En 1988 fue pactada la alianza PRI-PAN
MANUEL MAGAÑA CONTRERAS
(Exclusivo para Voces del Periodista)
Lo que expertos consideran el verdadero poder en México, es decir, la oligarquía salinista que sintetiza el núcleo de los grandes intereses financieros y políticos, tanto nacionales como del extranjero, permanece intocable después del proceso electoral del pasado 5 de julio.
 El verdadero cambio que necesita México, se dará cuando la oposición triunfe unida sobre ambas siglas. Esto no se ve cercano, pero será posible cuando la mayoría emita su voto a favor de la recuperación nacional y sepa defender su sufragio de todas las trampas que se generan a partir de fallas en la Ley Electoral.
El voto que hará posible el retorno del PRI y el PVEM, como mayoría absoluta parlamentaria, sólo motivará que haya cambio de máscara; al tricolor, nuevamente, porque la azul resulta inútil por ahora, dada la novatez, las torpezas y las desbordas ambiciones de riqueza -en los puestos de mando-, de quienes la conforman.
Con el PRI o con el PAN, la oligarquía salinista es, ha sido y será en México, mientras en las filas de la real oposición no haya capacidad para organizar la batalla electoral que desbanque al PRI y al PAN, según la opinión de quienes dominan el tema.
Los antecedentes ya históricos informan que desde septiembre de 1988, el Partido Acción Nacional tejió alianza con Carlos Salinas de Gortari, a partir de que el triunfo electoral de este candidato priista fue considerado fraudulento. El 16 de noviembre de ese año, el PAN dio a conocer el “Compromiso Nacional para la Legitimidad y la Democracia”, en el que fue reconocido, como “legal”, el triunfo electoral de Salinas en pos de la Presidencia de la República.
Esto, con la inconformidad de Cuauhtémoc Cárdenas, aspirante por la izquierda mexicana y el empresario Manuel Clouthier, el candidato panista a la primera magistratura del país.
Pragmatismo y concertacesiones
Se olvidaron principios entre los otrora antiguos partidos rivales en lo ideológico. “El diálogo con esta oposición legitimaba su presencia en el poder simbólicamente, pero sobre todo era una vía para allegarse votos en la Cámara y sumar la mayoría que necesitaba -Salinas-, para reformar la constitución, restablecer la banca mixta o modificar el artículo 27, relativo al régimen de propiedad de la tierra”, afirma Soledad Loaeza, en su obra “El PAN, la larga marcha 1939-1994, oposición leal y partido de protesta”,página 417, noviembre de 2000, editorial CFE).
A partir de entonces, la Revolución Mexicana empezó a sufrirle desmantelamientos de sus principios fundamentales, sobre propiedad de la tierra, especialmente en el ramo de ejidos y terrenos comunales, el petróleo y su explotación bajo la perspectiva de la economía globalizada y el neoliberalismo exento de sentido social, política internacional y relaciones con los países, etc Todo esto, con el descontento de varios elementos revolucionarios en el Congreso de la Unión.
Por el PAN, los artífices del pacto que creó al PRI-PAN, hace 21 años, lo encabezaron Diego Fernández de Cevallos, Carlos Castillo Peraza -maestro ideológico de Felipe Calderón-, Luis H. Álvarez y Bernardo Batíz.
El reconocimiento de Carlos Salinas como triunfador en las elecciones de 1988, cuando “se cayó el sistema” y abundaron las acusaciones de fraude, empezó a ser pagado con el reconocimiento de las candidaturas de los candidatos panistas a gobernadores en Baja California, con Ernesto Ruffo; en Chihuahua, con Francisco Barrio; en Guanajuato, con Calos Plascencia en el caso de San Luis Potosí, se orilló a Fasto Zapata a que renunciara a la gubernatura, en beneficio del abanderado del PAN.
El TLC y la macro-economía
El PRI-PAN, consecuentemente, hizo mayoría parlamentaria en el Congreso de la Unión. Por tanto, priístas y panistas han caminado juntos en el proceso de implantación del neoliberalismo, la tecnocracia, la macro-economía y la globalización económica, sin considerar la justicia social ni el humanismo que le da sentido y trascendencia a todo buen gobierno. Ya no la voluntad del pueblo, sino una oligarquía, aplastante, generadora de pobreza en general, es lo que ha han votado coordinadamente durante los últimos 21 años, las bancadas priísta y panista, sin considerar el bienestar de la población, en términos generales.
Desde hace 21 años, priístas y panistas, miembros de la mayoría parlamentaria, han votado también lo que se refiere a nuestro petróleo, el cual, con subterfugios, abre las puertas a la inversión extranjera, lo cual resulta no recomendable, por tratarse de una de nuestras riquezas naturales de índole estratégica en lo que concierne al desarrollo nacional.
