“Aumenta el Alzheimer espiritual” Papa Francisco
MADRID.- Vamos a sorprendernos al ver cómo está el patio de la sociedad moderna: miembros de la Conferencia Episcopal Española tildan de “chavista” al papa Francisco; el tótem de Corea del Norte llama “mono en una selva tropical” al presidente Barak Obama y, aquí de este lado, el gobierno gibraltareño de Picardo busca dialogar con Podemos por si acaso…
El Estado islámico recluta voluntarios para su fanática causa asesina y les ofrece “buen pago, magnífica comida y ropa de marca”, dicen Hassán y Fátima.
Es un desbarajuste imparable porque el cambio político y financiero se avecina, toca puertas y derrumba barreras despacio pero sin pausa. Todo ello no obstante la desesperada resistencia del inmovilismo y las medidas antidemocráticas que aprueba la mayoría de los Estados del continente encabezados por los países que usufructúan la Unión Europea.
Asomarse a la desatada casa de la risa, loca y asustada, agonizante y al borde de caerse, es una experiencia estimulante para los privilegiados que podemos contarlo y disfrutar de sus desatinos.
La transformación
La historia humana comienza a transformarse, surge nuevos protagonistas económicos e ideológicos. Aparecen líderes que dicen verdades a montones; los ditirambos elitistas dan paso a la argumentación real que pone en el lugar que merecen a los que han hecho de la desigualdad dogma y doctrina.
Nos agarramos a como dé lugar de la teta de la vaca suiza a la que dejaron flaca y exhausta.
El panorama es mitad desolador y la otra parte abre horizontes de esperanza, abraza las reivindicaciones de millones que piden justicia y ya se construyen caminos de libertad.
Estamos abandonados por apariciones insaciables que se encomiendan a un dios que ya no les escucha y que está harto de sus mentiras.
Si miras alrededor, encuentras desolación y angustia; el egoísmo se agudiza en sus estertores de muerte, la confianza se desvanece, los jefes de gobierno y Estado, sobretodo en la Europa del centro y del sur, se han olvidado de la gente y se dirigen a naciones que ellos mismos inventan y que no existen.
El cinismo y la concha los distingue, ríase del caparazón de las tortugas y galápagos. Los que mal gobiernan hablan de estabilidad y progreso cuando lo que impera es el empobrecimiento, el descontento próximo a la violencia y el divorcio total entre el poder y la gente.
Apuesta por la mordaza
Hay empresarios responsables, pero son menos, mucho menos; abundan la precariedad de los hogares y la inconformidad manifiesta de los trabajadores. Las protestas continúan, crecen, alcanzan envergaduras insospechadas antes, y las consecuencias pueden llevarnos al caos social.
El gobierno español aprueba leyes como la de la Seguridad Ciudadana que es una apuesta por la mordaza. No habrá marchas si no son aprobadas y revisadas por el Estado. A los que gritan mucho les bajan los ánimos con sanciones de cárcel y multas por 300,000 euros.
La policía, según esta norma, será intocable, aunque arremeta impunemente contra las personas que marcha pacíficamente. No se permitirán grabaciones de lo que acontece, ni siquiera podrán hacerlo los medios de comunicación so pena de llevarlos a los tribunales.
Quien reclame al Estado su mal proceder será un traidor e irá al bote de la basura que son el paro y la miseria. Los periodistas “exagerados” y los diarios digitales e impresos tendrán un límite, a juicio del Ministerio del Interior.
Desde dentro del sistema aseguran que no es para tanto, que no se trata de volver a las prácticas de la dictadura pero que “el populismo” perjudica a las instituciones y desestabiliza.
Populismo y revolución
Para estos adalides del orden y la ley, populismo es sinónimo de revolución marxista, copia del comunismo de Maduro en Venezuela, de Correa en Ecuador y de Evo Morales en Bolivia.
Mariano Rajoy busca apretar las tuercas a los “rebeldes” que “tanto daño hacen a España” y se acerca “al sólido PSOE” con el que pide formar una coalición como barrera para contrarrestar y disminuir “la influencia de ideologías ajenas”. ¿Ajenas, a qué o a quién? Son ajenas a la troika (FMI, Comisión Europea y BCE), a los bancos mundiales, a las bolsas de valores que se mueven como el tiovivo, según convenga a las multinacionales.
Los ideólogos gubernamentales consiguieron, inmejorable triunfo, que haya doscientos mil parados más que al principio del 2012 y que el sueldo medio de los jóvenes entre los 18 y 25 años sea de 6,675 euros al año, según el Instituto Nacional de Empleo.
Otro dato, los muchachos entre 25 y 35 años, vuelven a vivir con sus padres y ya emigró el 25% de ellos por falta de futuro. Los que se quedan ganan, en el mejor de los casos, la fabulosa suma de 15,000 euros al año.
Hay “impresentables” que buscan trabajo sin lograrlo. Me remito a informes oficiales: “la desigualdad es algo natural ya que hay personas con mayor capacidad que otras”. ¡Hitler resucitado!
Seguimos buceando: en 1931 veinte mil personas poseían la mitad de las tierras de España; casi un siglo después, el 10% de la población tiene más riqueza que el resto.
También, ahora, las grandes empresas pagan 3,5% de sus beneficios en impuestos en tanto que los pequeños industriales y los trabajadores erogan entre el 17 y el 35% de sus ingresos al erario.
Más aún: el 28% de estos últimos representa el 15% del fraude nacional mientras que el 72% de las grandes fortunas y multinacionales son responsables del 70% de las actividades fraudulentas que suman 43,000 millones al año.
Memoria histórica
Se da el caso que los universitarios tengan que presentar currícula sin pretensiones. Si manifiestan que tienen carreras profesionales se exponen a no ser contratados. Se valora al trabajador de coeficiente medio porque es más manejable y no se trepa a los cuernos de la luna.
Es decir, el que piensa o se queja es visto con recelo y automáticamente se convierte en un adversario potencial del neoliberalismo que auspicia y propugna el gobierno.
Saben demasiado y eso es peligroso. Pero los dirigentes del consorcio sostienen que no encuentran trabajo porque no lo buscan con ahínco y prefieren ser “parásitos” de la sociedad. Ahí queda eso para recuperar nuestra memoria histórica.
RDR
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