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MEXICANA DE AVIACIÓN
EL FRAUDE Y SUS EMPLEADOS
EDUARDO LÓPEZ BETANCOURT
De manera súbita, una de las aerolíneas más importantes de América Latina literalmente se vino abajo. Evidentemente fueron varios factores los que derivaron en la estrepitosa caída de Mexicana de Aviación; sin duda el personal, tanto de tierra y de aire falló, en varios de ellos la soberbia, aunada a la irresponsabilidad, no tenía límites; el espíritu de servicio desapareció, se sentían infalibles y de forma habitual despreciaban al cliente, a aquél que cualquier prestadora de servicios debe cuidar con esmero. Cabe subrayar, muchos dependientes eran cordiales y atentos, más por desgracia su número fue menguando.
Una de las cosas que más perjudica a las líneas aéreas es la nómina excesiva; a mucho personal se le ve de ocioso, platicando o chateando en las computadoras; es innegable que este tipo de empleados constituyen una ingente rémora económica para cualquier tipo de empresa. Recientemente hice un viaje a Acapulco saliendo del aeropuerto capitalino, donde conté veinte gentes detrás del mostrador sin hacer nada, únicamente tres atendían a igual cantidad de pasajeros, los otros diecisiete sólo se miraban entre sí, chacoteaban y reían a todo pulmón; lo lamentable aquí, es que al final de cuentas su sueldo lo paga el cliente, al que muchas veces en lugar de ayudar le ponen infinidad de dificultades.
Innegablemente otro de los factores que dio al traste con Mexicana, fue su pésima administración; magnates carentes de escrúpulos se apoderaron de ella, dejándola hundida en el fango y el desprestigio; el fraude fue figura cotidiana; hasta hoy en día miles de viajeros que adquirieron sus boletos antes de la quiebra, no tienen forma de poder recuperar su dinero o poder usarlo con otra aerolínea; lo deplorable, es que las élites gubernamentales no realizan nada por respaldar a las víctimas, por el contrario, hacen oídos sordos a sus demandas.
Con Mexicana no sólo los usuarios salieron perjudicados, también acreedores de distinta naturaleza, inclusive empresas gubernamentales, donde aún la recaudación de impuestos se vio afectada. No obstante insistimos, a los aviesos encumbrados, supuestos dueños de la referida aerolínea se les protege, cuando es obvio que su modus operandi fue simple, consistió en descapitalizar y endeudar a la compañía. Invariablemente un gobierno honesto procedería de inmediato contra esos seres aciagos que quebrantaron mediante el timo a Mexicana de Aviación.
La cuestión ahora es revivir a un muerto; desde hace muchos meses se trae el cuento de buscar compradores, lo cual resulta absurdo y temerario; nadie absolutamente desea adquirir una firma en banca rota, ni tan endeudada como Mexicana. Lo correcto será recuperar el dinero perdido, mismo que tienen los individuos impresentables que poseyeron la multicitada línea aérea, ese dinero está en cuentas bancarias y otros activos, todo es cuestión de voluntad jurídica y respeto a la ley para actuar, si no sucede así, se estará evidenciando complicidad entre las autoridades y los sátrapas propietarios de Mexicana.
Sólo esperamos que no ocurra lo mismo en las demás líneas aéreas nacionales; es claro, al empleado se le debe estimular y a la vez inducirlo a que se sensibilice para que convenga en una actitud más dispuesta al servicio.
elb unam.mx
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