EL ANO, HERRAMIENTA DE LA FE
¿Está seguro imán de que es la única opción…?
ESTA ES UNA de las más extrañas fatwas emitidas en los últimos tiempos y eso debido a que el culo, ano, etc. (culo significa fondo en castellano, es la palabra que define la última parte del intestino grueso la cual sirve para la humilde tarea de disponer de los inevitables desechos corporales) fue considerado por un sabio islamista, una herramienta de la fe.
EL “BOMBARDERO de la ropa interior (el original), Abdullah Hassan al-Asiri se suicidó en un intento de asesinar al viceministro del Interior saudí a la postre a la cabeza de los esfuerzos antiterroristas de la nación, el príncipe Mohammed bin Nayef.
Por suerte para el príncipe, quien sólo recibió una lesión leve. Al-Asiri, murió instantáneamente debido a la explosión de la libra completa de explosivos que llevaba hacinados en el recto.
El clérigo musulmán Abu al-Sheikh al-Dema Qasab declaró en una fatwa la forma innovadora y sin precedentes, para ejecutar las operaciones de “martirio”: colocar cápsulas explosivas en el ano, lugar poco posible de detectar (al estilo Papillon y los “estuches”, en la célebre novela de los 60’s) y, hacerlos explotar en el momento adecuado, en lo que podría ser calificado como “una flatulencia mortal en el nombre de Allah”.
Lo del “sin precedente en lo anal” es discutible; porque ya alguna vez, durante la “guerra santa” original—aún no había dinamita o explosivo plástico— uno de los sucesores del mofeta, perdón profeta, autorizó a los fieles que durante un buen tiempo no habían tenido intercurso con mujeres, a tenerlo entre ellos, pues era la voluntad de Allah… eso quizá inspirado en la posición adoptada cinco veces al día para rezarle a la deidad… Nos estamos adelantando, perdón.
Sin embargo, para llevar a cabo este enfoque evidentemente yihadista, el voluntario debe aceptar ser sodomizado (Uuy) por un tiempo más o menos prolongado para ampliar su ano (0ps) a fin de que pueda aguantar el grosor de los explosivos que serán embutidos en él, a fin de no llamar a las cosas por su nombre se le ha denominado: “la cuna del sacrificio”, en el nombre del… ese.
El incisivo y agudo jeque que propuso la innovadora y aromática idea, citó cual ejemplo de la santidad de la causa, la esperanzada pregunta de un yihadista anónimo con inclinaciones obvias: “¿Es permisible para mí dejar a uno de los hermanos yihadistas sodomizarme para ensanchar mi ano a fin de alojar explosivos, si la intención es buena?”
El buen clérigo, seguramente ante la imagen del procedimiento respondió con un evocador suspiro que “no sólo la necesidad hace permisible lo prohibido, hay matices” y, afirmó aún más enérgico; “la Jihad es lo primero, porque es el pináculo del Islam , y si, el pináculo del Islam sólo puede lograrse a través de la sodomía, entonces no hay algo malo en ello.” Al parecer el chico preguntón se aplicó de inmediato a entrenarse con varios ansiosos maestros listos para abrirlo a la verdadera fe.
Presumiblemente, el coqueto clérigo deliberadamente se negó a considerar si había un enfoque diferente al de la sodomía… cosas de gustos, posiciones e inclinaciones. Al parecer, a raíz de la divulgación de esta fatwa, creció exponencialmente la cantidad de solicitudes para adherirse a esta original forma de luchar por el islam, el profeta & todo lo demás. Muchos mercenarios islamistas están en busca de lo que alguien llamó el empinaculo por el islam, el compasivo, etc.
Es evidente que la mayor parte del credo islamista gira en torno a un retorcido sexo reprimido y su satisfacción sin reservas en el “paraíso”. Al parecer eso incluye el asunto ese de ensanchar el depósito para los explosivos. ¡De lo que son capaces los gays en el armario!
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