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Edicion 225 | |||
Domingo, 24 de Enero de 2010 16:11 | |||
Cerrojo rojo RAMI SCHWARTZ
Y dentro de la marca histórica, hay que mencionar otras como por ejemplo, casi 200 decapitados, cifra diez por ciento superior que la del año pasado. Casi 500 torturados, 400 mujeres muertas, 450 policías y 30 soldados. Diciembre es ya el más sanguinario que se tenga memoria, un cierre de año con broche de rojo. La experiencia nos dice que los capos que se van dejan su lugar a otros mucho más violentos y sanguinarios. Beltrán Leyva superó con creces la crueldad de su padrino “El Chapo” Guzmán, quien a su vez superó con creces a su padrino El señor de los cielos. En el Pacífico, los Arellano Félix superaron con creces la violencia que ejercíeron en su momento capos como Caro Quintero y Don Neto. Y del lado contrario, en el Golfo, los Zetas son mucho más violentos que García Abrego y así sucesivamente. Resulta ingenuo pensar que la eliminación de Beltrán Leyva logre disminuir el caudal de los ríos de sangre que corren por el país.
La pregunta obligada debería ser ¿en cuánto encarece la muerte de Beltrán Leyva el kilo de cocaína?. Aquí ninguna respuesta es buena. Si la encarece mucho, entonces la cuantía de las ganancias potenciales será mayor por lo que habrá muchos más dispuestos a desafiar la ley y el Estado a riesgo de su libertad, su integridad o su vida. Si por el contrario, el precio de la droga baja como consecuencia de la muerte de este importante capo, entonces la estrategia será un fracaso. De nada sirve matar narcotraficantes como Beltrán Leyva cuando no se respaldan estos hechos con mayor educación, nivel de vida o salud. Ya lo dice el ejército: si detrás de los regimientos de infantería no vienen otros de profesores, médicos y trabajadores sociales, de nada servirá acabar con los grandes capos pues siempre habrán nuevos, y más violentos, que tomen su lugar. Por otro lado, tampoco parecen entender que si el Presidente tiene puros incondicionales de su confianza trabajando para él, los narcotraficantes con más razón. Ellos deben desconfiar hasta de sus sombras por lo que cada capo como el Barbas, tiene entrenados y preparados a varios que lo sustituyan en caso de ser muerto por sus rivales o las autoridades. Mi4entras usted lee estas palabras, esos subordinados, que en vida tuvieron toda su confianza, ya están operando su organización con todo lo que ello implica. Por todo lo anterior, podemos esperar que este año cierre con broche de rojo.
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