Raul Plascencia, continuismo
EDUARDO LÓPEZ BETANCOURT
Los “pobres” senadores, obedientes históricos a la consigna del Ejecutivo, nombraron ombudsman acional a Raúl Plascencia Villanueva, un imberbe bajacaliforniano que llegó acompañado de su hermanita a la Ciudad de México sin saber cómo ni por qué; extrañamente desde su arribo, siendo humildes abogados, los Plascencia ocuparon cargos importantes; seguramente, gracias a poderosos padrinos, su vertiginosa carrera estuvo libre de obstáculos, por ejemplo, Raúl se volvió profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM sin haber cursado en ella, algo que no logran muchos egresados de tan destacada Institución.
Es innegable, Raúl Plascencia constituye la mejor prueba del poder que tiene José Luis Soberanes Fernández, rollizo sujeto que nada en lo absoluto hizo por los derechos humanos, un pésimo Ombudsman ligado a grupos reaccionarios, quien ha demostrado una actitud inconsciente y contraria a las garantías individuales, tan es así, que se convirtió en enemigo jurado del derecho femenino al aborto; cual cura medieval, Soberanes sostiene la tesis, que una mujer embarazada está obligada a la maternidad, inclusive se halla en contra de que una fémina violada pueda expulsar el producto de tan grave crimen; nótese, Soberanes es un ser oscurantista y de pensamiento retrógrado, pero hábil para conceder canonjías a diestra y siniestra; en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos cobraba desde el hermano del “Peje” López Obrador, hasta parientes de los ministros de la Corte, sin olvidar a hijos de muchos legisladores; en general, se puede decir que Soberanes hizo favores al por mayor, lo que le ha redundado excelentes ganancias; por si fuera poco, hoy deja como su sucesor a quien fuera su primer visitador, el ya citado Raúl Plascencia, elección a todas luces absurda, no obstante, entendible debido a la plena identificación que tuvo el orondo Ombudsman saliente con los últimos gobiernos federales ultraderechistas y clericales; en ese sentido, ha resultado en verdad ofensivo que el nulo trabajo de Soberanes haya sido premiado, confiriéndole el derecho para designar a su sustituto, circunstancia contraria a la moral y en perjuicio de una sociedad habida de representantes que realmente defiendan sus derechos.
En el caso Plascencia también es evidente, se conjuntó la voluntad de panistas y priístas, con lo que debemos intuir, el tijuanense contó con el apoyo de Calderón; algunos sólidamente informados, aseveran se elaboró un manejo en paquete con el nombramiento de los dos próximos ministros de la Corte, siendo el reparto de la siguiente manera: el Ombudsman le tocó al presidente, un ministro de la Corte vendrá de entre los magistrados federales del Poder Judicial de la Federación y el otro, será elegido por el terrible y cuestionable líder priísta del Senado, Manlio Fabio Beltrones. Pronto comprobaremos si es veraz este rumor.
Lo real, es que con Raúl Plascencia para nada cambiará el pésimo trabajo que se hace en la CNDH, continuará el dispendio, el descarado otorgamiento de favores políticos y el manejo discrecional amén de corrupto, de más de mil millones de pesos de presupuesto con que cuenta el improductivo organismo en referencia.
Cabe apuntar, en la designación de Raúl Plascencia, resultó deplorable que preclaros personajes se hayan convertido en comparsas de su elección; hombres de talento aceptaron participar como candidatos a la CNDH, a sabiendas que desde un inicio la consigna era a favor de Plascencia.
Papel sumamente lamentable, es el realizado por la otrora respetable luchadora social, Rosario Ibarra de Piedra; tengamos presente, ésta señora perdió a su hijo durante la Guerra Sucia de los años 70´s; a base de constancia logró notoriedad política, hoy ocupa por el PRD una curul en el Senado de la República; sin embargo, como vulgarmente se dice, “le llegaron al precio”, la cuestión es que dicha dama, también es obediente a las consignas de Calderón, ya que para nada se opuso al nombramiento de Plascencia, a quien vio con total simpatía; es triste ver a aquella mujer de temple, que luchó por encontrar a su hijo, entregada precisamente en manos de quienes lo asesinaron, todo por prebendas y una excelente dieta que recibe como legisladora.
Ante tanta inmundicia seguiremos sosteniendo, la CNDH, al igual que las comisiones estatales que se encuentran en similar tenor, no deben existir, es preponderante eliminarlas, ya que tanto a nivel federal como local, son “tapaderas” de innumerables actos deshonestos y abusivos por parte de los hombres del poder.
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