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Edición 308

DROGAS Y ALCOHOL


Derechos y obligaciones 

de los jóvenes

 TEO LUNA

 

“Un hombre debe ser lo suficientemente grande
como para admitir sus errores, 
lo suficientemente inteligente como para aprovecharlos 
y lo suficientemente fuerte para corregirlos.”
John Maxwell.

 

FUI UN JOVEN ALCOHÓLICO, un adicto, drogadicto. Algún día, me gustaría sentarme al lado de una chimenea, sentado en un cómodo sillón y enfrente una pequeña  mesa para escribir de puño y letra sobre el tiempo valioso que yo tiré por el caño de la basura, hacer un inventario en mis enormes pérdidas como el quedarme dormido toda la mañana por amanecer crudo; más aún, mis interminables borracheras en cantinas, restaurantes, en eventos sociales o casas de amistades o en la propia. 



Horas que desperdicié jugando dominó, la gente qué dejé plantada, primero porque no me levantaba, segundo, se me olvidaba. 

Sumar también, los litros de tequila que consumí desde los 17 hasta los 42 años, incluyendo las coronitas, en cantidades y en litros de cerveza, lo que ingerí en mi carrera alcohólica, desde vermut, vinos de mesa, tinto, rosado y blanco, en vodka, ron, brandis, coñac, chinchón, los cigarros y los puros que me fumé. 



Vivo de milagro, llegué a pesar menos de 50 kilos. Lo perdí todo y si sumo dinero, litros de alcohol, kilos de cocaína, antidepresivos, cajetillas de cigarros, mi salud, el tiempo que perdí, sin duda estaría próximo al récord Guiness del mediocre de los mediocres. ¿Conoces a alguien como yo que tenga las mismas pérdidas? 

Vivo solo por la gracia de Dios. Estuve muerto en vida, atrapado sin salida, ame la radio, tuve un gran éxito con mi programa estatal, La Voz de Chihuahua, hice un gran semillero de periodistas, hice escuela, pero de nada sirvió todo lo bueno, mi adicción lo borro todo. 

Los derechos de los jóvenes

Ahora, mis años limpio me permiten hablarles a los jóvenes como les hablo: Tienes derecho a ser libre, a disfrutar de tu sexualidad, a escoger a tus amistades y tus diversiones; tienes derecho a expresarte, a hablar lo que sientes, piensas y te inquieta, tienes espacio que garantiza tu libertad de acción, pensamiento y movimiento, eres libre de conducir en tu auto por la ciudad, en convivir con tus amigos en fiestas, en días de campo, lunadas, pijamadas



Igual tienes derecho de vestirte y usar tu cabellera como te plazca, tienes derecho a un techo, a disfrutar de tus sagrados alimentos, al baño diario con agua calientita, a tu espacio para descansar en tu propio cuarto a ver tus programas favoritos de televisión, a la Internet, y a juntarte con tu mundo. Hay, pues, un mundo de derechos que los jóvenes disfrutan y, cuando no los tienen, hacen el gran berrinche, son groseros, déspotas, propiamente ingratos, mal agradecidos y expertos en echar culpas. 

Juventud divino tesoro 

Tienes una manera tan vulgar de hablar que no es más que una clara muestra de la carencia de respeto que le tienes a tu familia y a tu hogar; si así hablas, tus miserias espirituales se manifiestan, crees que todo son fiestas y reuniones, exiges dinero para ir al cine, a comprar helados, hamburguesas o elotes, cuando en casa hay muchas necesidades y esos cien o doscientos pesos que día con día te consumes, pueden servir para infinidad de cosas. Vives una fantasía, te levantas en vacaciones a las 3 de la tarde, es un verdadero sufrimiento despertarte como si fueras un niño de tres años.  

Llegamos tarde todos los días debido a tu ausencia de responsabilidad, a tu pereza a la lentitud en que te arreglas y no se te puede decir nada, porque pones tu carota y con el tiempo, se ha hecho costumbre, te has convertido en el ser intocable, en el ser merecedor, en el ser que todos despreciamos por tus actitudes violentas, por tus agresiones verbales y porque careces de respeto, de amor propio y amor a la familia, no tienes derecho a ejercer éstas actitudes tan nefastas. 



Me queda claro, que ésta enfermedad, es emocional, mental, física, espiritual, es contagiosa, sutil, burlona, progresiva y mortal y lo más triste es que tienes que vivir tu propia experiencia. Nadie escarmienta en cabeza ajena, y lo que le das a la vida, la vida te lo regresa con creces. 

A mí, se me fueron grandes oportunidades de negocios, perdí grandes momentos para consolidar un presente y un futuro, no tuve la visión ni la capacidad de ahorrar, derroché dinero, derroché salud, derroché juventud. Ahora, estoy vivo, me salvé de morir muchas veces, pero sufro las consecuencias en todos los sentidos y hay muchos  daños irreversibles. 



De repente, cumplí 50 años, mi mujer, me hizo una fiesta sorpresa, ahora tengo 56 y trato de vivir el día como si fuera el ultimo de mi vida, pero ya no tengo la misma energía, ya no es lo mismo tirar trancazos  y ahora sé que el tiempo pedido. Jamás se recupera, la maldita cocaína, que ahora quien legalizar su producción, comercialización y consumo en México, generó en mi severas consecuencias. 

A ti joven amigo:

¿Quién te da derecho de hablarles como les hablas a tus padres, de ignorarlos, de ausentarte con tus responsabilidades, el hacerte que se te olvidan las cosas cuando se te pide un favor y dices que sí, luego, lo mismo de siempre: Se me olvido? ¿Quién te da el derecho de sentirte el marqués de tu casa, el que no es capaz ni de limpiar el plato en el cual comes, dime, con qué derecho te emborrachas, te drogas, te hundes en las adicciones y claudicas a tu presente y a tu futuro?


 

Dime, ¿con qué criterios vas a educar a tus hijos, con qué estrategias, como le vas a hacer para que tus hijos no sean como tú? Tiempo al tiempo, tendrás que vivir tus propias vivencias, eres un fracasado, quien fracasa consigo mismo, fracasa en sus relaciones de pareja, en su vida social y laboral, lo que te espera, es un infierno que tú mismo estás construyendo. Vive tu propia experiencia y que Dios te bendiga. El que siembra vientos, cosecha tempestades. Te recomiendo mis libros, en especial. Un drogadicto en Casa y La Saliva del Diablo.- www.crisiscreces.com 


No deseo que nadie en el mundo se humille como yo me humillé ante la droga, ni sufra lo que yo sufrí, tú eliges, tú libertad o tú esclavitud.

Como siempre estoy a tus órdenes y que dios te cuide.
 Sigue mi huella Twitter @teo_luna 


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