Las remesas
en máximo histórico.
¿Por qué aumentan?
Feliciano Hernández
Este año las remesas que capta México desde Estados Unidos podrían alcanzar otro máximo histórico para superar los 52 mil 698 millones de dólares del 2021, siguiendo la tendencia alcista que duplicó los envíos de apenas hace una década.
TODO INDICA que así será. En el primer trimestre de 2022 llegaron al país 12 mil 521 millones de dólares, informó Banxico hace unos días, equivalente a un aumento de 18 por ciento contra el mismo periodo de 2021. Esta es considerada la mayor cifra desde que inició el conteo, en 1995.
Los recibos en dólares no es para el festejo, sino por el resultado gris de las políticas públicas.
Si bien, es una buena notiia, por considerar que es una de las principales fuentes de divisas para México, valga señalar que alrededor de los envíos de remesas subsisten ángulos opacos que no permiten conocer con precisión aspectos importantes del fenómeno, ni festejarlo, por lo tanto.
Porque las jugosas remesas que recibe México todos los días, implican graves problemas sociales, bilaterales y regionales, pero también oportunidades. Esto nos lo recuerdan también todos los días las interminables caravanas que acechan las fronteras de México y los Estados Unidos, cada vez más violentas y con la mira puesta en los dólares.
En principio, para cualquier gobierno es positivo el recibir divisas extras a lo presupuestado, porque de alguna forma serán integradas a la economía nacional con derrama de beneficios para el país entero. Sin embargo, surgen dudas al respecto y las respuestas explicarían aspectos de la política pública que debieran corregirse para resanar las grietas en torno al fenómeno migratorio.
Las preguntas subyacentes ayudan a clarificar el planteamiento: ¿Más paisanos están enviando dinero o el aumento se debe a mayor cantidad de envíos por persona? ¿Están realizando más envíos porque confían en este gobierno y quieren invertir en la reactivación del país? ¿Está aumentando el número de indocumentados?
Preguntas sin respuesta
Siguiendo con las preguntas, ¿Los envíos obedecen a una tendencia inercial o implican temores inherentes a las políticas anunciadas por los gobiernos republicano o demócrata y por las medidas de expulsión anunciadas por los presidentes Donald Trump o por Joe Biden? ¿El aumento es resultado de los mayores tipos de cambio? ¿La pandemia del Covid-19 influyó para que aumentaran los envíos? ¿Quiénes hacen más envíos, por género y edades? ¿Cuánto ha cambiado el nivel socioeconómico y educativo de los paisanos que envían remesas al país? ¿Cuántos de los que envían son obreros, campesinos, ayudantes generales, profesionistas o emprendedores; y en qué industrias, comercios, servicios, estados y regiones laboran? ¿Qué volúmenes de las remesas tienen un origen lícito y cuánto queda en el limbo de la incertidumbre? ¿De cuáles condados de la Unión Americana procede el mayor número de remesas? ¿De qué municipios de la república mexicana son originarios los paisanos que más envían dinero a sus comunidades? ¿En qué se invierten mayoritariamente esos recursos que llegan al país? ¿Cuántos migrantes de otras nacionalidades envían dinero a sus familiares establecidos en México?
Algunas respuestas están a la mano. Una parte de los aumentos de remesas se debe a los incrementos salariales sostenidos y adoptados en las regiones de mayor movimiento industrial y comercial, de Estados Unidos. En Chicago el pago mínimo por hora subió de 10.50 en 2012, a 15 dólares por hora a la fecha.
La cara oculta del fenómeno
Las respuestas a tales dudas son importantes porque ayudarían en gran medida a un mejor diseño de políticas públicas en México. No son difíciles de responder si las autoridades quisieran, bajo una disciplina metodológica y mediante encuestas aplicables en los 50 consulados y en las cientos o miles de casas de envío de remesas, donde acuden los paisanos tarde o temprano.
Hasta ahora quedan muchos rincones obscuros de este fenómeno. Lo que se conoce al respecto es por el trabajo de especialistas cuyas ponencias la mayoría de veces no llegan a los escritorios de los gobernantes y sus planificadores.
Esa parte oculta de las remesas es justamente el área de oportunidad para muchas instituciones como Banxico, la UNAM, el CIDE, INEGI y otras, así como para especialistas y funcionarios México y de los Estados Unidos, a quienes atañe el fenómeno migratorio.
Igual que en el caso de las drogas, el fenómeno de indocumentados ocurre porque hay demanda y hay oferta, pero es insostenible en su forma y fondo.
Con regularidad la prensa aborda el fenómeno migratorio con las mismas limitaciones de los enfoques institucionales que se han manejado hasta el presente. Urge que unos y otros den muestra de ampliar sus radios de análisis y acción, porque el futuro con su imparable avance tecnológico, en su efecto indeseable permite pronosticar mayores niveles de desempleo e inseguridad pública y violencia, por lo tanto, de complicaciones migratorias.
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