Tardará el progreso prometido por la reforma energética
Un viejo y sabio
proverbio hindú sentencia: Cuidado con que se te conceda todo lo que pides. El caso es que diputados y senadores concedieron al
presidente Enrique Peña Nieto todo lo que les pidió en materia de reformas
estructurales, dentro de lo que destacan la controvertida reforma
energética mediante la cual el gobierno federal ha prometido que “habrá
más y mejores empleos y mejor pagado”, que “pagaremos
menos por la luz y el gas” y que
este mismo año de 2014 empezaremos a ver
dichas mejoras.
Mas de la mitad de los mexicanos vive en la pobreza.
El caso es que el Banco Mundial (BM ), con sus declaraciones del 7 de enero pasado, ha lanzado una especie de cubetazo de agua fría a todos los mexicanos, incluyendo a los que nos gobiernan, puesto, al afirmar que “serán a mediano plazo los efectos de la reformas en el crecimiento económico de México” y que “es complicado cuantificar el impacto de los cambios hechos”. Lo peor es que el Banco Mundial hace sus declaraciones sobre el futuro de la economía interna de México, después de una propuesta de nuevo préstamo condicionado, ahora por 300.7 millones de dólares -más de 3 mil 750 millones de pesos -, lo que viene a incrementar en endeudamiento publico interno y externo que asciende a más de seis billones de pesos, cifra que especialistas califican de impagable . Resulta ominoso que México siga endeudándose, porque ello grava sobre nuestra soberanía e independencia nacional. Este dato nos da idea de la tremenda carga que significa tan descomunal deuda: Con base a declaraciones del Banco de México -enero 6 -, “entre enero y septiembre del año pasado, la economía mexicana pagó en el extranjero, 21 mil 725.6 millones de dólares por intereses de la deuda pública y privada” Salario insuficiente La economía interna de México sufre en estos momentos una de sus más graves crisis: Después de 44 años de inicio de la aplicación de la macroeconomía neoliberal tecnócrata, el salario del trabajador ha perdido poder adquisitivo, gradualmente, y a la fecha, según estimaciones de la Asociación Mexicana de Estudios para la Defensa del Consumidor (AMEDEC), ha perdido más de 58 por ciento de su capacidad de compra, debido a que la inflación es mayor a los incrementos del salario los fines de año.
Ha subido tanto el pan que muchos ya no lo compran.
Califica la AMEDEC de sumamente grave para la economía interna
de México el escaso poder adquisitivo de la clase trabajadora mexicana, porque
al no tener capacidad de compra en forma suficiente, la base de todo progreso
que es la masa de consumidores, no puede absorber la producción nacional y
entonces el desarrollo se frena, con riesgo de que se produzca la temible “estanflación”. La
inflación en el costo de la vida, con
estancamiento de la economía nacional, es un riesgo que “ya se encuentra
México”
El problema para
mejorar la economía familiar, además de
mejorar salarios para tener capacidad de compra suficiente como lo apunta la AMEDEC, va más allá porque sobre
el gasto en el hogar inciden negativamente, cada mes, los aumento al gas
y a la gasolina.
Como si fuera
poco, el boquete de 172 mil millones de pesos que, según el senador Manuel
Bartlett, causará la entrega de nuestro petróleo a las trasnacionales, ya ha desatado una serie de incrementos en el costo de la vida.
Dentro de ello, lo
más significativo es que incide sobre los costos de los alimentos. Ha subido
tanto el pan -el que alimenta, no el que hace política -, que ya la gente ha
dejado de comprar ese producto
alimenticio.
Momentos
para reflexionar
Es muy delicada la
situación a que nos enfrentamos los mexicanos con motivo de las llamadas
“reformas estructurales”, mismas que no pueden ser aplicadas de la noche a la mañana, porque la realidad tiene sus propias leyes, muy
distintas a las de las teorías neoliberales-tecnócratas.
Recordemos que
la propia “fuente de inspiración de esas reformas”, el
Banco Mundial, admite que “es complicado cuantificar el impacto de estos cambios”.
El capitalismo
voraz de la macro-economía
neoliberal con que se quiere conducir el
desarrollo de México, tiene ya, a estas alturas, una enorme y grave
hipoteca pendiente de pagar. También el
BM admite que “52 de cada 100 mexicanos, viven en pobreza, porcentaje similar al
registrado hace 20 años”.
Pérdida del poder adquisitivo.
Estamos los mexicanos
dentro de la más grave crisis económica del México independiente y por
añadidura, la más prolongada. No tenemos derecho a equivocarnos. Sobre todo
quienes nos gobiernan debe caer a la conclusión de que se requieren de grandes
cambios a la economía mexicana. Cambios que sirvan realmente al mexicano. Hemos
dicho que los gobernantes la primera obligación con la que deben cumplir, es la
de servir a sus representados, no a intereses extraños.
Dar a la actividad
económica un rumbo nacionalista, es indispensable para crear un clima de
trabajo productivo. Con reparto equitativo de lo producido.
La hipoteca social
que debe el neoliberalismo es muy grande en tratándose de México.
No es justo que,
mientras el pueblo mexicano empobrece,
las corporaciones trasnacionales, como las empresas mineras canadienses,
vengan a México a saquear el país, llevándose el oro a su país y pagando
salarios de miseria a los trabajadores mexicanos. Ante esto, se teme que las
empresas petroleras trasnacionales, a las que se les entregue nuestro petróleo,
harán lo mismo.
Mejorar la economía
familiar de los mexicanos, es labor indispensable para que podamos llegar a
tener una economía familiar sana, tal como lo dijo Luis Donaldo Colosio.
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