HACE ALGUNAS DÉCADAS, tropecé en un libro con las fotos de un hombre negro de aspecto flaco y muy enfermo, sentado exhibiendo unas enormes - descomunales - piernas vendadas llenas de protuberancias, el texto hablaba de una enfermedad en alguna parte de África llamada elefantiasis, producida por gusanos, la imagen me perseguiría por meses en pesadillas y la imaginación me haría verme como misionero médico, extrayendo a jalones gusanos a modo de espaguetis de algún enorme, negro y deforme pie.
TRAUMAS aparte, las filariasis son un grupo de enfermedades tropicales parasitarias de humanos y algunos animales, causado por gusanos - nematodos/helmintos - del tipo Spirurida Filarioidea, transmitidos a los vertebrados en forma de larva (microfilaria) y según el tipo de parásito, por diferentes artrópodos - mosquitos, moscas y tábanos - que comen sangre (hematófagos), luego de lo cual las larvas viajan por todo el cuerpo, buscando ubicarse bien para convertirse en adultos.
Dado que el humano es la fuente de infección primaria -reservorio- para todas las filariasis humanas, se la considera una antroponosis (enfermedad específica de humanos).
Se conoce la filariasis desde hace unos 4000 años. En la literatura griega antigua 1500 A.C. se encuentra la primera referencia clara de ella, cuando en una discusión entre especialistas se compara su forma linfática con la lepra.
En el siglo XVI se documentó por primera vez como parte de la exploración de Goa. Entre 1866 y 1900 diferentes investigadores establecieron la explicación de su causa y su ciclo vital dependiente de un insecto (vector).
Es endémica en los trópicos de Asia, África, América Central y del Sur, en algunas partes hasta un 54% de la población tiene microfilarias en su sangre (Malaipea, Indonesia).
Los síntomas dependen del tipo de gusano. Las microfilarias migran - más que los adultos -, acceden a diversas áreas y tejidos del cuerpo enfermo, incluido el ojo. Todos vagan por la sangre y aunque al final la inmunidad los inmoviliza y los mata con tejido fibroso, en algunos casos como en la filariasis linfática esto termina tapando los ganglios del sistema de drenaje linfático, lo que lleva a la elefantiasis de la que hablábamos al inicio que es la forma sintomática más peculiar— con engrosamiento de la piel y tejido subyacentes - y que tiene el dudoso honor de haber sido la primera enfermedad infecciosa transmitida por insectos descubierta, afectando más a las extremidades inferiores, y rara vez a orejas y membranas mucosas; otras filariasis pueden afectar las piernas, brazos, vulva y mamas, otras más sólo respetan genitales.
En México la infección por Onchocerca volvulus y la migración de sus microfilarias a través de la córnea causa ceguera en áreas cercanas a cascadas de agua limpia. El diagnóstico de la filariasis es por identificación de las microfilarias en sangre, piel o dependiendo de donde viva el adulto, uno de los tres grupos principales: Linfático, cutáneo y visceral.
EL TRATAMIENTO se hace con un antihelmíntico como Albendazol, junto con Ivermectina o dietilcarbamazina, pero estos presentan serios inconvenientes, ya que este tratamiento sólo mata larvas y como el gusano adulto vive mucho tiempo, debe mantenerse por meses y hasta años, la frecuencia de reacciones adversas y re-infestaciones es alta, no hay vacuna conocida.
La prevención se fundamenta principalmente en el control del reservorio (el humano infectado). Aunque es difícil, los vectores pueden contenerse, eliminar criaderos y rociar insecticidas/plaguicidas, el uso de mallas, mosquiteros y repelentes diversos, continúan siendo la forma principal para combatir las enfermedades transmitidas por insectos chupasangre.
Como se ve, no sólo el pájaro madrugador “atrapa” al gusano, y no es necesario morir para llenarse de ellos, dado el aumento de las temperaturas por el cambio climático, estas enfermedades parecen estar conquistando nuevas zonas, en México lo común era la ceguera por filaria (oncocercosis), sin embargo hoy día algunas otras filariasis empiezan a proliferar, así que a cuidarse del piquete de moscas y mosquitos, porque además de paludismo (malaria), dengue, zika y chincungunya, ahora en México también tenemos más filariasis lo que hace posible estar… agusanado en vida.
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