El Tratado de Libre Comercio, que nos encadena a intereses extranjeros, a partir de los Estados Unidos, sólo fue posible con la alianza PRI-PAN. La supresión de conquistas sociales que beneficiaban a obreros, campesinos y clase media, han sufrido considerable mengua. Todo, con el voto priísta y panista orquestado por la oligarquía salinista.
Durante los sexenios de Salinas y Zedillo, la bancada panista acató la aprobación de las iniciativas neoliberales, en todas sus partes. Todo estro, en el marco de una reforma política que induce a la corrupción, como son los elevados subsidios a los partidos políticos y a lo candidatos a puestos de elección popular, el incremento del número de diputados a 500, incluyendo a los llamados “plurinominales” y sin olvidar las alianzas entre partidos, lo que se ha prestado a muchos “enjuagues” a la pérdida de ideales y su sustitución por los “trapecistas” que pasan de un partido a otro, según convenga a los intereses personales, con soslayo de los compromisos con los votantes.
Otro factor que caracteriza la alianza PRI-PAN, es el evidente compromiso de revestir de impunidad a cualquier culpable de malos manejos en el desempeño de las responsabilidades como funcionario. Jamás nadie ha ido a parar a la cárcel, pese a los muchos ilícitos cometidos .
Cambia de rostro la oligarquía
El empobrecimiento gradual de la mayoría de los mexicanos, la formación de monopolios y de grandes fortunas bajo el pretexto de la libertad económica irrestricta, la devaluación del peso mexicano frente al dólar, el deterioro gradual de la soberanía nacional, el desempleo y el empobrecimiento extremo de los hombres del campo, dio como consecuencia que los resultados electorales del año 2000 que incluían el relevo en la Presidencia de la República, n favorecieran al PRI. La oligarquía neoliberal cambió entonces de rostro y se volvió azul, en vez de tricolor.
Le tocó a los legisladores priístas, desempeñar el papel de los panistas en los dos sexenios anteriores y por ello se sumaron a las iniciativas enviadas al Congreso de la unión por Vicente Fox, período en el cual, el enriquecimiento súbito de los funcionarios y familiares, como es el caso del mismo Fox, su “pareja presidencial”, Martha Sahagún, sus hijos, los hermanitos Bribiesca, etcétera. quienes de “pepenadores” en los basureros guanajuatenses, en busca de material de reciclaje, ahora están convertidos en grandes magnates inmobiliarios, con avión propio para sus viajes de placer y de negocios, etc.
Algo que también identifica la alianza PRI-PAN es el rápido progreso de las instituciones religiosas Opus Dei y Legionarios de Cristo, donde se forman ideológica y técnicamente, las nuevas generaciones de funcionarios neoliberales, sobre godo del sector panista.
Marta Sahagún y sus hijos, por ejemplo, presumen de ser miembros de la “rama seglar” delos llamados legionarios de Cristo. Dicho sea de paso, el fundador de esta institución religiosa es Marcial Maciel, recientemente fallecido, quien reiteradamente fue acusado por aspirantes al sacerdocio, de pederasta.
Retorno a la máscara tricolor
Hablar de la relación PRI-PAN, en la tarea de implantación del neoliberalismo tecnócrata en México, es una ardua tarea que merece un espacio mucho mayor al que aquí disponemos por ahora.
Las elecciones del pasado 5 de julio, ponen de relieve el hartazgo de la población ante los desmanes de los operadores panistas de la macro-economía exenta de justicia social, lo cual obliga nuevamente a cambiar la máscara, de azul a tricolor.
Fuera de los intereses personales de los candidatos blanquiazules que vieron frustradas sus ambiciones de llegar al Congreso de la Unión, el partido blanquiazul nada ha perdido con el rechazo de la ciudadanía.
Cierto, el PRI, con los votos del Partido Verde Ecologista de México, su aliado electoral, hace mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, pero necesitará de la votación panista, para efectos de autoridad moral ante la opinión pública.
De tal suerte, que, en lo sustancial, la oligarquía salinista, porque el verdadero poder está en dicho grupo donde coinciden los grandes intereses financieros y políticos, tanto nacionales como extranjeros.
Se estima que “la pigmentación azul”, después de los comicios del pasado 5 de julio, no le sirve circunstancialmente a la oligarquía salinista. No hay problema y el retornar a la máscara tricolor tiene sus ventajas, porque, con todos sus defectos, no son tan tontos como los del panismo que resultaron muy malos para gobernar, pero muy buenos para hacer negocios desde los cargos gubernamentales que desempeñan.
Además, no están tan vacíos de sentido social, ni son presa del fariseísmo que los blanquiazules, además de que no hacen del maniqueísmo el rasero para tomar decisiones. Por otra parte, tienen una formación revolucionaria nacionalista en mayor o menor grado, lo que les impide la entrega de nuestras riqueza a las corporaciones extranjeras, “con la mano en la cintura”, como lo hacen los panistas, practican la doble moral. Además de que no califican de “ateos” a los jóvenes mexicanos, como lo acab a de hacer Felipe Calderón.
