Jueves, 19 de Abril de 2012 23:09 | 
Author: Manuel Magaña Contreras | 
| Edición 280 |
DEFINICIONES
MANUEL MAGAÑA CONTRERAS
(Exclusivo para Voces del Periodista)
La “guerra” contra el narco sólo ataca las
consecuencias sin atender las causas
AL SOLO ATACAR LAS CONSECUENCIAS, sin atender las causas del auge del narcotráfico que son de índole internacional, social, económica y ausencia de ideales creativos entre las nuevas generaciones, la “guerra contra el narco” está en riesgo de naufragar en el marco de un creciente narcomenudeo en las principales zonas urbanas de nuestro país.
Para los días que vendrán después de concluida la administración calderonista que se negó a cambiar de estrategia para combatir al crimen organizado -pese a que no se han obtenido los resultados apetecidos sobre el saldo trágico de más de 50 mil personas que han perecido violentamente incluyendo en esta cifra a seres inocentes entre los cuales hay niños, mujeres y ancianos que bajo el grosero concepto de “daños colaterales”, resultan víctimas del fuego cruzado en los tiroteos o de los disparos en los retenes -, salta a la vista que deberán introducirse cambios que eliminen las muerte de inocentes y den trabajo a los jóvenes para que no tengan necesidad de incorporarse al narcotráfico como forma de ganarse la vida, económicamente.
Violación de Derechos Humanos
Y urge cambiar de estrategia porque no puede continuarse con la misma táctica que depende del lenguaje de las armas contra tirios y troyanos, puesto que, de acuerdo al último informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, “se ha producido el aumento sistemático de violaciones de las que se responsabiliza al Ejército y a las policías de más de cinco mil reclamos”.
Con base en ese informe, hay “quejas por tratos crueles, así como “golpiza y abuso sexual a una mujer en Chihuahua, para que denunciara a vendedrogas”, según el tercer visitador de la CND. Todos Los mexicanos que deseamos el bien de nuestro país, queremos el triunfo del bien sobre el mal, a sabiendas de que esta lucha debe ser a partir del respeto a nuestra independencia y soberanía de parte de los Estados Unidos y también con la participación de todos los sectores de la sociedad mexicana, en vez de hacerlo en contra de ella por las violaciones a los Derechos Humanos que denuncia frecuentemente la CND.
Cabe citar la respuesta de la Secretaría de la Defensa Nacional sobre los cinco mil reclamos en el sentido de que “sólo se han confirmado 92 casos que involucran a las fuerzas armadas”, según lo publica La Jornada en la primera plana de su número 9936, de fecha 7 de este mes.
Recientemente, eL presidente de los EU, Barack Obama declaró palabras más, palabras menos, que, cuando se acribilla a las familias en la vía pública, entonces dicha “guerra” resulta ser algo que preocupa a todos.
EU debe sacar las manos de México
Propiamente dicho, la “guerra” contra el narco, tal como la empezó y la ha desarrollado Calderón, es una guerra ajena que no le corresponde librar a México, sino a los Estados Unidos en su territorio, no en el nuestro.
Eliminar la indebida injerencia gringa en México, con el pretexto de la “guerra” contra el narcotráfico a través de la Iniciativa Mérida, tendrá que ser el primer cambio para que sea posible la participación de los diversos sectores de la sociedad mexicana, en el obsesivo combate de FCH a la delincuencia organizada sin medir las consecuencias de los muchos “daños colaterales” que se ocasionan, entre otros, además de la pérdida de vidas humanas de seres inocentes, el deterioro que se le causa a la soberanía y a la independencia de México.
La “guerra” contra el narco resulta ser un pretexto de los EU para intervenir en los asuntos de las naciones, especialmente en las del continente americano de habla española. Si el gobierno estadunidense quiere librar a la sociedad norteamericana del flagelo del narcotráfico ¿porqué no combaste a las mafias en su territorio, en vez de hacerlo en el nuestro? Si los EU, quieren que Calderón venza a los narcotraficantes, ¿por qué entonces vende las armas a los capos, de los que se dice que ya controlan varias regiones de nuestro país?
Los candidatos deben hablar claro
El proceso electoral que está en marcha da la oportunidad para que los candidatos presidenciales hablen claro a la ciudadanía, sobre los cambios concretos que proyectan para la “guerra” librada a lo largo de la administración calderonista, misma que ha llenado de luto y dolor los hogares de muchos seres inocentes abatidos en el fuego cruzado, a la vez que la soberanía nacional se ha deteriorado a niveles peligrosos por la injerencia gringa a partir de la citada Iniciativa Mérida.
Hasta ahora, los candidatos no han sido explícitos. Hay enunciados, sí. Hay “buenos propósitos”, manifestados sutilmente, sin concretar y con expresiones generalizadas que propiamente son recursos para evadir la respuesta que demanda la ciudadanía.
Dentro de la inhumana desigualdad con que se trata a la población mexicana durante la presente administración federal, está el hecho de que, en tanto a un soldado raso se le pagan 11 mil pesos mensuales, el salario mínimo del trabajador no llega a los mil 900 pesos al mes.
Para que todos los sectores de la sociedad mexicana se vuelquen en apoyo a la lucha contra el “narco”, deben cesar las violaciones a los Derechos Humanos que constantemente formula la CND. También se debe poner fin a la injerencia norteamericana que usa como pretexto las “Iniciativa Mérida”. ¿Estás dispuesto alguno de los candidatos a tomar decisiones para que al retornar por la senda del nacionalismo mexicano, Nuestro país avance nuevamente por la senda de la realización propia a través de la productividad?
Sin evasivas, sin eufemismos, quienes suspiran por llegar a la presidencia de la República, a través del voto, deben portarse con veracidad, porque ha llegado el momento de poner fin a los daños de una “guerra” que por no atender las causas sociales - entre ellas el desempleo -, y la pobreza, se empujas a las nuevas generaciones a enrolarse en el narcotráfico, como camino -equivocado, desde luego, además de punible-, a enrolarse como sicario en los cárteles de los estupefacientes.
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