ALGO PARA EL RECUERDO:
El Código da Vinci, ángeles, demonios & cristiada… HÉCTOR CHAVARRÍA
A PROPÓSITO DE… las pasadas visita papal y semana santa del bendito 2012, volvimos a ver las pelis; El Código Da Vinci y de paso Ángeles y Demonios, (esta última según algunos, aunque no es exacto una “precuela”, horrible neologismo sacado de secuela, del Código) anunciadas en su momento como “las películas del año” (antes las novelas previas habían sido de los Best Sellers más vendidos), el estreno de Código Da Vinci en México llenó las salas cinematográficas de la capital y del resto del país con ávidos espectadores que esperaban ansiosamente enterarse de la neta del planeta… sobre el romance de Jesusito y la María Magdalena, detalles sucios incluidos; quienes buscaban eso se decepcionaron pues ambas cintas tratan de conspiraciones y no de sexo.
Ángeles y Demonios no tuvo tanto éxito y de hecho algunos representantes típicos de las iglesias protestantes, amén de las sectas (los seguidores de la “santa muerte” no opinaron pues se abstienen de ver películas que no estén dobladas al naconez, porque no pueden leer los subtítulos), la calificaron de “defensa a la iglesia católica apostólica romana” (ICAR) y la abuchearon.
La publicidad al código
Previo a todo esto, la inefable iglesia romana se había encargado de hacerle toda la publicidad posible al código… desde los púlpitos pasando por los confesionarios.
La severa advertencia romana era: no vean esa cinta, por la salvación de su alma. Como si aún hubiera alguien (salvo las beatas de la vela perpetua), que hiciera caso de las recomendaciones de los curas, en especial en materia de espectáculos.
Por supuesto ante la pía recomendación de abstenerse, las salas de cine se llenaron más, please remember El crimen del padre Amaro, cinta que sin los anatemas clericales hubiera pasado sin pena ni gloria y que fue un escándalo y tremenda lección acerca de la “publicidad negativa” pero sobre todo de la efectividad de tales advertencias y su procedencia… ya lo había demostrado el finado “monseñor Abascal de Bucareli”; su recomendación para no leer un libro, cualquiera que este sea, era una invitación a convertirlo en un best seller…
Pero los romanos (auto denominados “católicos”) no aprenden ni siquiera sus propias lecciones.
Hablando de “secretos”
Ahora bien ¿valió la pena la cinta?
No cabe duda que Código Da Vinci es una regular película, basada en una buena novela; pero hasta ahí.
No hay un aporte valioso al cine y mucho menos a la literatura…
Los “tremendos secretos” son del dominio público, comentados anteriormente en los canales Discovery, National Geographic e History Channel, cualquiera con TV de cable se sabía ya todo el rollo ese de la María Magdalena como esposa del Jesús y discípula amada… lo del Grial y los Templarios.
Incidentalmente todo aquel rollo había sido publicado en la ya desaparecida revista DUDA -quien esto escribe hizo alguno de los guiones-, hace ya más de 20 años.
Así pues, el asunto se redujo a meras maniobras de mercadeo y publicidad.
No faltaron los beatos (as) que se salieron del cine a la primera mención de la biblia o el opus dei… pero esos son de los que se asustan si por accidente alguien deja escapar una flatulencia en misa; como si la deidad fuera a indignarse ante un olor diferente al del sebo… (Lv.4:31).
En realidad no hubo neta del planeta o revelación digna de excomunión con el Código Da Vinci, sólo un film más al ya muy sobado estilo de Hollywood el cual, fuera de su papel de entretener como cualquier thriller, no sirve para maldita otra cosa.
Y ahora “cristiada”
Veremos ahora la reacción de los mansos usuarios de la ICAR con el estreno de Cristiada, una visión gringa de la poco conocida “guerra cristera” conflicto provocado por la terquedad de los curas y los fanáticos, la cual entre otras cosas costó miles de vidas, entre ellas la del presidente electo Álvaro Obregón.
Cristiada
Guerrita un tanto similar a una en curso ahora contra otros envenenadores que el propio clero de la ICAR -principal causante del conflicto-, definió a su término con la inspirada y lapidaria frase: “Providencialmente llegaron los cristeros, providencialmente se acabaron”. Como detalle al calce, alguna vez usé los datos históricos de la guerra cristera en uno de mis relatos de CF, un par de ilustrados colegas de Puebla, me felicitaron por tener tanta imaginación. Ops! El desconocimiento de nuestra historia en los EUM es colosal… sin más comentarios.
Volviendo a la guerrita esa (costó varios miles de vidas), se deduce que “los caminos del señor –cura-, son inescrutables”.
En especial será interesante ver cual es la opinión de los realizadores yanquis (Peter O’Toole como cura mexicano ¡háganme el favor!) y, seguro será divertido oír a los “cristeros” rebuznar en inglés en la película de marras.
Amén, por hoy.
Comentarios, sugerencias o mentadas de progenitora:
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