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La falsa disyuntiva
A definir para qué quieren gobernar emplazó Manlio Fabio Beltrones, en reciente artículo, a sus correligionarios priistas. Si la experiencia mexicana habla, no se va lejos por la respuesta: para seguir medrando con el interés nacional (incluido el bancario, desde luego).
Lo mismo que mueve al PAN, al PRD y al resto que, de acuerdo a la ley, son entidades de “interés público”, cuya existencia se justifica, en lo formal, por una oferta política diferenciada que presente alternativas a la población.
Pero no, esas entidades no se diferencian en lo fundamental, cada vez menos siquiera en las formas. Son, como lo hemos reiterado, harina del mismo costal, la misma gata con todo y sus revolcadas.
En el fondo (lo que importa) las divergencias se quedan en el papel, no van más allá del enfrentamiento coyuntural y un tanto cosmético.
Por lo mismo, no inquietan a los dueños del dinero y sus socios gubernamentales, los amos del país.
Si de ubicar preferencias se trata, desde los espacios del poder las cuentas se sacan en función de los márgenes de ganancia probables, de los privilegios esperados.
El estatus no corre riesgo en el estado de México ni, a como van las cosas, en el plano federal el año próximo, lo que no quita el riesgo de pleitos estentóreos, sobre todo en la contienda presidencial, y su probable desbordamiento en un clima de suyo inestable y desequilibrado.
El panorama Edomex
Tomando en cuenta los últimos sucesos (y las encuestas bien vestidas) Eruviel Ávila, del PRI, va en el caballo de la hacienda; Alejandro Encinas (PRD y anexos) apenas llega a poco menos de la mitad de la preferencia electoral y, del todo esperable, el panista Luis Felipe Bravo Mena viaja en el cabuz de la cruzada sin cruzados.
Si bien las encuestas, y no sólo en México, son de dudosa confiabilidad en cuanto a la veracidad de lo que “descubren”, tienen efecto importante en la percepción social.
El manoteo grosero que con ellas se hizo en las vísperas de la elección 2006, es más que botón de muestra.
Por otra parte, los mecanismos de cooptación del voto, que en el Edomex ha refinado el PRI, no están ausentes en los demás partidos. Las recientes elecciones estatales, Sinaloa, por ejemplo, no dejan lugar a dudas.
¿Y quién gana?
¿Pero qué si gana uno u otro? ¿Cuál es el impacto de fondo en términos estructurales, de sistema?
El príncipe de Salina (en El Gatopardo, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa) tranquilizaba a su sobrino Tancredi: de lo que se trata es de cambiar todo para que todo siga igual.
Los “cambios”, entonces, en las poses, los bailados, los gestos y el maquillaje, literalmente.
De lo que se trata es de vender la esperanza del cambio, apostando a la medianía e insuficiencia de la cultura política que, así les conviene, campea entre el electorado mexicano.
En unos días, pues, la previa presidencial en el estado de México ¿parteaguas de algo? Acaso en los términos de la repartición en ese estado y, de continuidad, del país todo.
Pero que no tomen lugar los soponcios. Como siempre, de acuerdo a lo planeado por la kakistocracia mexicana: para todos habrá a la postre. Se verá.
Y en esta esquina
¿Qué pasó con el encuentro Calderón-Sicilia, el pasado 23 de junio?
Al iniciar el diálogo (que derivó en monólogos turnados) con el presidente Felipe Calderón, el poeta Javier Sicilia le preguntó: “¿les parecemos bajas colaterales?” y le planteó al mandatario su obligación de pedir perdón a la nación por los 40 mil muertos que ha ocasionado la guerra contra la delincuencia.
Pues sí pero no y están equivocados, reviró Calderón.
El movimiento por la Paz presentó un pliego de demandas, incluyendo la exigencia de que el ejército regrese a los cuarteles.
Nada de eso, están muy bien, es una premisa equivocada, la respuesta.
El gobierno federal es corresponsable, junto con los gobernadores estatales, de la muerte de 40 mil personas como resultado de una “guerra” declarada sin atención alguna al pueblo mexicano.
Justificaciones y mutis en lo toral, de la otra parte.
Las propuestas ¿Se ven?
Sicilia presentó propuestas que, sin ser radicalmente nuevas, pero que no han sido atendidas, se corresponden justamente con la situación que se vive en el país.
La creación de una comisión de la verdad o una fiscalía social de la paz, la aprobación de una ley de atención y protección a las víctimas y el establecimiento de mecanismos para castigar a funcionarios involucrados en redes de complicidad.
Además, que se exhiba en las escuelas un video de los testimonios recogidos durante el recorrido de la caravana por la paz.
En el encuentro también se propuso la despenalización del uso de algunas drogas y la creación de una auditoría policiaca independiente de la Policía Federal.
En el encordado ¿parejo?
Calderón no hizo más que reiterar su posición y mantener sus premisas (esas sí, todas pertinentes, en su perspectiva).
El Ejército no se regresa a los cuarteles; pregunten también por “el pánico” en los pueblos (en efecto, donde pregunte, quien sea, eso encontrará a lo largo del país).
Los costos, según Calderón, están justificados y “hubiera sido muy cómodo no actuar pero vi la amenaza y me decidí a actuar”. Aunque saliera peor.
Analizar juntos la situación “más allá de dogmas y prejuicios”, propuso el presidente, lo que hasta ahora se ha negado a hacer, y aceptó que el Estado “sí tiene responsabilidades por la complicidad y la corrupción de algunos niveles de gobierno”.
Pero la crítica, señores y señoras, es injusta: “estás Javier (están, todos) equivocados”, de plano.
Los cómplices pasivos
Pero Calderón se une al clamor, dijo, y agregó que hubo muchos que vieron las cosas y no actuaron (incluyendo al anterior gobierno de Fox). Él, en cambio, decidió actuar: “con aciertos y errores, pero actué”.
De lo recuperable, aunque sea un tanto así, la disposición de corregir la estrategia.
Y hasta no verte.
Tamborazos
-El congreso de Sinaloa, puntual, sigue los pasos de la anterior ¿legislatura? -Y siempre se piensa: no puede haber una peor.
-No saben, o les vale, en el gobierno del “cambiazo” de Mario López en Sinaloa, lo que señalan las leyes, federal y estatal, de acceso a la información; del papel de la prensa alternativa, de la contribución a la diversidad informativa y a la democracia; su visión se agota en sus cuates.
-Ello no quita, en obvio, que se gasten millones de pesos en propaganda inane y portadas a todo color en revistas de sociales.
-Y una frase de Francisco de Quevedo, les viene bien a los confiados: “Bien puede haber puñalada sin lisonja, mas pocas veces hay lisonja sin puñalada”. (
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).
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