A TRAVÉS DE MIS CRISTALES
HÉCTOR CHAVARRÍA
Explosión fallida y salto gigantesco
“¡Larga vida a la Sagrada Alemania!”.
Claus von Stauffenberg (sttl)
“Un pequeño paso para un hombre, un salto gigantesco para la humanidad.”.
Neil Armstrong. (sttl)
ERA YA CASI el quinto año de la guerra y Alemania iba perdiendo. Para un crecido número de alemanes, en especial prusianos el culpable directo de todo aquello tenía un nombre: Adolf Hitler.
Para los militares y civiles de la nobleza y la alta burguesía aquel asunto tenía una sola y simple solución; matar al dictador y asumir el poder de la nación... para entre otras cosas, terminar con aquella guerra absurda que el III Reich ya no podría ganar.
20 de Julio, 1944: Rastenburg, Prusia Oriental
El coronel Claus von Stauffenberg metió a una reunión de Estado Mayor con Hitler, una incompleta bomba con explosivo inglés y detonador de ácido, en su portafolios (no había podido terminar de armar la segunda bomba), el cual colocó casi a los pies del Führer y, salió enseguida del recinto…
Para molestia del tullido coronel -había perdido en acción un ojo, la mano derecha y dos dedos de la izquierda en 1942 en África-, la reunión se había cambiado del bunker a un galpón llamado eufemísticamente “la casa de té” el cual era usado en ocasiones para conferencias, a causa le dijeron del excesivo calor veraniego que molestaba al Führer… las ventanas estarían abiertas.
Actor principal
Claus Philipp Maria Justinian Schenk Graf von Stauffenberg (Jettingen, Baviera, 15 de noviembre de 1907-Berlín, 21 de julio de 1944) fue un brillante militar alemán de carrera.
Coronel del Estado Mayor (Oberst im Generalstab) de la Wehrmacht y Jefe del Ejército de Reserva de Berlín durante el III Reich.
Nacido en el castillo de su tío, el conde (Graf) Berthold von Stauffenberg, fue el tercer y último hijo del matrimonio compuesto por el conde Alfred Schenk von Stauffenberg y la condesa (Gräfin) Caroline von Üxküll-Gyllenband.
Sus hermanos eran los gemelos Berthold y Alexander, y él mismo fue gemelo de otro, Konrad Maria, fallecido al día siguiente de nacer.
Los Von Stauffenberg son -aún andan por ahí-, una antigua familia aristocrática, católica que poseía y sigue poseyendo, varios castillos en el sur de Alemania; entre otros, uno en Albstadt-Lautlingen (Baden-Wurtemberg, Alemania), hoy convertido en museo, en el cual Claus y sus hermanos solían pasar sus vacaciones.
Salvado por un pelo...
Uno de los oficiales presentes en la “casa de té”, al tropezar con aquel “paquete” y no encontrar a su dueño, lo colocó tras el grueso soporte de la mesa, alejándolo así de Hitler y colocando una gruesa barrera entre la bomba y el blanco primario del atentado.
La bomba estalló según lo esperado, pero su menor potencia por estar a la mitad, y el “escudo” de la gruesa base de la mesa, redujeron su efecto; de todas formas, si la explosión hubiera sido en el bunker, las gruesas paredes de cemento habrían magnificado el efecto y matado por concusión a todos los presentes.
Pero estando en una estructura de madera con ventanas abiertas, mucha de la fuerza de la bomba fue desperdiciada en hacer añicos la estructura del recinto, dispersándose hacia arriba… los más cercanos al artefacto, al parecer entre ellos aquel que cambió de sitio el portafolios, sufrieron sus efectos muriendo o siendo mutilados, pero el blanco primario Hitler, sólo terminó con heridas leves y el consiguiente susto.
Stauffenberg al oír y ver la explosión desde afuera, dio por hecho que Hitler habría muerto y se apresuró a salir de ahí antes de que los accesos fueran cerrados.
