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Edición 316 | ||||
Escrito por Manuel Magaña Contreras | ||||
Lunes, 10 de Marzo de 2014 20:34 | ||||
Historia e ideario nacional,ausentes en la retórica oficial
PRESUMIBLEMENTE, PARA DAR UN PASO a la modernidad tecnócrata neoliberal con su incontable número de empresas trasnacionales y muchos intereses extraños a nuestro bien nacional, tanto la Historia de México como el ideario de nuestros movimientos fundamentales, la Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana, han venido a menos en la retórica oficial y política. HABLAR DE REPARTO de tierras, derechos laborales, defensa de los consumidores ante los abusos de los monopolios que lo encarecen todo -principalmente los víveres- resulta obsoleto, como resulta también “algo pasado de moda” hablar de nuestros próceres, principalmente quienes restituyeron las tierras a los campesinos y los derechos laborales a los obreros mexicanos. El ideario nacional y la Historia de México son elementos indispensables para la conservación de la identidad de los mexicanos como miembros de una nación den donde se ha luchado más que en otros muchos países, por la implantación de la justicia social, cuyas conquistas ahora son objeto de desmantelamiento en perjuicio de la inmensa mayoría pertenecientes al ámbito obrero, al campesino y a la clase media. Marginación de la historiaLa Historia de México ya no inspira ni ilumina -como antes de la implantación de la tecnocracia neoliberal, globalizadora y macroeconómica- la vida nacional, en la medida en que, a partir de la enseñanza de nivel básico, el estudio de nuestro pasado es sustituido por disciplinas computarizadas que, como herramienta son indispensable en e ámbito de lo tecnológico, pero que de ninguna manera debe sustituir el aprendizaje de materia humanísticas como la historia, el civismo, la ética, la literatura, etcétera. La marginación de la Historia de México en el campo de la educación deber ser motivo de preocupación, porque sin esta materia se nos coloca en el camino de perder la identidad nacional y ya sabemos que “los pueblos que pierden su memoria, están condenados a desaparecer”. Recordemos que en la realización de las tareas fundamentales del ser humano, no debe olvidarse que hay principios, medios y fines. Si no hay formación humanística, se carecerá de los elementos indispensables necesarios para tener buenos y sanos principios , por tanto, la capacidad de raciocinio se reduce a su expresión mínima. Los avances de la técnica son los medios para los fines revistos a partir de la elaboración de buenos principios. Todos los seres humanos somos intelectuales, por tanto, debemos nutrirnos de lo conocimientos necesarios para alcanzar el mejor desempeño en la función de la adopción de principios que nos permitan a través de los medios adecuados, alcanzar el fin positivo que se busca. La ausencia de la Historia en nuestra vida nacional, se hace cada vez más notoria, tanto a nivel interno, como externo. Recientemente, el historiador inglés Alan Knight, bajo los auspicios de El Colegio Nacional presentó su libro Repensar la Revolución, en el cual llega a la conclusión de que, a partir de Carlos Salinas de Gortari, el tema de la modernidad es el ariete que desplaza las enseñanzas de nuestra historia nacional y por de ello ha venido a menos abordar los temas fundamentales de México y a los próceres mexicanos se les conoce menos entre la mayoría de la población Promesas y no ideales En los discursos oficiales y de la política ya no aflora la mención a nuestros hechos históricos y a los prohombres que hicieron posible la Patria en que vivimos y que, pese a tantas traiciones, se mantiene en pie. En las aulas, el estudio de nuestro pasado tiene cada vez menos importancia.
Es necesaria que la argumentación de políticos y funcionarios retornen al conocimiento de nuestra Historia para argumentar en sus discursos, sobre todo, tratándose de la necesidad de tomar ejemplo de nuestros héroes para que los imitemos y se establezca con ello la concatenación de esfuerzos continuados que al paso de las generaciones sean el eslabón que nos identifique en la tarea de engrandecer el país a que se pertenece. Los hombres que pertenecen a la vida publica del país deben retornar al conocimiento de la Historia, porque si esto no ocurre, caeremos, tal vez pronto, en el desconocimiento de lo que somos, y no debemos olvidar que los Estados fallidos, es decir, las naciones que desaparecen, empiezan a diluirse en el proceso de la inconciencia por la falta de conocimientos de la nación a la cual se pertenece.
Es de suma importancia lo que destaca Alan Knight, al advertir sobre “el abandono del ideario de la Revolución Mexicana”. Este síntoma es altamente preocupante, por ser los militantes del partido de la Revolución Mexicana, quienes condenan al olvido lo que hicieron nuestros antepasados, militantes del instituto político que se identifica con el movimiento armado de 1910 que a paso de los años y hasta 1970, dieron a México la etapa mejor lograda del México independiente. La Historia, el ideario nacional, son elementos que no deben ser marginados por quienes en sus discursos dan la idea de que han tomado la determinación de cambiar la herencia de la nación mexicana libre e independiente, por el plato de lentejas de una tecnocracia que está entre nosotros para despojarnos de todo lo valioso que tenemos, incluyendo del propio ser nacional. More articles by this author
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