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México bajo el dominio
de la violencia
En nuestro país el incremento de la violencia ha crecido de manera exponencial, lo cual era algo inconcebible hace apenas tres o cuatro sexenios, sin embargo, la información y las cifras siguen siendo semiocultas por las propias autoridades, pues en ello les va un dudoso prestigio que cuidar y una inexistente ineficacia en sus tareas obligadas de proporcionar paz y seguridad al pueblo.
Se ha tenido que recurrir a fuentes bien documentadas y confiables como los de CIDAC, en donde aparece nuestra nación entre los primeros quince más deshonrosos lugares del llamado Índice de Incidencia Delictiva y Violencia. Así las cosas, podemos afirmar que en nuestro país está ubicado, apenas debajo de El Salvador, Sudáfrica y Venezuela en este renglón. Siete entidades federativas destacan, si se le puede calificar así, en materia de violencia y muerte: Chihuahua está en el cuarto sitio mundial con un porcentaje o tasa de 47.10, Sinaloa en octavo sitio con 29.50, Guerrero en el décimo con 22.80, Durango en el onceavo con 21.60, Baja California Norte en el duodécimo con 20.50, Oaxaca en el décimo cuarto sitio con 17.80 y el Estado de México en el décimo quinto con una tasa de 16.80.
Y eso sin dejar de mencionar que en esa lista negra le siguen los estados de: Sonora, Michoacán, Nayarit, el D.F., Jalisco, Guanajuato, Puebla y Yucatán. Sin embargo, estas cifras , aunque no deben ser desconocidas por nuestras propias autoridades, si son ignoradas como de fuente extraña y nada confiable. Pues los números están allí y no mienten. Es más, se ha comparado este sexenio del presidente Calderón con las cifras propias de los de la organización terrorista ETA y el resultado es contundente como crispante. Los vasco han asesinado a un poco más de ochocientas personas en más de dos décadas de acciones violentas, mientras en el gobierno del señor Calderón van varias decenas de miles de víctimas. Para la reflexión y la acción.
Lo más importante e interesante de todo esto, es que ya los grupos sociales en México están tomando mayor conciencia de su papel determinante frente al poder. Hoy, nos parezca o no, parte importante de nuestra sociedad se está moviendo por la inercia propia motivada por los hechos. Así, mientras se siguen llenando las cárceles de detenidos, sigue creciendo el número de víctimas del combate entre las fuerzas del estado, tanto policiales como militares, hay organizaciones sociales que están levantando su voz y ejercitando acciones civiles en todos los medios para enfrentar la sospechosa ineptitud del actual estado mexicano, lo que nos hace preveer una posible influencia que finalmente comience a dar frutos. No será tarea fácil, ni de inmediatos resultados. Las cifras allí están, las estadísticas hablan por sí mismas de lo que está pasando y de lo que hay por hacer. México debe retomar su camino hacia la justicia y la paz, evitando seguir avanzando lugares en la lista negra de víctimas de la violencia o nos acercaremos, cada vez más, al peligro siempre latente del indeseable estallido social. La gente tiene la última palabra, seguir de rodillas y aterrorizados por el crimen, la impunidad, la ineptitud y la violencia, o actuar para hacer de esta nación un lugar mejor para las futuras generaciones. La moneda está en el aire.
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