NO SIEMPRE LA PRIMERA IMPRESIÓN es la que cuenta, y como prueba de ello, sabemos que el grabar o imprimir ha sido una necesidad desde que existe la cultura humana formal, las que podríamos llamar “las primeras” están en las pinturas rupestres:
MANOS humanas empapadas en pigmento, plasmadas en paredes de cavernas ancestrales, de allí… un gran vacío hasta los sellos romanos entre el 440 y 430 a.C. y luego en China —donde ya existía papel de arroz— ahí, Bi Sheng inventó entre 1041 y 1048 d.C. el primer sistema de imprenta de tipos móviles, con complejas piezas de porcelana en las que se tallaban los caracteres chinos; procedimiento intrincado por la inmensa cantidad de éstos.
En 1234 artesanos del reino de Koryo (actual Corea), conocedores de los tipos móviles cerámicos chinos, crearon otros pero metálicos, anticipándose a su tiempo, aunque los usaron muy poco.
La imprenta moderna fue creada hasta cerca del año 1440, atribuida a Johannes Gutenberg —como curiosidad, sucede que su nombre no consta en ningún impreso conocido—. El nacimiento de los libros impresos impulsó la masificación de la religión católica ya que las biblias se multiplicaron, pero también mejoró el acceso a la cultura literaria en general, que como todas las creaciones humanas, con el tiempo evolucionó - en gustos se rompen géneros-. Sin meternos en detalles, es claro que el material de lectura impreso llegó a estar por todos lados y hay desde lo sublime hasta lo abyecto pasando por una enorme y polícroma gama.
La fotocopiadora y el linotipo
Dejando de lado a Xerox, el asunto de los distintos tipos de fotocopias y su uso para “piratear” libros, al menos hasta los 1980´s, el acceso a la impresión era mediante un proceso complejo que implicaba primero un manuscrito (a mano o a máquina) que una vez revisado y corregido, se consideraba “producto terminado”, este era llevado al departamento de tipografía, donde vía un proceso lento y laborioso era transcrito en “tipos” colocados sobre planchas especiales hechas para sujetarlos, una por cada hoja escrita.
Ya terminado esto se embadurnaba la plancha de tinta y se presionaba sobre papel para hacer “pruebas” y detectar errores tipográficos, una vez eliminados, se daba luz verde para la verdadera impresión, la cual ya implicaba elección del papel y otros aspectos de lo que sería la publicación terminada; todo esto hacia que el imprimir cualquier cosa, desde tesis y tesinas, hasta las revistas y libros más variopintos, estuviera en manos del entonces enorme gremio de impresores y su misterioso equipo y técnicas.Para los 1990´s esto empezó a cambiar, con la entrada de las nuevas tecnologías la impresión dio un giro, y aunque que las impresoras de puntos estaban lejos de ser competencia para una imprenta, luego mejoraron mucho.
Impresión digital
Hoy día si se van a hacer algunos pocos ejemplares, se imprimen con inyección de tinta o laser y se obtiene un resultado similar al de la mejor impresión convencional, la cual ahora es tan cara, que sólo se justifica en tiradas muy grandes. Con la llegada de las técnicas de impresión digital se ahorró tiempo y bajaron los costos, hoy la industria editorial se beneficia de la rapidez y amplias posibilidades que la impresión digital ofrece.
Con la aparición de la tinta y los libros electrónicos o eBooks se ha logrado que ya no sea necesario imprimir una revista o libro para poder distribuirlos y leerlos. Diversos dispositivos permiten su compra o adquisición desde el mismo aparato, lo que reduce de forma notable el costo de producción de la propiedad intelectual además de ser una solución ecológica. También hay que resaltar el rol de internet como medio para distribuir información, sustituyendo el uso tradicional del papel de la prensa escrita o el correo postal.
Por todo esto y tras más de cinco siglos de jugar un papel fundamental en la historia de la humanidad, algunos aseguran que la imprenta tradicional no tiene futuro. Desprendida de la impresión digital, nace la impresión 3D que es un grupo de tecnologías de fabricación por adición, donde se crea un objeto tridimensional mediante la superposición de capas sucesivas de material; son por lo general más rápidas, más baratas y más fáciles de usar que otras tecnologías de fabricación por adición, aunque como cualquier proceso industrial, están sometidas a un compromiso entre su precio y el tamaño-función de los objetos producidos. Existen diferentes técnicas a saber: Impresión por inyección, Modelado por deposición de fundente, Estereolitografía, Fotopolimerización por luz ultravioleta, Fotopolimerización por absorción de fotones e Impresión con hielo.
Las impresoras 3D ofrecen a los desarrolladores de productos, la capacidad para imprimir partes y montajes hechos de diferentes materiales con diferentes propiedades físicas y mecánicas. Las tecnologías avanzadas de impresión 3D incluso ofrecen de manera inmediata, modelos que sirven como prototipos de producto. Desde 2003 ha habido un gran crecimiento en la venta de impresoras 3D y el costo de las mismas se ha reducido (2016: una “de escritorio” unos 350 US dólares).
Esta tecnología encuentra uso en campos como el sector aeroespacial donde se ha demostrado que la impresión de repuestos y herramientas es algo muy práctico, pero también en joyería, calzado, diseño industrial, arquitectura, ingeniería/construcción, automóviles, industria médica, educación, sistemas de información geográfica y muchos, pero muchos otros.
Es tal el BOOM de la impresión 3D que se habla incluso de investigación en progreso para la impresión de alimentos y de órganos humanos viables.
Pasado este punto ya es ciencia ficción, pero por alguna razón toda esta nueva tecnología me hace pensar en los replicadores de la saga Star Trek, y quien sabe, en un futuro no tan lejano, hasta se podría llegar a imprimir una conciencia… eso sí que sería impresionante.
More articles by this author
Mala PataLOS HUMANOS DECIMOS que somos el pináculo de la evolución,...
|