Verdadero campeón mundial de la hipocresía política, el presidente Obama ha presentado el retroceso iraní como un paso hacia un mundo libre de armas nucleares. La realidad es muy diferente. Irán ya había puesto fin a su programa nuclear militar desde 1988 pero Estados Unidos está modernizando su propio arsenal atómico y provocando así una verdadera carrera armamentista.
El acuerdo que impide que Irán obtenga el arma nuclear hace que “nuestro mundo sea más seguro”, anunció el presidente Obama el 2 de abril de 2015 [1].
Sin embargo, ese mismo día, el Mando de la fuerza aérea de Estados Unidos [US Air Force] para el «ataque global» anunciaba el lanzamiento experimental de 2 Minuteman III, misiles balísticos intercontinentales con ojivas nucleares, como “recordar visualmente, tanto a nuestros adversarios como a nuestros aliados” que la “US Air Force puede atacar en cualquier lugar y en cualquier momento, con una rapidez y una precisión más grandes que nunca”.
Esto confirma lo que The New York Times ya documentaba en septiembre de 2014, o sea que la “administración Obama está invirtiendo miles de millones de dólares en la modernización de su arsenal nuclear”.
El plan de varios años, cuyo costo está previsto en alrededor de 1 000 millones de dólares, prevé la construcción de 12 nuevos submarinos de ataque (dotados cada uno de 24 misiles balísticos con los que puede lanzar hasta 200 ojivas nucleares sobre la misma cantidad de objetivos), de otros 100 bombarderos estratégicos (capaces de transportar cada uno una veintena de misiles o bombas atómicas) y 400 misiles balísticos intercontinentales dotados de poderosas ojivas nucleares.
Lo que no se menciona
Ese plan incluye también la modernización de las 70 ó 90 bombas atómicas estadounidenses almacenadas en Italia, jamás mencionadas por la Alta Representante de la Unión Europea, [la italiana] Federica Mogherini, quien, mientras elogia el acuerdo nuclear con Irán, pasa por alto el hecho que al permitir que Estados Unidos almacene armas nucleares en suelo italiano Italia viola el Tratado de No Proliferación.
Se neutralizan así los limitados pasos por el camino del desarme inscritos en el nuevo tratado Start, que Estados Unidos y Rusia firmaron en Praga en 2010. China y Rusia también están modernizando sus fuerzas nucleares, para neutralizar el “escudo antimisiles” con el que Estados Unidos pretende ponerse en condiciones de desatar un primer golpe nuclear sin exponerse a la respuesta del adversario.
Según la Federación de Científicos Estadounidenses (FAS), Estados Unidos mantiene 1 920 cabezas nucleares estratégicas listas para el lanzamiento, de un total de 7 300); ante las 1 600 de Rusia, que dispone de 8 000 en total. Con las de Francia y el Reino Unido, las fuerzas nucleares de la OTAN disponen de unas 8 000 cabezas nucleares, de las cuales 2 370 están listas para su lanzamiento. Si se agregan las que poseen China, Pakistán, la India, Israel y Corea del Norte, el número total de cabezas nucleares se estima en 16 300, con 4 350 listas para su lanzamiento.
Reloj del apocalipsis
Pero la carrera armamentista nuclear prosigue con la constante modernización de los arsenales. De manera que la aguja del «Reloj del Apocalipsis», el simbólico índice que en el Bulletin of the Atomic Scientists señala a cuántos minutos estamos de la medianoche que sería la guerra nuclear, se desplazó de las menos 5 –en 2012– a las menos 3 minutos en 2015, el mismo nivel que en 1984 cuando el mundo se hallaba en plena guerra fría.
Existe un riesgo particularmente alto de que lleguen a utilizarse armas nucleares en el Medio Oriente, donde el único país que dispone de ese tipo de armamento es… Israel, Estado que –contrariamente a Irán– no ha firmado el Tratado de No Proliferación nuclear.
Según los estimados, las fuerzas armadas de Israel poseen entre 100 y 400 cabezas nucleares, lo cual incluye bombas H, de una potencia equivalente a casi 4 000 bombas como la que Estados Unidos utilizó en Hiroshima. Los vectores [disponibles en Israel] incluyen más de 300 aviones de guerra estadounidenses F-16 y F-15, también portadores de misiles israelo-estadounidenses Popeye con cabezas nucleares, y alrededor de 50 misiles balísticos Jericho II instalados en rampas de lanzamiento móviles. Israel posee además cuatro submarinos Dolphin modificados para el lanzamiento de ataques nucleares, proporcionados por Alemania, que entregó en septiembre el cuarto de los seis submarinos previstos para su entrega a Tel Aviv.
Mientras que enfoca los proyectores en Irán, que no posee armas atómicas y que ha permitido la verificación del carácter civil de su programa nuclear, el aparato político-mediático deja en la sombra el hecho que Israel dispone de un poderoso arsenal nuclear, fuera de todo control, y que Estados Unidos ha firmado acuerdos para la entrega a Arabia Saudita, Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos de tecnología nuclear y de material fisil que pueden permitirles dotarse del arma nuclear.
Arabia Saudita incluso ha declarado oficialmente que no excluye la posibilidad de producir o de comprar armamento nuclear con ayuda de Pakistán, cuyo programa nuclear de carácter militar está financiado en 60% por Riad.
Y eso sería legal ya que Pakistán tampoco es firmante del Tratado de No Proliferación nuclear y puede, por consiguiente, hacer lo que quiera con sus bombas atómicas... incluso entregarlas por debajo de la mesa a la monarquía saudita.
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