VOCES DEL DIRECTOR
El neoliberal,
Estado criminógeno
Mouris Salloum George
Para explicarnos, vale señalar que, por criminógeno, se entiende el estado de un sistema político que, lejos de atacar un tipo de delincuencia, genera nuevos tipos. Esta patología desemboca en la economía criminal.
En América Latina, la tipología identifica preferentemente a gobiernos que han aceptado desde los años setenta la implantación del modelo económico neoliberal, tripulado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
Desde hace tres décadas, en México se hizo una reforma a la Constitución por la cual los crímenes económicos son tipificados como no graves. Aquí comparten la corrupción lo mismo agentes del Estado que del sector empresarial privado.
2018: El FMI baja calificaciones a México, Argentina y Brasil
Para 2018, el propio FMI bajó las expectativas de crecimiento de las economías de México, Argentina y Brasil, catalogadas como las más grandes de la región. Lo dice el comisario que vigila puntualmente el cumplimiento de sus políticas de choque.
Por supuesto, ese fenómeno económico decreciente responde a factores externos, pero, sobre todo, a los internos, que reflejan incompetencia tecnocrática en la instrumentación de los grandes cambios estructurales, aunada a la corrupción y la impunidad.
Este tema está enmarcado en 1994, año en que fueron asesinados dos hombres del sistema priista: 23 de marzo, la ejecución del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio; el 28 de septiembre, del diputado y secretario general del PRI, José Francisco Ruiz Massieu.
La nominación de Colosio en noviembre de 1993 fue interpretada como propósito de mantener la continuidad de las políticas económicas emprendidas por Carlos Salinas de Gortari.
Entre México y Colombia, semejanzas maravillosas
Preciso es darle marco continental a esta entrega: El primer ensayo neoliberal abierto en América Latina fue acometido en Chile por Augusto Pinochet, después del asesinato, el 11 de septiembre de 1973, del presidente de la Unidad Popular, Salvador Allende.
La suplencia de Colosio, determinada en Los Pinos el 29 de marzo de 1994, favoreció al ex secretario de Programación y Presupuesto, Ernesto Zedillo Ponce de León, según algunos politólogos locales más cercano al jefe de la Oficina de Presidencia, el tecnócrata franco-español José María Cordoba Montoya, que al propio presidente.
Abrimos el expediente: Cinco años antes del asesinato de Colosio, después de dos atentados, en agosto de 1989 fue ejecutado en Colombia el candidato presidencial, abanderado con el Nuevo Liberalismo, Luis Carlos Galán Sarmiento.
Sustituyó al candidato colombiano asesinado, el economista César Augusto Gaviria quien, en el gabinete anterior, de Virgilio Barco, fue ministro de finanzas.
Corre video: Una década después, el presidente Bill Clinton impuso en aquel país el Plan Colombia, enmascarado en el combate a los cárteles de la droga.
En 2008, George W. Bush le enjaretó a Felipe Calderón Hinojosa la iniciativa Mérida, carta de navegación de la guerra que aún no termina.
En Argentina: Carlos Menem
Cambio de circuito: Argentina. En 1989 ocupa la Casa Rosada el tecnócrata neoliberal Carlos Menem. Su hijo Carlos murió en 1995. Según su madre, Zulema Yoma de Menem, el helicóptero en que viajaba fue blanco de disparos de misil.
Menem cumplió diez años en la presidencia: Durante y al terminar su doble mandato, fue imputado por contrabando de armamento y por la explosión de una fábrica de armas. Fue condenado en firme por peculado y a inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos.
Brasil: de Michel Temer a Jair Bolsonaro
Otra estación: Brasil. En septiembre de 2016, la presidenta socialista por el Partido de los Trabajadores, Dilma Rousseff fue objeto de un golpe de Estado, tipificado suavemente como golpe parlamentario. Se alzó con el poder Michel Temer.
Temer hoy está indiciado por corrupción, lavado de dinero y malversación.
En 2018, fue electo presidente de Brasil la rencarnación de Pinochet, el militarote fascista Jair Bolsonaro. Su hijo Flavio, desde principios de 2019, está siendo investigado por la justicia brasileña por lavado de dinero.
El golpismo y la corrupción, pues, son la marca de la casa del Estado neoliberal. Son males de familia tecnocrática. ¿Hay razones o no para sospechar que el neoliberalismo es la fase superior del Estado criminógeno? Lo dejamos de tarea.
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