 “Calderón carece de agenda nacional”
“Si en el fondo la oligarquía salinista permanece intocable después de la votación del pasado 26 de julio, Está claro que la nueva legislatura, con mayoría priísta, ya conocedora de todos los “gatos que en la barriga” tiene el panismo, será objeto de señalamientos certeros que impidan la continuación de sus artimañas producto de la doble moral que caracteriza a los blanquiazules.
De las filas del sector popular del PRI, se alzan voces como la del diputado local Jorge Schaffino Isunza, para que la Asamblea Legislativa se dirija al presidente Calderón y le solicite que “su administración no atienda únicamente el combate al crimen organizado, e intervenga en temas marginados de su agenda, como la política social y el combate a la pobreza, la protección y generación de empleos, atienda urgentemente al campo, incremente acciones de educación y cultura, programas de apoyo a la industria nacional y todas las áreas de la administración olvidadas por la “guerra” contra el narcotráfico”.
Se comenta y con razón, que “propiamente dicho, el PRI no derrotó al PAN en las pasadas elecciones, porque fueron los propios errores del panismo los que lo llevaron a la debacle”. Se insiste en que los blanquiazules “son malos para gobernar, pero muy buenos para hacer negocios en su provecho, desde los cargos públicos que se les confía”.
No tienen experiencia ni talento
A través de Schaffino Isunza, el Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, le hace severos reclamos al PAN, con lo que se advierte de inmediato que puede tener días difíciles la bancada blanquiazul en el Congreso de la Unión, porque ahora y se le conoce a dichas huestes en el deficiente ejercicio de sus funciones.
“La administración de Felipe Calderón carece de una agenda nacional, de una visión de Estado y no cuenta con funcionarios a la altura de los problemas que enfrenta el país”, expresa la catilinaria de Schaffino.
“No hay experiencia de gobierno, ni talento, ni disciplina, ni ejes rectores para tomar decisiones en beneficio de los mexicanos. Existe un total abandono en el ejercicio de las responsabilidades del Poder Ejecutivo, en todas las áreas de la administración federal, no vemos acciones para solucionar las carencias del campo, las políticas de educación están paralizadas. El impulso al empleo y el apoyo a la planta productiva son nulos. En política económica, las decisiones y programas del Presidente, odas han fallado y por el contrario, hay más desempleo y mayor número de familias sin fuente de ingreso.
“Se observa al gobierno de Felipe Calderón -prosigue Schaffino-, mostrando una marcada desatención y apatía sobre sus responsabilidades y atribuciones en el marco de una severa y profunda crisis económica que está golpeando duramente a todos los estratos sociales del país y en el contexto de un desbordamiento incontrolable e irreversible de la delincuencia y el crimen organizado”.
Confronta y divide a los mexicanos
Un adelanto de lo que le puede esperar al presidente Calderón con motivo de la renovación en el Congreso de la Unión es también lo siguiente:
“El gobierno federal encabezado por el presidente Calderón, en una descarada estrategia y urgencia de ganar espacios en la renovación de la Cámara de Diputados y en otros procesos electorales locales, no distingue entre la responsabilidad de garantizar el pleno ejercicio de las libertades democráticas y la deplorable estrategia de confrontar y dividir nuevamente a todos los mexicanos”.
El Grupo Parlamentario del PRI en la Asamblea Legislativa considera que “en materia económica vivimos la recesión más delicada y grave de los tiempos modernos, quedando en entredicho la capacidad de las autoridades hacendarias y del gobierno federal de realizar diagnósticos serios y creíbles hacia la opinión pública.
“Las cifras sobre los indicadores económicos cada vez son mas pesimistas , aunque el gobierno federal las intenta maquillar. Para la gente, la realidad económica se ve reflejada en sus bolsillos, en menos ventas de sus negocios, en el cierre de comercios y empresas, en el despido masivo de personal”.
Se hace hincapié en que “las estadísticas sobre el desempleo resultan dramáticas, cuando miles de profesionistas , técnicos y obreros son echados a la calle, sin considerar que ese conglomerado humano no son meras cifras adicionales sino una pérdida acumulada de conocimientos y talento para el país..
“El gobierno muestra una absoluta insensibilidad ante un panorama oscuro y deprimente: la caída del 8.2 por ciento en el Producto interno Bruto durante el primer trimestre del 2009. En abril, la actividad industrial cayó 13.2 por ciento, la peor caída en 14 años”.
Aunque, ciertamente, la oligarquía salinista permanece incólume, por encima de los resultados electorales del pasado 5 de julio, es un hecho que la mayoría parlamentaria del PRI en la próxima legislatura, le imprimirá una nueva tónica a la forma de hacer las cosas.
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