La siguiente fase de Walkiria (Walküre en alemán), debería ponerse en marcha; la toma del poder por los generales confabulados, con el apoyo de las tropas de reserva y la Guardia Nacional cuyo uso en caso de alerta a la integridad de la nación era la parte original del Plan de Seguridad Interna Walkiria… había que nulificar a las SS y mandar a los efectivos de la Wehrmacht a sus cuarteles, también detener a todos los principales jefes nazis.
Luego un gobierno provisional organizado por la “orquesta negra”, negociaría con los aliados para terminar con aquella guerra absurda e inútil.
Pero Hitler no murió…
Y, toda la Operación Walküre se fue al diablo.
¡Larga vida a la Sagrada Alemania! (Es lebe das heilige Deustchland!)
Aquella misma noche, Claus von Stauffenberg fue detenido y en los primeros minutos del 21 de julio, fusilado de inmediato por órdenes del general Fromm, junto con otros organizadores del ataque quien con esto esperaba esconder su complicidad.
Las últimas palabras de Claus antes de la descarga mortal fueron:
Es lebe das heilige Deustchland!
En los días siguientes la furia de Hitler se desató en una feroz cacería de brujas mediante las SS y la Gestapo.
De esa manera y a la brevedad la mayor parte de los implicados en el atentado fueron detenidos, torturados y juzgados, casi 6,000 personas asesinadas fueron el pago por el estallido fallido, entre ellos el mariscal Erwin Rommel…
A varios de los cabecillas se les colgó con cuerdas de piano —en realidad según otras versiones, fueron delgados cables de acero— asegurados a ganchos de carnicero para morir por estrangulación, se dice que su agonía fue filmada para que pudiera ser vista por Hitler... y se dice que éste no quiso ver aquello; otros dicen que festejó la presentación con carcajadas, todos los posibles testigos están muertos; nunca sabremos que pasó en realidad.
En el actual reunificado Berlín, existe la Stauffenbergstrasse, (Calle Stauffenberg), en homenaje al difunto coronel, considerado hoy un héroe de la resistencia anti nazi.
20 de julio, 1969: Mar de la Tranquilidad, Selene
El mundo estaba otra vez en guerra, pero en aquellos años “fría”...
Los EUA y la URSS movían sus piezas en el tablero de aquella confrontación desde conflictos de baja intensidad -algunos “ascendieron” bastante como Vietnam-, espionaje y, el espacio exterior.
En aquel vasto escenario, cosmonautas y astronautas competían por la supremacía de sus países en la llamada “carrera espacial” la cual no era otra cosa que una guerra disfrazada como competencia.
El luego asesinado presidente Kennedy, había arrojado el guante de reto y puesto como meta para EUA: “el llevar un hombre a la Luna antes de que terminara la década y, traerlo de regreso”, los soviéticos que habían sido los indiscutibles punteros en los inicios de la “carrera espacial” levantaron el guante.
Los años siguientes a la muerte de Kennedy fueron de emocionantes hazañas en el cosmos... bueno no tanto, no tan lejos, sólo en la cercana vecindad espacial de la Tierra... pero era bastante “arriba”.
Mientras los soldados estadunidenses se hundían en el lodo de Vietnam, los astronautas del mismo país, flotaban en el espacio.
En 1965, Stanley Kubrick comenzó la filmación de 2001, Odisea del Espacio, el Proyecto Géminis de EUA competía con los cosmonautas soviéticos, mientras se preparaba el mucho más ambicioso Proyecto Apolo.
Objetivo: la Luna
Los estadunidenses echaron la casa por la ventana para ganar la carrera los soviéticos enviaron a la Luna robots y, al parecer seguían en la delantera, pero en el inter, sus cohetes para lanzar cosmonautas, resultaron de una complicación ineficiente y, para su desgracia el ingeniero director del proyecto falleció por una sencilla cirugía en la etapa crítica del mismo.
