Su relación con John F. Kennedy, que gobernó EE.UU entre 1961 y 1963, hasta su asesinato, nunca fue fácil. Gore Vidal, amigo íntimo de Jackie, contó en sus memorias que los dos eran personas muy sexuales, y que, de alguna manera, competían más de lo que se complementaban, en público pasaban por un tranquilo matrimonio católico.
“Pero Jackie al igual que su marido, tuvo una agitada vida nocturna desde la adolescencia —comentó Vidal—, principalmente desde que se instaló en París para estudiar en La Sorbona, era muy frecuente verla todas las noches con un hombre distinto”. “La virginidad era algo de lo que quería librarse lo más rápido posible. Si mis cálculos son correctos, se acostó con al menos cinco hombres antes de casarse con Kennedy”, dijo alguna vez Truman Capote, el famoso y genial escritor homosexual, amante de los chismes, quien era amigo de la ex primera dama.
El matrimonio con JFK se concretó en 1953. Al principio fueron felices, y ella se refería a él como “el amor de su vida”. Pero a medida que JFK escalaba en la política estadounidense, la relación se complicaba. Su vida sexual juntos no era para nada satisfactoria. Uno de sus primeros amoríos, en retribución por alguna de las infidelidades de JFK, fue con William Holden, el famoso actor. Jackie le comentó a Capote: “JFK sabía que las mujeres no lo consideraban un gran amante y realmente no lo era. Quería algo rápido para volver al teléfono a hablar con algún político. Cuando teníamos sexo, él inmediatamente se daba vuelta y se dormía. Entonces yo me quedaba escuchando sus ronquidos, casi llorando por mi falta de satisfacción como mujer”.
Este padecimiento cotidiano la llevó a una creciente depresión y una noche de 1957 todo estalló. Cuando Kennedy regresó a la casa tras una larga noche de parranda, Jackie lo esperó despierta, completamente ebria, y comenzó a increparlo. La pelea fue saliéndose de control, hasta que ella salió corriendo a la calle, semidesnuda y gritando. Él la fue a buscar y la llevó de vuelta a casa por la fuerza. Entonces hizo que la internaran.
Jackie Pasó una semana en un manicomio, sometida a repetidas y brutales sesiones de electroshock, de moda en aquellos años. Cuando regresó a su casa, empezó a considerar la posibilidad de suicidarse. Tras el asesinato de JFK, el 22 de noviembre de 1963, dos de sus nuevos amantes empezaron a ser Robert “Bobbie” Kennedy y Edward “Teddy” Kennedy, hermanos del difunto presidente. El clan familiar hizo todo lo posible para que estas escandalosas relaciones no se hicieran públicas, pero no lo lograron.
“Estoy enamorada de dos hombres al mismo tiempo, Bobby y Teddy”, le dijo Jackie a Capote cuando Robert Kennedy anunció su candidatura a la presidencia. Luego en 1968 fue asesinado, lo que le dio oportunidad a Ted de ser el “único”. Éste estuvo al lado de Jackie en cada una de sus crisis, y se convirtió en el hombre con el que ella podía contar. “Siempre estuve enamorado de Jackie, desde el comienzo. Cuando Jack (JFK) murió, sabía que ella también estaba viendo a Bobby, pero eso no me detuvo”, contó Ted en privado.
Pero la inquieta Jackie no se quedó sólo con la familia Kennedy. Las estrellas de Hollywood también fueron una debilidad para ella. Según el libro de Vidal, pasó por las camas de Marlon Brando, Paul Newman, Warren Beatty, Gregory Peck y Frank Sinatra, entre otras muchas celebridades masculinas. En un borrador de su autobiografía, publicada en 1999, Brando contó detalladamente algunos de sus encuentros con la ex primera dama transcurridos en 1964: “Ella esperaba que yo la llevara a la cama —escribió el actor—, pero como yo no hacía algo, tomó el asunto en sus propias manos y me hizo la pregunta mágica: ‘¿Quieres pasar la noche conmigo?’. ‘Pensé que nunca me lo preguntarías’, le contesté”. Más tarde llegó el turno de Newman, con quien pasó una noche de lujuria en un hotel. “Fue algo increíble —le comentó a Capote quien era para ella como ‘una amiga’—, Paul y Jack tenían virilidades idénticas. Fue como ser seducida por primera vez por mi difunto esposo. Una experiencia escalofriante”.
En 1968 apareció en su vida un nuevo pretendiente, uno mucho más poderoso que cualquier otro: el magnate griego Aristóteles Onassis. Tras una breve relación, durante la cual aún mantuvo sus encuentros sexuales con Bob y Ted, se casaron ese mismo año. En 1975 enviudó nuevamente y ya no volvió a casarse. Pero, hasta su muerte, en 1994, estuvo rodeada por hombres. Algunos amigos y nada más. Otros, apasionados amantes, como siempre le gustaron…
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