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Edición 397
Escrito por Thierry Meyssan   
Martes, 29 de Octubre de 2019 08:05

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Contrariamente a la idea generalizada, lo que se ha dado en llamar Rojava no es un ‎Estado para el pueblo kurdo sino una obsesión francesa surgida en el periodo que separó ‎las dos guerras mundiales.

El Kurdistán, obsesión del ‎colonialismo francés

Thierry Meyssan

Francia quería utilizar a los kurdos para fabricar un Estado ‎similar al Gran Israel que habría de crearse utilizando a los judíos. Los presidentes ‎Sarkozy, Hollande y Macron reactivaron aquel proyecto, yendo hasta la limpieza étnica ‎que habría que realizar en la región.

Con excepción del‎ proyecto del príncipe Rewanduz, el pueblo kurdo nunca defendió un sueño de ‎unificación.

EN EL SIGLO XIX, aquel príncipe se inspiraba en la concepción alemana de la Nación siendo ‎su objetivo prioritario la unificación lingüística. Sin embargo, los kurdos actuales siguen ‎hablando varias lenguas, lo cual determina la existencia de diferencias muy marcadas entre ‎los clanes que hablan kurmanji, sorani, zaza o gurani.‎

Según documentos hasta ahora no utilizados en la realización de estudios –documentos sobre ‎los cuales el intelectual libanés Hassan Hamadé está escribiendo un libro sorprendente–, en 1936 ‎el presidente del Consejo de Ministros de Francia, Leon Blum, negoció con el jefe de la Agencia ‎Judía, Chaim Wiezmann, y con los británicos la creación de un Gran Estado de Israel, desde ‎Palestina hasta el Éufrates, abarcando por tanto el Líbano y Siria, entonces bajo mandato ‎francés. Aquel proyecto fracasó al encontrar la feroz oposición del Alto Comisionado francés en ‎Levante, el conde Damien de Martel. Francia –y probablemente el Reino Unido– planeaban ‎por entonces crear un Estado kurdo en Siria, al este del Éufrates. ‎

Justificación a toda costa

LA CUESTIÓN KURDA volvió a convertirse en prioridad para Francia bajo el mandato del presidente ‎Francois Mitterrand. En plena guerra fría, la esposa del presidente, Danielle Mitterrand, ‎se convirtió en la madre de los kurdos [del clan Barzani]. En octubre de 1989, la señora ‎Danielle Mitterrand organizó en París, los días 14 y 15, un coloquio sobre el tema Los kurdos: ‎identidad cultural y respeto de los derechos humanos. Durante la guerra entre Irak e Irán, ‎la esposa del presidente francés desempeñó un papel en la atribución falaciosa de la muerte de ‎los kurdos de la aldea de Halabja a la crueldad del presidente iraquí Saddam Hussein cuando ‎en realidad los informes del ejército de Estados Unidos demuestran que todo se debió a que ‎el viento empujó inesperadamente hacia aquella aldea el gas –utilizado por los iraníes [1]. En ‎‎1992, la señora Mitterrand participó en la creación de un gobierno títere kurdo en la zona iraquí ‎ocupada por los anglosajones. ‎

‎En 2011, bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy, el entonces ministro francés de Exteriores, Alain ‎Juppé, concluye con Turquía un protocolo secreto para la creación de seudo Kurdistán, en suelo sirio. En aquel momento, Siria no reacciona. Más tarde, el 31 de octubre de 2014, ‎el presidente francés Francois Hollande recibe oficialmente, en la sede de la presidencia, al ‎primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan al mismo tiempo que recibe –extraoficialmente– al ‎copresidente del PYD (Partido de la Unión Democrática), formación política kurda creada en Siria. ‎El objetivo de este encuentro tripartita organizado por el presidente de Francia es planear el ‎desmembramiento de Siria. A partir de ese momento, los combatientes kurdos dejan de ‎considerarse sirios e inician la lucha armada por la creación de su propio país. Siria suspende ‎de inmediato el pago de los salarios que habían recibido hasta entonces por su participación en la ‎defensa de la tierra siria que les había concedido su nacionalidad. ‎

  • PERO, POCOSmeses después, el presidente estadounidense Barack Obama decide meter a ‎Francia en cintura. Obama estima que Francia no tiene derecho a negociar la creación de un ‎seudo Kurdistán en función de sus viejos sueños coloniales. Sólo el Pentágono puede hacerlo, ‎basándose en las premisas étnicas definidas en la estrategia Rumsfeld/Cebrowski.
  • EL PRESIDENTE‎francés Francois Hollande se pliega a la decisión del presidente de Estados Unidos y recibe ‎oficialmente en París una delegación kurda pro estadounidense de combatientes provenientes de ‎Ain al-Arab –la ciudad siria que la prensa occidental designa como Kobane (nombre que, ‎por cierto, no viene de ninguna lengua kurda sino del alemán). ‎
  • TURQUÍA,en cambio, se niega a someterse a Washington. Se abre así una larga divergencia entre ‎miembros de la OTAN.