Los estadunidenses con Werner von Braun a la cabeza, aquel ingeniero alemán creador de los cohetes balísticos para el III Reich, diseñaron el Saturno V, hasta la fecha el mayor cohete fabricado para lanzamientos, fuerza bruta pura (se hicieron sólo unos pocos dado su enorme costo), cuya misión era poner en órbita una carga útil mecánica, con tres astronautas, para llegar a la Luna.
El llamado Apolo 1 tuvo un terrible accidente en tierra por fallas mecánicas durante un ensayo, el cual costó la vida de tres astronautas. Eso retrasó el programa casi por un año y se temió justamente que la URSS ganara la carrera... pero en la navidad de 1968, Apolo 8, orbitó la Luna... salíamos del cine aquel 24 de diciembre en la calurosa Mérida, luego de ver 2001 Odisea del Espacio de Stanley Kubrick, cuando llegó desde la Luna el mensaje de los astronautas.
La emoción vivida entonces fue intensa, la ciencia ficción era ahora ciencia y técnica... ¡Ese momento fue algo sencillamente maravilloso!
Un pequeño paso...
Luego de una inolvidable y emocionante espera, llegó julio de 1969 y el lanzamiento de Apolo 11...
Y, en un icónico 20 de julio, 25 años después de la bomba aquella que falló en Prusia Oriental...
Vimos a Neil Armstrong, fallecido apenas el 25 de agosto a los 82 años, cual fantasma (la filmación automática fue una proeza técnica con la tecnología de entonces) poner los pies en un cuerpo estelar que no era la Tierra -mi PC actual tiene más capacidad que todo aquel Centro de Control Houston, mi viejo y desechado reloj electrónico con calculadora más que la computadora a bordo de las naves Apolo.
Con tales herramientas tan primitivas con las cuales avanzaron osadamente hacia donde no se había ido hasta entonces, podríamos citar a Leia Organa en la cinta de fantasía & Space Opera Star Wars:
“¿Vinieron en eso?, son muy valientes...”
Las palabras de Neil al hacerlo, al saltar sobre la Luna luego de jalar el cordón que liberó la cámara y la echó a andar:
“Es un pequeño paso para un hombre, un salto gigantesco para la humanidad.”
En efecto, la humanidad había saltado definitivamente al espacio estelar, o así parecía.
EUA había ganado la carrera...
Los soviéticos se quedaron más quietos que el Muro de Berlín.
Quienes aún hoy, niegan la llegada del hombre a la Luna debieran conocer la historia verdadera y un detalle básico... los más interesados entonces en negar aquello, se callaron y aceptaron su derrota.
Hubo cinco misiones más a la Luna y, el “fracaso exitoso” del Apolo 13, luego de Apolo 17, EUA canceló los costosísimos viajes a nuestro satélite.
El último selenauta, jugó golf y escribió en el suelo lunar el nombre de su hija...
La tercera etapa del Saturno V que debía conducir Apolo 18 a la Luna, fue convertida en la primera estación espacial en órbita: el desafortunado Skylab... el cual de alguna manera abrió un nuevo camino.
Recuerdos del futuro
Pero aquel 20 de julio de 1969, quienes vivimos todo aquello, sentimos que luego de eso, ya todo sería posible... que en el 2001 quizá hubiera una nave Discovery, también una IA llamada HAL... rumbo a Júpiter o Saturno, película y novela le daban objetivos diferentes a la misión.
Tal vez, aunque quizá ya no lo veríamos, habría también en una fecha estelar futura, una astronave Enterprise: avanzando osadamente hacia donde no se había llegado aún...
Pero, una vez ganada “la carrera” EUA se dedicó a otras cosas, entre ellas a “invertir” en la inútil guerra en Vietnam...
Ahí USA no ganó más que hacer el ridículo y perder casi 70,000 jóvenes de mi generación.
Pero, Vietnam aparte, para quienes vimos “el pequeño paso” aquel mes de julio, lo importante fue que: jamás lo olvidaremos.
Vida larga y próspera...
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