EL PRIMERO DE MAYO celebramos el Día del Trabajo, esa es una fecha internacional, pero en los EUM se recuerda mayo más bien por otras dos fechas, el día cinco, cuando los mexica derrotaron a los franceses en Puebla… porque Zaragoza, Porfirio Díaz, López Portillo y los zacapoaxtlas eran unos chingones y el comandante francés un redomado pendejo.
Y, DE MANERA adecuada el “día del maestro” pasa a segundo término, en especial luego de verle la cara a la ahora encarcelada doña Esther y las “divertidas” marchas en el DF Oaxaca, Guerrero & anexas por parte de los “maistros” disidentes.
Casi todos los ocho miles de los Himalaya y anexas fueron conquistados en ese mes, antes del monzón. Sin embargo, esa es otra historia. Pero sobre todo, mayo es importante para la chinaca popular por el día 10, el de “las cabecitas blancas”.
El día de las madres, no fue elegido por algún hecho notorio de alguna madre, simplemente se promovió por iniciativa personal del señor Rafael Álducin, fundador de Excélsior desde la, ya injustamente desaparecida (asesinada) madre del periódico; Revista de Revistas, al parecer en homenaje a la suya… la del ñor Álducin. Y, los actuales dueños del rotativo, han mostrado ya su amor a su madre, a la suya; Revista de Revistas, la mataron antes de que cumpliera sus 100 años en 2010.
Por cierto, hay unas madres homenajeadas en mayo, en Cochabamba, Bolivia... mujeres que lucharon por la independencia de ese país, hay ahí un bonito monumento erigido a ellas. Pero, matricidas aparte… El “día de las madres” es una fecha que en especial sirve para acordarse de mamita ese día y para olvidarla el resto del año; es una fecha en realidad vacía, aunque conveniente. Claro, como además es propicia para los regalos, los comerciantes comienzan a bombardear a la gente desde mediados de abril, se trata sobre todo de hacerle a las madres la mayor cantidad posible de regalos, generalmente de electrodomésticos para que las cabecitas blancas sigan trabajando pa’ the family.
La verdad, hay madres para quienes un día de festejo al año es insuficiente, porque debieran ser recordadas todos los días, para otras un día es excesivo porque mejor sería olvidarlas, algunas otras, pocas por fortuna; merecen la horca. Ahora bien, ¿los mexica recuerdan de verdad a sus madres?
Veamos un pequeño ejercicio de memoria, para refrescarla… Se nos ocurre preguntar: ¿Cuántos usan su segundo apellido, el de mamá?, ¿cuántos recuerdan el apellido materno de sus ídolos, digamos del fútbol? ¿Cuántos saben el apellido materno de los “próceres” de la Patria? Les pongo dos muy fáciles: Benito Juárez ¿y? Porfirio Díaz ¿y? Bueno, como soy malo por naturaleza no puedo resistirlo; Jorge Negrete ¿y?, María Félix ¿y? (eso suponiendo claro, que “la doña” haya tenido madre)… Pero, ¿de verdad le importa a los mexica el día de la madre? O tal fecha —como sospechamos—, sólo es un pretexto comercial más. La neta yo me inclino más por lo segundo, lo cual es muy obvio...
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