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Hundimiento del Centro Histórico
Problema sin solución
hasta ahora
Con un descenso general de más de siete metros en relación al nivel del canal del desagüe -desplome ocurrido en poco más de un siglo-, el Centro Histórico de la ciudad de México, el más importante del Continente Americano y considerado Patrimonio de la Humanidad desde 1987, se enfrenta a un futuro incierto puesto que no se ha dado ni siquiera el primer paso para frenar la sobreexplotación de los mantos acuíferos.
Las consecuencias, además, de los hundimientos diferenciales en el primer cuadro capitalino, no pueden ser más impresionantes, aunque las modernas técnicas de la mercadotecnia a nivel mediático oculten la realidad.
Entre otros muchos inmuebles diseminados en los 9.1 kilómetros cuadrados del Centro Histórico, víctimas de esos temibles hundimientos diferenciales, se encuentran lo mismo el Palacio de Minería que el templo de San Hipólito, el Palacio de Bellas Artes, el mismo Palacio Nacional, la Catedral Metropolitana, la zona circundante al Templo Mayor.
Además, los templos de San Francisco, San Juan de Dios, Santa Veracruz, La Conchita -Belisario Domínguez-, el templo de la Soledad en La Merced, Santa Catarina en el perímetro de La Lagunilla, etcétera.
La Alameda Central de la ciudad de México se encuentra tan dañada por las grietas que se agravaron desde el terremoto de septiembre de 1985, que los deterioros por esta cusa ya son visibles e impactantes, a la altura de la “fuente de Neptuno”.
Los contrastes urbanos
Abandono, desinterés y corrupción
La llamada “autoridad” del Centro Histórico, en manos de Alejandra Moreno Toscano, ha recibido severas críticas de organismos serios preocupados por la conservación del patrimonio cultural en el primer cuadro capitalino que han censurado que dentro de las casonas patrimoniales expropiadas durante la presente administración capitalina, en 17 casos, los inmuebles clasificados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hayan sido demolidos para dar lugar a los vendedores ambulantes.
¿Cómo es posible que se haya producido tan grave irresponsabilidad de parte de quienes cobran precisamente para conservar el acervo cultural en el centro y acometen su destrucción impunemente? Pregunta la Asociación de Vecinos, Trabajadores y Comerciantes de la Zona Sur de la Alameda Central
Loreto “se cae en pedacitos”
Vecinos de Plaza Mixcalco reprueban que “abandono, desinterés y corrupción acaban con el patrimonio histórico del Centro Histórico” y denuncian concretamente que “el templo de Loreto se esté cayendo a cachitos”. Se señala que “la restauración hecha allí”, hace dos años, genere que el yeso ornamental colocado en las naves ahora se desprenda, con grave riesgo para los feligreses que asisten a las misas y al rosario en ese recinto religioso, enclavado en una zona populosa de la Ciudad de México.
Catedral Metropolitana, ciudad de México.
En el órgano oficial Desde la Fe, de la Arquidiócesis de la Ciudad de México, se denuncia en un trabajo realizado por Felipe de J. Monroy González que el responsable del templo de Loreto es el párroco Héctor Gerardo Rodríguez, quien “tiene en custodia los templos de Nuestra Señora de Loreto y Santa Teresa la Nueva, así como la parroquia de San Sebastián Mártir, una de las iglesias más antiguas de la ciudad”.
Afirma el religioso que “las autoridades del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), así como el Instituto Nacional de Antropología e Historia, y la Dirección de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural GSLSyM, poco han cumplido con los compromisos que en el 2008 y 2009 manifestaron para rescatar los inmuebles históricos religiosos en situaciones de emergencia en el primer cuadro capitalino e, incluso, han sido permisivos de que las empresas que bajo licitación cometan irregularidades”.
Malas cuentas en Loreto
“En el caso de Nuestra Señora de Loreto, se afirma, el Programa Operativo Anual de 2008 ejerció un presupuesto de 539 mil 893 pesos con 62 centavos para “tratamiento y consolidación estructural en la nave principal y la cúpula del templo, mientras que en el 2009, el POA adjudico fondos por cuatro millones 219 mil pesos con 44 centavos para consolidación estructural de aplanados, protección de pintura mural, mediante vetado, liberación y reposición de aplanado en mal estado en zona de la capilla anexa, etcétera”.
El sacerdote Rodríguez dice que está preocupado por la situación de inestabilidad en el templo, pero su mayor inquietud es que los trabajos de restauración que las autoridades realizan en el inmueble, “suelen ser poco serias” pues las empresas que ganaron la licitación, no se coordinan con los presbíteros”.
A la vez, el sacerdote denunció el robo de un badajo de bronce de la campana y algunos candelabros de metal, ambos constituyen bienes propiedad de la nación y su extracción ilícita, un delito federal”.
Nueve metros de hundimiento
Según estudio del Fideicomiso Alameda, de la Secretaría del Medio Ambiente y de la delegación Cuauhtémoc, sobre la zona de la Alameda Central, el hundimiento diferencial en esta capital es, aproximadamente, de unos nueve metros, a lo largo del último siglo, debido a la sobre explotación hidráulica. El descenso del suelo abarca varias manzanas y así puede verse lo ondulado de la calle de Ayuntamiento, junto con otras arterias, entre ellas, Independencia, Luis Moya, etcétera.
En el perímetro de La Merced, una de las partes afectadas es la Nave Mayor, donde laboran, aproximadamente, unos siete mil locatarios.
Alejandra Moreno Toscano.
Rentas altas impiden repoblar
En el Centro Histórico, la descongelación de rentas ahuyento a sus antiguos pobladores, en su mayoría de condición humilde. El gobierno de la Ciudad de México ha estudiado una y ora vez la forma de que los vecinos regresen a repoblar el Centro Histórico, entre otros motivos, por la seguridad pública. No hay mejores vigilantes en las zonas residenciales que los mismos vecinos, se afirma en el análisis hecho por las autoridades.
Pero, los “genios” de la tecnocracia neoliberal que ahora están en los puestos de mando no encuentran otra fórmula para hacer costeables los programas de repoblación del primer cuadro capitalino que incrementa el monto de las rentas, de acuerdo a “valores actuales”, así los estudiosos han encontrado que las rentas pueden tener un promedio de 30 milo pesos mensuales. Ante el costo de varios millones de pesos de una vivienda, no se piensa en vender los departamentos, sino simplemente en alquilarlos.
La ausencia de familias en el Centro Histórico y la imposibilidad de que retornen los vecinos, dificultas la regeneración del primer cuadro capitalino.
La falta de residentes condena al Centro Histórico a que se convierta en “pueblo fantasma” durante las noches, tanto en el área histórica, como en los barrios, de donde han tenido que salir los antiguos residentes, por lo caro de las rentas.
En síntesis, el Centro Histórico, visto como un negociazo inmobiliario que impiden su regeneración y recuperación y los hundimientos diferenciales que condenan a muchos edificios a sufrir daños en sus estructura, es el dilema que no han podido resolver los genios de las modernas técnicas urbanista en la capital mexicana.
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