CONSIDERANDO que el cambio de casaca de Francia constituye una ‎violación del acuerdo secreto franco-turco del 31 de octubre de 2014, los servicios secretos de ‎Turquía organizan –con la complicidad de los yihadistas del Emirato Islámico (Daesh)– los ‎atentados perpetrados contra Francia, el 13 de noviembre de 2015, y el 22 de marzo de 2016 ‎contra Bélgica, país que acababa de alinearse tras la política de Washington [2]. ‎El presidente Erdogan incluso anuncia sin ambages los atentados contra Bélgica, atentados que ‎la prensa turca reivindica. Finalmente, el dirigente kurdo Salih Muslin impone un servicio militar ‎obligatorio para los jóvenes kurdos y comienza a organizar su dictadura ‎(Francia le había prometido la presidencia del nuevo Kurdistán)‎ mientras que el gobierno ‎de Turquía emite contra él una orden de arresto. ‎

‎En octubre de 2015, el Pentágono crea las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que ‎se componen esencialmente de mercenarios kurdos turcos y sirios, con la inclusión de algunos ‎árabes sunnitas y cristianos. El objetivo de la creación de las FDS es realizar en el norte de Siria ‎una limpieza étnica sin que la responsabilidad recaiga en las fuerzas estadounidenses. Las FDS ‎expulsan a las familias árabes y a los cristianos asirios de las regiones donde siempre habían vivido ‎mientras que combatientes kurdos provenientes de Irak y de Turquía se instalan en las casas de ‎los expulsados y toman posesión de sus tierras. El arzobispo católico siriaco de Hasaka-Nisibe, ‎monseñor Jacques Behnan Hindo, testimonia en varias ocasiones que diferentes líderes kurdos ‎hablaban ante él de un plan de expulsión de los pobladores cristianos de los territorios sirios ‎designados como Rojava. Las fuerzas especiales francesas asisten impasibles a la aplicación ‎de ese plan de expulsión y desplazamiento de poblaciones, que constituye un crimen de guerra. ‎

El 17 de marzo de 2016, los líderes kurdos proclaman la autonomía de Rojava (el ‎seudo Kurdistán sirio) [3]. Temiendo que las zonas reclamadas en Siria por el PKK ‎‎ [4] lleguen a conectarse territorialmente con el ‎Kurdistán iraquí gobernado por el clan Barzani –lo cual abriría el camino a la creación de un ‎‎Gran Kurdistán–, el gobierno de Irak envía armamento al PKK para que este derroque al ‎clan Barzani. Se inicia entonces una serie de asesinatos de dirigentes kurdos perpetrados por ‎clanes kurdos que luchan entre sí. ‎

A finales de 2016, la retirada parcial de las fuerzas rusas, seguida de la liberación de la ciudad siria ‎de Alepo por las tropas del gobierno sirio, dan inicio a un giro decisivo en el curso de la guerra. ‎Esos hechos coinciden, en enero de 2017, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. ‎El programa electoral de Trump prevé poner fin a la estrategia Rumsfeld/Cebrowski, al apoyo ‎que Estados Unidos aporta a los yihadistas y la retirada de las fuerzas militares estadounidenses ‎presentes en Siria. ‎

Francia facilita entonces el traslado a Siria de jóvenes anarquistas que lucharán junto a los grupos ‎armados kurdos con la convicción de estar defendiendo el sueño de independencia del pueblo ‎kurdo [5]. A su regreso de Siria, esos jóvenes anarquistas ‎resultarán en Francia tan incontrolables como los yihadistas franceses. Según la DGSI (la ‎inteligencia francesa para la seguridad interna) fue uno de esos anarquistas que había luchado ‎en Siria junto a los kurdos quien trató de derribar un helicóptero de la Gendarmería francesa ‎durante la realización de una operación de las fuerzas de orden público en Notre-Dame-des-‎Landes [6].‎

En junio de 2017, el presidente Trump autoriza una operación conjunta de las FDS –los ‎mercenarios pro estadounidenses– con las tropas del ejército gubernamental de la República Árabe ‎Siria para expulsar a los yihadistas de la ciudad siria de Raqqa, convertida en capital de Daesh ‎‎ [7]. La guerra ha ‎terminado, pero Francia y Alemania se niegan a aceptar su derrota. ‎

Estados Unidos va perdiendo interés en las YPG-FDS, que se convierten así en juguete de Francia, ‎exactamente igual que la Hermandad Musulmana, controlada por el Reino Unido. ‎

