gobierno estadounidense quiera debilitar y desestabilizar al mexicano; ni siquiera publicaron cuando un alguacil de Arizona dijo que la ayuda de la Iniciativa Mérida era para tumbar al gobierno mexicano. El suscrito claramente ha dicho que es una estrategia para debilitar al país. Otros no lo han dicho, ¿por qué?
Por muy diversas consideraciones, puede ser que lo ignoren, por muy intelectuales y universitarios que sean. Puede ser que lo sepan o lo deduzcan y no se atrevan a decirlo. Evidentemente el denunciarlo, puede traer consecuencias graves, puede impedir el acceso a otros cargos en los que se vive muy bien, pero también están los que deliberadamente lo saben, y se hacen patos y no lo dicen, esperando que los planes del gobierno norteamericano se realicen en contra de nuestro país. Después de más de sesenta y cinco años del final de la Segunda Guerra Mundial, y de las grandes revoluciones sociales del siglo XX, hoy sólo quien no quiere saberlo, puede ignorar que esas grandes desestabilizaciones regionales y mundiales, fueron ocasionadas por los banqueros de Estados Unidos, que en cada conflagración o recesión se apoderan de compañías de todo el mundo. Hoy, quien no sabe que centenares de bancos que no pertenecen a la Reserva Federal quebraron en la crisis de las hipotecas del 2007, es que simplemente no quiere saberlo por conveniencia. Hoy, quien no está informado al día de lo que pasa en el mundo en los aspectos político, militar, financiero, bancario, económico, es que no quiere estarlo. Hoy, quien no sabe que los grandes ganadores de la actual crisis son los bancos de la Reserva Federal de los Estados Unidos, es que no está informado de lo que pasa en el mundo.
Exactamente eso es lo que sostengo en el libro “El Complejo Militar de los Estados Unidos” sobre la actual crisis mundial. Hoy, los medios de comunicación son tan abrumadoramente oportunos y también tan abrumadoramente ineficaces para presentar información de valor político o militar, bancario o financiero, que necesariamente obliga a los escritores y a los opinadores de cualquier país, a tener los medios y la capacidad para dilucidar lo que es verdad y lo que es mentira.
Las anteriores consideraciones, me llevan a solicitar que las Fuerzas Armadas deben tener un presupuesto mínimo, no para vanagloriar sus acciones, sino para informar a la opinión pública con más oportunidad y constancia, sus actividades en contra del narcotráfico, lo que probablemente redunde en un mayor conocimiento benéfico de sus acciones.
*www.generalrobertobadillomartinez.com
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