VOCES DEL DIRECTOR
José Antonio Meade Kuribreña
Signos de mal agüero planean sobre el precandidato
Mouris Salloum George
“PRESIDENTE OBRERO”,“presidente agrarista”. Con estos títulos el priismo histórico distinguió a algunos mandatarios emanados de sus filas, según la orientación de las políticas públicas en favor de la clase trabajadora de la ciudad y el campo.
EN SUS USOS Y COSTUMBRES,y reglas no escritas, el PRI delegaba en alguno de sus tres sectores la misión de destapar al candidato presidencial. No pocas veces tocó al vigoroso líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Fidel Velázquez, esa prerrogativa, que alternó con el dirigente en turno de la Confederación Nacional Campesina (CNC).
Motivo de sobra lo había: Ambas centrales (obrera y agraria) eran las eficaces tributarias del “voto duro” del PRI en la era del Partido casi único. De ese modo, el PRI ganó sucesivamente, hasta 1994, doce elecciones presidenciales.
Luis Videgaray, ¿golpe de timón?
La semana pasada todo cambió: Desde la oscura caverna del porfirismo se dio un hecho insólito: El secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso, se tomó la facultad de destapar a su sucesor en la Secretaría de Hacienda, el doctor en Economía José Antonio Meade Kuribreña.
Desde la asamblea nacional de agosto, el PRI, no sin resistencias internas, reformó sus estatutos para abrir la posibilidad de que su candidato para 2018, fuera un “externo”, con dedicatoria expresa para el titular de Hacienda. Éste se confiesa ahora “simpatizante” del partido y militante en sus causas.
En su condición de “externo”, Meade se vio en la urgencia de buscar firmas de apoyo para registrarse como precandidato. Acudió a la sede de los tres sectores.
Signos de mal agüero planean sobre el precandidato
Un signo de mal agüero: En la CTM, en silla de ruedas, lo recibió el octogenario Carlos Aceves del Olmo, quien despacha también como presidente del Congreso del Trabajo. Éste designó a su visitante como candidato de la esperanza.
En el combate electoral, Aceves del Olmo se ha atrincherado en la ley del menor esfuerzo: En el sexenio pasado, fue senador de lista. Llegó enseguida a la Cámara de Diputados como plurinominal.
En su sector, Aceves del Olmo no goza de buena fama pública: Sus correligionarios de la clase obrera lo imputan de traición, por haber avalado la regresiva Reforma Laboral de 2012.
La apuesta por cartuchos quemados
Meade estuvo en la CNC. La recepción estuvo a cargo del presidente Ismael Hernández Deras. Éste suplió en la dirigencia al senador con licencia Manuel Cota Jiménez, quien acaba de ser derrotado electoralmente en su aspiración a gobernar Nayarit.
En la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP/ sector popular del PRI), le “hizo los honores” al precandidato, el senador Fernando Zamora Jiménez. El jalisciense es un reincidente aspirante fallido a la gobernación de su estado. Su partido le ha negado la oportunidad.
Desde que murió Fidel Velázquez en 1997, la CTM ha perdido más de la mitad de sus afiliados. Desde que Carlos Salinas de Gortari promovió la contrarreforma agraria en 1992, la CNC se ha convertido en un cascarón vacío. Sólo le queda el membrete.
Por la dirigencia nacional de la CNOP, pasó Elba Esther Gordillo Morales, hoy indiciada y presa. También lo hizo Manlio Fabio Beltrones, quien perdió la nominación presidencial priista en 2012. Instalado en la presidencia del PRI, Beltrones perdió la mayoría de las gubernaturas disputadas en 2016.
Caduco ya el “voto duro”, desde 2013 el PRI ha perdido la friolera de casi cinco millones de votantes.
Ese es el hándicap con que Meade llega al umbral de 2018. Sin más asideros en el llano, está obligado a resignarse: Con esos bueyes hay que arar.
Todos los huevos en la canasta de la mercadotecnia
Con un PRI vacío de priismo, la única opción que le queda a Meade, es la mercadotecnia para posicionarse ante la opinión pública. Así lo ha estado intentado febrilmente en las horas posteriores a su destape. No hay piso de televisión ni cabina de radio en la que no se haya exhibido.
Apuesta incierta la del precandidato tricolor. De acuerdo con monitoreo especializado, la suma de audiencia de los medios electrónicos, en sus barras de más rating, no pasa de unos 27 millones de personas de variada edad en el conjunto, contra casi 90 millones de potenciales votantes inscritos en el Registro Federal de Electores.
Para colmo, es evidente que el método y la figura a los que apeló el peñismo, dejaron legiones de inconformes porque pusieron en evidencia la escasez de cuadros competitivos, o la descalificación de aquellos que acreditan una mejor trayectoria en la arena electoral a su paso por el Poder Legislativo, la administración pública y, algunos de ellos, por las gubernaturas de sus estados.
El último recurso: Los 18 magníficos
Agotado el capital político de Enrique Peña Nieto para efecto en la campaña, según lo confirman encuestas de opinión, al candidato de la esperanza solo le queda la voluntad de los consejeros del Instituto Nacional Electoral y los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Pero para que la voluntad de esos 18 grandes electores se pronuncie, el proceso tiene que pasar por al menos 50 mil urnas. El desenlace está en chino.
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