‎La agencia oficial turca de noticias Anadolu publica entonces un mapa con la ubicación geográfica ‎exacta de las bases militares secretas de Francia en ‎Rojava‎. Se trata en total de nueve bases, ‎una instalada bajo el mandato del hoy ex presidente Francois Hollande y ocho desplegadas ‎en secreto por el actual presidente Emmanuel Macron. Hasta aquel momento sólo se conocía ‎la que se había instalado en la fábrica de cemento del grupo francés Lafarge. Con esta ‎revelación, el gobierno turco demuestra que, contradiciendo las declaraciones oficiales francesas ‎y a diferencia de Estados Unidos, Francia sigue apostando al desmembramiento de Siria. ‎

Por nuestra parte, la Red Voltaire puede revelar ahora que, ante una proposición de los servicios ‎de inteligencia de Siria para que las autoridades francesas se hicieran cargo de los yihadistas ‎franceses capturados por las tropas del gobierno sirio, Francia se negó a repatriarlos y a juzgarlos ‎en suelo francés y se limitó a orientar que los yihadistas franceses debían ser entregados a los ‎grupos armados kurdos, quienes “se ocuparían” de ellos. ‎

EN FEBRERO DE 2018,el embajador de la Federación Rusa en la ONU, Vassily Nebenzia, reveló que ‎los kurdos de ‎Rojava‎ habían “amnistiado” 120 líderes de Daesh y los habían incorporado a ‎las YPG. ‎

A partir de septiembre de 2018, el presidente Trump prepara la retirada de las fuerzas militares ‎estadounidenses ilegalmente presentes en suelo sirio [8]. ‎

La condición para que Estados Unidos abandone Rojava es que se corte la carretera iraní que ‎podría conectar Irán con el Líbano a través de ese territorio sirio. En agosto de 2019, ‎el presidente turco Erdogan acepta ese compromiso. Los militares estadounidenses supervisan ‎entonces el desmantelamiento de las obras defensivas de los kurdos. El 16 de septiembre ‎de 2019, Rusia, Turquía e Irán concluyen un acuerdo. A partir de ese momento, es inminente ‎el fin del seudo Kurdistán proyectado en suelo sirio. Sin entender lo que sucede, Francia ‎contempla –estupefacta e impotente– como las tropas turcas invaden el seudo Estado autónomo ‎y la huida de la población allí instalada para ocuparlo ilegalmente. ‎

‎El 10 de septiembre pasado, al ser interrogado en el espacio de noticias de la televisora estatal francesa ‎‎France 2, el ministro de Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, trata de tranquilizar a ‎los franceses sobre las consecuencias del fiasco. Asegura que Francia tiene la situación ‎bajo control, que los yihadistas detenidos en Rojava no serán liberados –a pesar de que ‎no existe allí ninguna estructura institucional– y que serán juzgados donde están. Prosigue ‎diciendo que el presidente turco Erdogan no tiene cómo concretar sus amenazas. Al final, ‎se niega a responder una pregunta sobre la misión de los militares franceses presentes ‎en Rojava, cuya situación es de hecho desastrosa. ‎

La realidad es muy diferente a lo que declaraba Le Drian: no se sabe qué puede suceder con los yihadistas franceses que ‎estaban bajo la custodia de los kurdos; tampoco se sabe qué pasará con los civiles ‎recientemente instalados en las tierras robadas a sus pobladores originales; no hay noticias de ‎los militares franceses que estaban en las nueve bases secretas que Francia había instalado en ‎suelo sirio. Esos militares franceses están entre dos fuegos: el ejército de ‎Turquía –país traicionado por Francia bajo el mandato de Francois Hollande– y los kurdos que, ‎abandonados por el presidente Macron, han decidido ponerse –nuevamente– bajo la protección ‎de Siria. ‎

      

[1] “A ‎War Crime Or an Act of War?”, Stephen C. Pelletiere, The New York Times, 31 de enero de 2003.

[2] Los expertos en ‎antiterrorismo señalan que el modus operandi de esos dos atentados no corresponde a los ‎utilizados en los demás actos de terrorismo cuyo autoría había reclamado Daesh sino a la ‎organización militar extremadamente minuciosa de un acto de guerra deliberadamente ‎perpetrado por un Estado «El móvil de los atentados de París y Bruselas», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 28 de marzo de 2016.

[3] «Declaración de Rojava por una Siria federal», ‎‎Red Voltaire, 17 de marzo de 2016.

[4] Partido kurdo fundado en Turquía en 1978.

[5] «Las brigadas anarquistas de la OTAN», por Thierry Meyssan, ‎‎Red Voltaire, 12 de septiembre de 2017.

[6] «Ces revenants du Rojava qui inquiètent les services de renseignement», Matthieu Suc y Jacques Massey, Médiapart, 2 de septiembre ‎de 2019.

[7] “Secret Russian-Kurdish-Syrian military cooperation is happening in Syria’s eastern desert”, Robert Fisk, The Independent, 24 de julio de 2017.

[8] “Trump eyeing Arab ‘boots on the ‎ground’ to counter Iran in Syria”, Travis J. Tritten, ‎‎Washington Examiner, 29 de septiembre de 2018.



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