Piaf—Grand Velas; Bellezas nacionales e internacionales, y Carlos Fuentes ENRIQUE CASTILLO-PESADO
ACUDÍ A UNA CENA--GOURMET en el feudo Piaf del Gran Velas Riviera Maya, donde varias celebridades festejaron el Día Nacional de Francia, degustando un menú memorable.
Carlos Fernández, Eduardo Vela, Oscar Cadena, Fernando García Rossette y Castillo—Pesado
La mismísima embajadora de Francia en México, Elisabeth Beton, que tenía dos eventos a los cuales acudir en la Ciudad de México (Club France y el Museo Munal), envió una carta felicitación a los hermanos Eduardo y Juan Vela, así como a Fernando García Rossette, para apuntar lo siguiente: “Todos los eventos que se coordinan entre Francia y México, me recuerdan a los mensajes de los revolucionarios franceses (en el Siglo de la Luz), con los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad. En lo particular, para mí, son palabras que continúan teniendo una fuerte resonancia”. Por ende, Beton no acudió a la cita, pero el que esto escribe se presentó a disfrutar el arte de lo mejor de la cocina francesa y el ambiente exquisito del Piaf. Su chef Michel Mustiere invitó a su colega francés monsieur Jacques Chretien (“fundé el French Riviera, en San José del Cabo) y a su esposa Sophie a estar presentes en el Piaf.
El menú que creó Chretien esa noche –junto con la brigada de Mustiere, al cual llaman el Jacques Chirac de la Riviera Maya-- lo disfruté con Mónica Ramírez de Vela, Claudia de García Rossette, Oscar y Gaby Cadena, Celia Marín, Carlos y Claudia Fernández, y muchos más, y puedo señalar que fue de ¡antología!: terrina de foie gras de pato y anguila ahumada; raviolis de caracoles, risotto de espárragos y morrillas y espuma de ajo al estilo de Adriá; bisque Café Anglais y queneta de pescado gratinado; lubina marcada con polenta de pierna de de puerco, puré de tomate y emulsión de albahaca, y el mejor platillo de la noche (me recordó a las cenas que se organizan en el Ducasse del Hotel de París de Mónaco), Parmentier de cola de res confitado, puré de papa con aceite de trufa y reducción de Oporto. Y como postre, un mil hojas de vainilla de Veracruz y coulis de frambuesa. ¡Sí, una cena memorable, acompañada de vinos nacionales, internacionales, y champaña!, donde abundaron los chascarrillos de mujeres visionarias y, sobre todo, apuntes políticos relevantes de García Rossette, Oscar Cadena y el que esto escribe. Por su parte, Carlos Fernández informó que su periódico turístico Travel Mall circulará gratis, en el DF, cada 15 días, con un tiro de 60.000 ejemplares. “El primer ejemplar fue todo un tiro…”, apuntó Fernández.
La universalidad de la belleza femenina
Un jurado compuesto por Manuel Valles, José Roquero de Teresa, Lourdes Alcocer, Odette de Anda, Gerardo Zapata, Claudia Marcuccetti, Rodrigo Rivero--Lake, entre otros, hablaba la otra noche de que “mujeres bellas abundan por doquier”. Y me preguntaron que a quien nombraría –hoy en día-- como mujeres bellas mexicanas e internacionales. Inmediatamente contesté: Salma Hayek, Ana de la Reguera, Ximena Navarrete, ex Miss Universo; Ana Gaby Peralta, Viviana Corcuera de Rodríguez Legorreta, Sissi Harp, Sofía Aspe, Alondra de la Parra, Adriana Abascal (ex Miss Veracruz y ex mujer de Emilio Azcárraga Milmo y el empresario hispano Villalonga), Genoveva Casanova, las hermanas Ludwika y Dominika Paleta; Kate del Castillo, Montserrat Oliver, Bárbara copel, Claudia Alvarez (“¡lista!”), etcétera, y entre las beldades mundiales, no puedo dejar de mencionar a Sofía Vergara (“mi mejor momento es hoy”), Giselle Bundchen (la modelo brasileña que, actualmente, es la mejor pagada ), Scarlett Johansson, Mónica Belucci, Catherine Zeta—Jones, Charlize Theron, Kate Middleton y muchas más.
La tumba de Carlos Fuentes
Existe una sangría de rencores pequeños contra Fuentes que se centran en su persona (palabra que en latín significaba “máscara de actor”). No en su obra. Algunos le reprochan –y hacen mal-- que en Europa y Estados Unidos fuese considerado el representante cultural de Latinoamérica (escribió y protagonizó el documental El espejo enterrado por los quinientos años del Descubrimiento, para la TV norteamericana), que fuera cosmopolita (vivió tanto en París, Londres, Madrid, Nueva York y, por supuesto, en San Angel—México), que tuviera amigos empresarios y políticos importantes (desde Carlos Slim a Ricardo Lagos); que se preocupara de vestir bien (una de sus corbatas de seda protagoniza una novela de César Aira); y, por si fuera poco, que quisiera enterrarse en París (¿ofensa final imperdonable para muchos?). Resumo: durante la última entrevista que Fuentes concedió en Buenos Aires, subrayó que ya sentía deseos de ir a ocupar un monumento hermoso que tenía en París.
El chef Jacques Chretien, Eduardo Vela, Fernando García Rossette y el chef Michel Mustiere inauguran la muestra gastronómica francesa
El comentario no era orgulloso sino amargo. Se refería, nos dijo su bella esposa Silvia Lemus, a una tumba en el cementerio de Montparnasse donde quería –y lo consiguió— reposar junto a dos de sus hijos, trágica y prematuramente fallecidos. Pero en dicha entrevista, su comentario implicaba una conciencia irónica y ecuánime cerca de la posteridad literaria, sus vanidades y traiciones. Sí, como todo en esta vida. Carlos Fuentes fue fiel a sí mismo, valiente y directo. Y reflexiono: ¡Cuánto nos cuesta admirar en Latinoamérica y España! Cuánto nos duele el éxito ajeno. Acompaño a Silvia Lemus en sus pensamientos y no puedo culpar a Carlos Fuentes por decidir su entierro ¡lo más lejos posible! Y hasta la próxima, ¡abur¡
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